Tras señalar que su visita es ante todo pastoral, pues como Pastor universal de la Iglesia católica, anhela alentar a los católicos de Sri Lanka y rezar con ellos, el Papa destacó la canonización del Beato José Vaz, y la actualidad de su «ejemplo de caridad cristiana» y de «respeto a todas las personas, independientemente de su raza o religión». Y subrayó que su «visita a Sri Lanka es también expresión del amor y de la preocupación de la Iglesia» hacia todo el pueblo y del «deseo de la comunidad católica de participar activamente en la vida de toda la sociedad».

Reconociendo la tragedia constante, en el mundo de hoy, ante las tantas guerras entre comunidades; por una incapacidad de reconciliar las diversidades y las discordias, antiguas y nuevas, entre etnias y religiones, hasta llegar a las violencias, el Papa recordó el largo sufrimiento de Sri Lanka en la contienda civil y su necesidad de «curar las heridas y de consolidar la paz». No es fácil superar el largo legado de injusticias, hostilidad y desconfianza, que dejó el conflicto. «Esto sólo se puede conseguir venciendo el mal con el bien» (cf. Rm 12,21) El proceso de recuperación requiere también la búsqueda de la verdad y la promoción de la justicia y de la unidad.

Y, en este delicado proceso de reconciliación, tienen un papel esencial las diversas tradiciones religiosas, toda la sociedad debe tener voz y hay que trabajar juntos, señaló también el Papa, haciendo hincapié en la promoción de la dignidad humana, del respeto de los derechos humanos y en la inclusión plena de todos los miembros de la sociedad. Con el anhelo de que los dirigentes políticos, religiosos y culturales de Sri Lanka impulsen la reconciliación, contribuyendo al progreso material y espiritual de todo el pueblo, el Obispo de Roma deseó que las jornadas de su visita pontificia sean jornadas de amistad, de diálogo y de solidaridad.

Fuente: www.news.va