El oficio se inició en las puertas de la Catedral Metropolitana, donde el pastor bendijo los ramos y palmas e inició la procesión hacia el altar que indica la liturgia de este día, mientras los fieles agitaban sus ramas al paso del arzobispo.
En su homilía, el cardenal Ezzati señaló que “lo que el antiguo pecado había realizado desde la soberbia del corazón humano, inducido por el Demonio, el tentador, Jesús, el hombre nuevo, viene a reparar y a hacer todavía que la creación y la relación del hombre con Dios sean más perfectas. Y el camino que Dios escoge para su Hijo no es el camino del poder, no es el camino de la soberbia, de la maledicencia. Jesús no cede a la tentación de la soberbia, del poder”. Jesús, explicó el pastor, “se vuelve a la voluntad del Padre, que lo envía para ser puente, para que el hombre vuelva a reconciliarse con Dios y encontrar el camino para vivir en comunión con Él”.
Agregó que Jesús renuncia a hacer su propia voluntad y “enfrenta el camino humillante de la cruz, acepta que digan de él cualquier blasfemia y en la cruz ofrece al mundo los brazos abiertos de Dios, para que todos puedan tener en la misericordia del Padre el cimiento sólido para construir la propia existencia como discípulos de Jesús”.
El Arzobispo de Santiago señaló luego que “el odio, el rencor, la maledicencia, se vencen únicamente como lo ha hecho Jesús, entregando su vida por amor, en silencio, y haciendo vida el proyecto del Padre, que es un proyecto salvador”. Porque como la semilla, dijo, Jesús muere para dar frutos abundantes de paz, de misericordia, de reconciliación, de vida fraterna”.
El cardenal Ricardo Ezzati invitó a los presentes a ser “portadores de este mensaje de vida que viene del Señor. Entre ustedes no deben ser como aquellos que mandan en los pueblos de la tierra; entre ustedes tienen que vivir como el Hijo del hombre, que se ha humillado, que se ha entregado, que se ha hecho el servidor de Dios y de la humanidad”. Invitó a no perder la oportunidad de sentirse abrazados por la misericordia de Dios y la vida que Jesús nos quiere regalar. “No perder la oportunidad de renunciar al pecado, al odio, y resucitar a una vida nueva que Jesús nos ofrece”.
Ayuda al norte
Al finalizar al eucaristía, un seminarista leyó una carta del Arzobispo de Santiago en la que el pastor expresa su solidaridad con todas las víctimas y familias afectadas por la catástrofe en al zona norte del país. El cardenal pidió mucha oración por estos hermanos y canalizar la ayuda material a través de la Vicaría de Pastoral Social. Especialmente en dinero, que se puede depositar en la cuenta del Banco Santander N° 6824293, a nombre del Arzobispado de Santiago, Vicaría de Pastoral Social y de los Tabajadores. Rt: 72160000-9.
Fuente: Departamento de Comunicaciones Santiago
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