Reproducimos íntegramente la entrevista.
Arzobispo Ricardo Ezzati: “El país ha perdido una gran oportunidad: la de ofrecer la posibilidad de una educación de calidad"
Un año después de que el Papa decidiera hacerlo cardenal, el titular de la Iglesia santiaguina y cabeza de la Conferencia Episcopal entrega su balance de lo ocurrido en Chile estos doce meses. Pasando revista a la reforma educacional, al aborto y a los viajes de Francisco, revela también sus conversaciones con la Presidenta, el ministro de Educación y el canciller.
"Cuando uno mira a Chile y lo compara con otras realidades de nuestro continente, lo que tenemos que hacer es dar gracias a Dios por vivir en un país como este". La afirmación le surge espontánea al cardenal Ricardo Ezzati al momento de hacer un balance de lo vivido por el país en este último año. Y no es que el arzobispo de Santiago no vea problemas. Al contrario, se explaya críticamente, y de modo directo, respecto de temas como la forma en que se ha desarrollado hasta ahora la discusión educacional o la decisión del Gobierno de despenalizar el aborto a partir de ciertas causales, asunto sobre el que profundizó horas antes de que el Ejecutivo oficializara su anuncio (ver recuadro).
Pero, más allá de eso, se declara optimista ante lo que ve como "un país con muchas potencialidades".
Para Ezzati, los últimos doce meses han estado también marcados por un hito dentro de su trayectoria eclesiástica: en enero de 2014, el Papa Francisco anunció su nominación como cardenal. Desde entonces, su agenda se ha intensificado: participó en la Asamblea Plenaria de la Congregación para la Educación Católica, en Roma; luego, Francisco lo envió junto a otros dos cardenales a la ex Pontificia Universidad Católica del Perú para conocer su situación jurídico-eclesial; de nuevo en Roma, fue parte de la sesión extraordinaria del comentado Sínodo sobre la Familia y del Consistorio que analizó la situación del Oriente Medio, y a fines de año participó en el Congreso Internacional de Pastoral de las Grandes Ciudades, celebrado en Barcelona y culminado en El Vaticano.
En Santiago, en tanto, se abocó a la Misión Territorial desarrollada en la Arquidiócesis, y visitó todas y cada una de las parroquias; se alegró con la ordenación de dos nuevos obispos, y vio partir a uno de sus sacerdotes, investido como nuevo obispo de Arica.
Al final, "el balance me lo sugiere Jesús cuando dice: 'después de haber hecho todas estas cosas, digan: somos servidores inútiles'"
"Las aprensiones iniciales no se han borrado”
-Un tema que ha marcado este año ha sido el de la reforma educacional, respecto de la cual Ud. ya hace un año advertía que no la veía suficientemente reflexionada y presentada. Ahora que el proyecto sobre lucro, copago y selección ya fue despachado por el Congreso, ¿cuánto de sus aprensiones iniciales se mantiene? ¿Es una buena ley la que han aprobado los parlamentarios esta semana?
-El primer objetivo de los obispos de Chile fue apoyar con empatía una auténtica reforma educacional, de la cual compartimos la necesidad y la urgencia para la 'vida buena' del país. Por eso, frente a los anuncios públicos parciales e inorgánicos del Ministerio de Educación, nuestro primer aporte fue destacar la necesidad de un proyecto orgánico, un proyecto que la comunidad nacional conociera y en el cual pudiera participar activamente. Propusimos una discusión amplia y democrática, respetuosa de los objetivos y naturaleza del hecho educativo, abierta a la libertad de enseñanza y de sus presupuestos pedagógicos. Destacamos la variedad de proyectos educativos y el rol que están llamados a ocupar los padres de familia, principales responsables de la educación de sus hijos. Enfatizamos la urgencia de intervenir la educación pública para que fuera de calidad, etc.
-Ud. personalmente, ¿habló el tema con las autoridades?
-Antes que la señora Presidenta presentara el proyecto de ley y lo enviara a las cámaras, en una larga conversación con el señor ministro de Educación, comparé la propuesta anunciada como el afán de construir puertas y ventanas para un edificio del cual, sin embargo, se desconocía el proyecto arquitectónico.
