Después de casi tres décadas de presencia en nuestro país, las Hnas. del Buen Socorro dejan la Diócesis de Talca y Chile. Esta determinación la tomó la congregación ante escasez de vocaciones religiosas y la avanzada edad de las hermanas.
Su historia en nuestro país
El 16 de marzo de 1985 estas religiosas llegaron a Talca. La Congregación del Buen Socorro, nacida en Francia, envió a Chile 3 Religiosas: Las Hermanas Odilia, Paula y Bernardita. Don Carlos González, Obispo de Talca junto con la Hermana Teresa Roy, Superiora General, las orientaron para realizar esta nueva misión. Don Carlos las acogió con mucha alegría en su Diócesis, deseando que su lugar de inserción fuera Pencahue, donde vivieron 26 años.
Ellas mismas recuerdan “En una Eucaristía, el obispo nos presentó a la comunidad de Pencahue, diciendo que las tres Hermanas teníamos títulos de enfermeras; el mismo día la gente nos llamaba para ir a ver a sus enfermos. A nuestra llegada atendíamos a los enfermos que venían de todas las comunidades aledañas, esperando encontrar un alivio en su enfermedad. La casa estaba siempre llena de gente, desde la mañana hasta la tarde, ya que existían escasos recorridos de buses. El callejón “El Algarrobo” pronto se llamó el callejón de ‘Las Hermanas’. Poco a poco nos organizamos. La Hermana Odilia atendía en un pequeño consultorio, con una atención llena de delicadeza y ternura para todos los que acudían a ella. Las Hermanas Paula y Bernardita empezaron a recorrer los caminos del campo para llegar a todos la comunidades, sobre todo a las más apartadas y abandonadas; aliviando el dolor de tantos enfermos, escuchando sus problemas y muchas veces hospedándose en sus casas”.
En 1999, las Hermanas Teresa y Blanca llegaron a Las Américas, barrio norte de Talca, formando una comunidad humilde, con presencia de oración en medio de este inmenso sector. La Hermana Teresa Roy tuvo un rol importante para construir la Comunidad cristiana de Nuestra Señora de la Solidaridad, que se transformó en la parroquia de San Alberto Hurtado.
En 2003 se abrió una pequeña comunidad en una población de la Diócesis de Melipilla. Las Hermanas Mónica y Paola, con las Hermanas chilenas ayudaron a muchas familias pobres, teniendo la responsabilidad de la capilla. En 2011, llegaron a Teno para una nueva comunidad formada de las Hermana Bernardita, Patricia y Blanca. La Hermana Bernardita Toury se consagra especialmente a las visitas a los enfermos del hospital y a domicilio, en colaboración con los ministros de comunión, y contribuía al nacimiento y crecimiento de pequeñas comunidades en la periferia de Teno.
Al momento de la partida las religiosas expresan: “Siempre extrañaremos a tantas personas, que a lo largo de estos 30 años el Señor ha puesto en nuestro caminar. En sus rostros hemos visto y vemos el rostro de Jesús. Sus nombres quedarán para siempre en nuestros corazones ¡Gracias por lo que nos han entregado!”.
Fuente: Comunicaciones Talca