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La penitencia y la solidaridad marcaron la misa de inicio de Cuaresma en la Catedral Metropolitana, con el tradicional rito de imposición de cenizas, signo de la fragilidad humana, y el reparto y bendición de alcancías y altares de la campaña Cuaresma de Fraternidad. La eucaristía del mediodía fue presidida por el obispo auxiliar y vicario general de Santiago, Mons. Fernando Ramos, quien en su prédica se refirió al sentido de conversión que tienen estos 40 días de preparación a Semana Santa, instando a los fieles a luchar contra la indiferencia, uniéndose así al Papa en su mensaje cuaresmal.

“La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada Cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan” dijo el Papa Francisco en su mensaje titulado “Fortalezcan sus corazones”. Aludiendo a éste, monseñor Ramos expresó que Jesús nos exhorta a buscar de manera genuina nuestra conversión a Dios y que una actitud que evidencia la necesidad de conversión es la indiferencia, la “que nos conduce a separarnos de todo lo que nos rodea para encerrarnos en nosotros mismos”.

La indiferencia –agregó- puede manifestarse en diversos ámbitos de la vida. En primero en las relaciones humanas, pues “nos hace levantar un muro entre los hermanos”. Así también puede darse en el ámbito social, una “indiferencia cultural que nos empuja muchas veces al cambio por el cambio en la sociedad, sin tener la capacidad ni la posibilidad de confrontarnos con los valores universales”, y otra que apunta a la raíz del ser humano, que no permite ver ni valorar “la auténtica diferencia que tenemos con nuestro Dios, llevándonos a cortar la raíz fundamental de nuestra existencia, conduciéndonos a una oscuridad en nuestra vida sin fe o sin esperanza y muchas veces sin amor”.

Monseñor Ramos explicó que en este tiempo de 40 días de preparación a la Semana Santa, la Iglesia recuerda tres prácticas usadas por el pueblo de Israel para expresar una profunda conversión: la oración, el compartir parte de los bienes con quien más lo necesita y el ayuno.

Cuaresma Fraternidad
En ese sentido, señaló el obispo, hay muchos caminos que como cristianos se pueden emprender hacia una más plena conversión, superando la indiferencia. Uno en particular es el propuesto por la Conferencia Episcopal de Chile, la Campaña Cuaresma Fraternidad, a través de la que se apoyan iniciativas de ayuda social a grupos desfavorecidos en nuestra sociedad. De hecho, este 2015 se financiarán 44 proyectos con el dinero recolectado en las cajitas o alcancías de la Cuaresma 2014. “Esta es una forma concreta y sencilla para superar la indiferencia que pueda estar presente en nuestro corazón”, remarcó.

El proyecto “Tratar bien a los niños y las niñas se puede” es uno de los que se realizarán este año. Gracias a él, 30 niños más podrán participar en el programa Centro Abierto Laura Vicuña, de las hermanas de María Auxiliadora, que desde hace 25 años apoya a niños de la villa Los Lagos de Lo Prado.

“Con el proyecto Cuaresma podremos potenciar el programa, aumentando el cupo, con más talleres y también llegando hasta las familias y los colegios de los niños”, señaló la hermana Iris Inostroza, quien participó activamente en la eucaristía junto a un grupo de niñas del centro.

Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl

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