"Siguiendo con la imagen, siento que, sin duda, se han mejorado puertas y ventanas, y se han logrado algunos ajustes; sin embargo, las aprensiones iniciales no se han borrado. Se ha perdido la ocasión de prospectar una educación de calidad para todos, especialmente para el sector público, y se ha centrado, en demasía, la atención sobre aspectos económicos, patrimoniales y administrativos, olvidando naturaleza, principios y valores propios de una auténtica educación".
"Insisto, creo que el país ha perdido una gran oportunidad: la de ofrecer a sus niños y a sus jóvenes la posibilidad de una educación de calidad. Es de esperar que el proyecto aprobado no se convierta en un obstáculo. De todas formas, seguiremos disponibles para dialogar y aportar nuestra visión y nuestra colaboración a lo que se pueda corregir, así como a los futuros proyectos que se han anunciado, movidos únicamente por el bien de la comunidad".
"Se ha pretendido confundir..."
-Una versión que se repitió con insistencia este año fue la de que a la Iglesia le preocupaban dos cosas de esta ley: salvar la situación inmobiliaria de los colegios de congregaciones y mantener la posibilidad de seleccionar. ¿Es efectiva esa afirmación?
-Algunos se han dado un arduo trabajo para instalar en la opinión pública semejante versión. Ello significa desconocer las motivaciones profundas, de carácter social y espiritual, que inspiran a tantas religiosas y religiosos que trabajan en la educación de los más pobres.
"La Iglesia Católica ha rechazado el enriquecimiento indebido y el lucro desregulado de algún sector de la educación particular, y no ha sostenido tesis contrarias a la justicia y a las leyes del país. Siempre hemos afirmado que el Estado tiene el derecho, el deber y, además, cuenta con todas las facultades necesarias para prevenir abusos o para reprimirlos, si fuera menester. Lo que los sostenedores de colegios católicos subvencionados buscan es colaborar con la formación integral de sus alumnos, evitando que su misión educativa se vea sobrecargada de normas innecesarias, onerosas y que solo desgastan".
"También en relación al tema de la selección se ha pretendido confundir. La Iglesia Católica es contraria a una selección arbitraria que no respeta la dignidad de cada y de toda persona. Decimos que la cultura y la educación no pueden ser esclavas del poder económico y de su lógica. Los educadores están llamados a reconocer, respetar y valorizar la diversidad, psicológica, social, cultural y religiosa, como una oportunidad y un don. Por eso la Iglesia cree que la diversidad es un poderoso recurso educativo para el crecimiento de todos. Destaca, al mismo tiempo, que educar es un acto de confianza entre las familias y las instituciones educativas, sean estas públicas o privadas. Sin confianza mutua se podrá instruir, pero no educar. Aquí está la riqueza de una 'comunidad educativa', compuesta de miembros diversos, que dialogan, se nutren de recíproca confianza y respeto, y orientan los esfuerzos de todos hacia el crecimiento armónico e integral del alumno".
-¿Pero qué entiende Ud. por adhesión de los padres a un proyecto educativo? ¿No basta para asegurarla el que los padres así lo expresen? Como educador, ¿cuál ha sido su propia experiencia?
-Uno de los desafíos de la escuela, especialmente sentido en las católicas, dice relación con las familias, muchas de ellas en crisis, necesitadas de acogida, de solidaridad y de participación. Es cuando educar se vuelve misión compartida que los frutos llegan mejor a su maduración. Ha sido mi experiencia y es lo que he constatado en los largos años de acompañamiento educativo.
-¿No han sido las entrevistas a los padres usadas a menudo como un mecanismo discriminador? ¿No han caído en ello también colegios católicos?
-El diálogo es una estupenda pedagogía de comunión y de colaboración, no instrumento de discriminación. Que en algunos casos se hayan dado abusos, es condenable y lamentable; sin embargo, ello no invalida el valor del diálogo y de la confianza mutua que debe reinar entre padres de familia e instituciones educativas.
"Invito a las comunidades educativas católicas a no dejarse vencer por el desaliento"
-Una ley como la que se está despachando, ¿puede afectar los proyectos educativos vinculados a la Iglesia? ¿De qué forma?
-Invito a todas las comunidades educativas católicas a no dejarse vencer por el desaliento o por las dificultades que puedan encontrar en el camino. También para ellas son válidas las palabras que el Papa San Juan Pablo II ha lanzado a Chile desde el Parque O´Higgins, la tarde de la beatificación de Teresa de Los Andes: "¡El amor es más fuerte!".
-¿Qué espera de los próximos proyectos de la reforma? ¿Tiene alguna expectativa de correcciones?
-Nuestra actitud y voluntad es de disponibilidad para colaborar con el bien común.
"El ministro de RR.EE. habló conmigo..."
-Durante este año el Papa ha seguido sorprendiendo, con actuaciones como su rol en el acercamiento Cuba-EE.UU., sus declaraciones sobre los límites de la libertad de expresión o sus dichos sobre el que ser buen cristiano "no significa reproducirse como conejos". ¿Admite que a veces su figura puede ser desconcertante para algunos?
-No cabe duda de que el Papa Francisco ha sorprendido al mundo. Desde los primeros días de su elección ha aparecido como un hombre de Dios, cercano a la gente, un pastor bueno que carga sobre sus hombros a la oveja herida, que va en busca de las que se alejaron y que estimula a la Iglesia a ser radicalmente coherente con el Evangelio. A veces utiliza expresiones típicas de nuestro pueblo, en opinión de algunos "poco diplomáticas"; sin embargo, están tan cerca de la sensibilidad y de la comprensión del pueblo sencillo, que lo escucha y lo sigue. También Jesús fue desconcertante... Francisco está en buena compañía.
-En Chile ha causado alegría el anuncio de su venida para 2016, pero también preocupación su viaje previo a Bolivia este año. ¿No existe un riesgo de que el Presidente Morales intente instrumentalizar ese viaje?
-Respondo con las palabras del Papa Francisco. El pasado 5 de enero me envió una carta personal. En uno de sus párrafos se refiere a su visita a Chile y a Bolivia. Habla de Chile como un "país, tan presente en mi corazón, y que espero, con la ayuda del Señor, poder visitar el año que viene". Y añade: "Esto mismo haré próximamente en Bolivia, animado exclusivamente por la caridad pastoral".
"En este sentido, creo que lo único que nos debe ocupar es dar espacio a la alegría y a la esperanza".
-Si llegara a producirse algún intento de manipulación del mensaje del Papa por parte de autoridades bolivianas, ¿qué sentiría Ud.?
-He escuchado la declaración de Evo Morales el jueves y me parece que justamente se excluye esa posibilidad. Él mismo afirma que el Santo Padre le ha dicho que la visita a Bolivia obedece a criterios y a orientaciones eminentemente de tipo pastoral.
-Ud. que conoce a Francisco, ¿él está consciente de este tipo de interpretaciones que se puedan hacer?, ¿de que haya gente que pueda querer manipularlo?
-Yo le puedo decir que habló conmigo el ministro de Relaciones Exteriores de Chile sobre ese aspecto. Yo había escuchado lo que se había dicho en los medios e informado oportunamente al Santo Padre de ello, y la respuesta es la carta personal que el Papa me mandó, diciendo claramente cuáles son las finalidades de sus visitas, que son pastorales y siempre han sido así. El caso del diferendo entre Chile y Argentina fue porque los dos países pidieron al Papa que interviniera. Juan Pablo II no habría intervenido si no se lo hubieran pedido.
"No se puede obligar a eliminar a un niño en gestación"
-Ante el anuncio gubernamental, "El Mercurio" publicó unas minutas con la discusión en el Gobierno respecto de la ley sobre despenalización del aborto bajo ciertas causales. ¿Qué impresión le dejaron esas minutas?
-Siempre un trabajo prelegislativo es muy valioso. Sin embargo, debe acoger todas las visiones. Lamentablemente, las minutas a las que se refiere dejan muchas dudas y presentan conceptos que apuntan a un aborto a todo evento. Me parece que en ellas no está presente la concepción de que el embrión y el niño en gestación es una persona, que tiene su dignidad, merece respeto y es sujeto de derechos. Es muy complejo considerar que este niño es solo parte de la madre, sin considerar que es una criatura única e irrepetible. Queremos proteger la vida desde la fecundación, que es el único origen biológico que podemos definir.
-En esos documentos se habla incluso de que para la acreditación de hospitales se debe exigirles el cumplimiento de todas las leyes, incluida la de aborto. ¿Cómo afectaría aquello a un hospital como el de la UC?
-El Estado debe permitir que la diferente identidad y misión de una universidad y de sus campos clínicos se expresen. No se puede forzar a ir contra la conciencia de un médico. No se puede obligar a eliminar un niño en gestación. El aborto va contra la lógica y nuestro convencimiento es proteger la vida. Es también la misión del hospital de la Universidad Católica.
-Se ha dicho igualmente en este debate que la objeción de conciencia es solo personal y no institucional...
-La conciencia no puede ser sino personal. En efecto, la persona humana es un ser moral que tiene el poder y el deber de configurar por sí mismo, responsablemente, su propia vida. En algunos países se ha considerado también posible que la objeción de conciencia sea institucional. En la Universidad Católica, los profesionales firman libremente adscribir a la declaración de principios; por lo tanto, la prevención y el cuidado de la vida son inherentes a la labor en sus campos hospitalarios. No se nos puede obligar a un acto que no aceptamos posible realizar.
-En su primer gobierno la Presidenta Bachelet no impulsó ninguna legislación sobre el tema e incluso el cardenal Errázuriz ha contado que ella le dijo ser contraria al aborto y considerar innecesaria una ley de aborto terapéutico. ¿A qué cree que se debe este cambio de posición de ella?
-Constato que hay un cambio de posición. Tuve la oportunidad de compartir con la señora Presidenta esta realidad. Sin embargo, no soy yo quien debe responder a esta pregunta.
-¿Tuvo oportunidad de conversar con ella al respecto?
-Sin duda conversé con ella. No es necesario que ella me lo diga; se nota por lo que ha presentado ya en el discurso de mayo del año pasado y ahora, con el proyecto sobre despenalización del aborto. Son realidades que hay que profundizar muy a fondo y que en otra oportunidad ella misma, como lo había declarado el cardenal Errázuriz, se había mostrado contraria.
-Hace diez años una legislación de aborto parecía imposible en Chile, y hoy incluso recibe apoyo en las encuestas. ¿Qué ha cambiado?
-Ha cambiado la cultura. Estamos viviendo en un país mucho más secularizado de lo que era hace diez años. No quiere decir que sea mejor; no siempre la secularización lleva a cosas positivas. Pero sin duda el país ha cambiado.
-¿Es más difícil defender los valores cristianos cuando se suman casos de sacerdotes sancionados por abusos?
-Son dos cosas diferentes. El hecho de que uno se equivoque no quiere decir que esté equivocado lo que anuncia y lo que predica. Hay que distinguir y lo que hay que defender son los principios. Por cierto, ojalá que en la vida no solo de los sacerdotes, sino de todos los cristianos, haya una profunda coherencia.
-¿Qué espera la Iglesia de los legisladores católicos en esta materia?
-Le respondo con las palabras del documento de Aparecida en la V Conferencia de Episcopado Latinoamericano y Caribeño: "Esperamos que los legisladores, gobernantes y profesionales de la salud, conscientes de la dignidad humana y del arraigo de la familia en nuestros pueblos, la defiendan y protejan de los crímenes abominables del aborto y de la eutanasia; esta es su responsabilidad. Por ello, ante leyes y disposiciones gubernamentales que son injustas a la luz de la fe y de la razón, se debe favorecer la objeción de conciencia" (n. 436). El Papa Francisco enseña que el que está por nacer "es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades. Si esta convicción cae, no quedan fundamentos sólidos para defender los derechos humanos, que siempre estarían sometidos a conveniencias circunstanciales de los poderosos de turno" (Cfr. Evangelii Gaudium , n. 213).
-En el pasado se ha planteado que un político católico que legisle contra la doctrina de la Iglesia se expone desde una excomunión a otro tipo de sanciones. ¿Puede ser eso aplicable?
-Yo descarto que sea objeto así, en general, de una excomunión latae sententiae , automática, porque yo no puedo entrar en la conciencia de la persona. Lo que sí insistimos es que si soy católico y apruebo una doctrina contraria a mi fe, eso tiene gravedad. No digo que sea excomunión en todos los casos ni automáticamente.
-
Recorte de prensa
Fuente: Diario El Mercurio