“Que en esta Navidad aprendamos a poner nuestras energías para construir un país de comunión, de fraternidad, de solidaridad”
Misa de Navidad en la Catedral Metropolitana
“Que en esta Navidad aprendamos a poner nuestras energías para construir un país de comunión, de fraternidad, de solidaridad”

Al mediodía del 25 de diciembre, el Cardenal Arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati encabezó la celebración de la Eucaristía de Navidad en la Catedral Metropolitana de Santiago en donde reiteró los conceptos del mensaje de Navidad emitido en diversos medios de comunicación, llamando a vivir las actitudes de la contemplación, la solidaridad y la armonía.

La ceremonia comenzó con el ritual de incienzar el pesebre navideño, en el cual -desde la misa de noche buena- ya estaba presente la imagen central del niño Jesús. En dicho instante el Cardenal se arrodilló y en silencio oró en compañía de los asistentes a la Eucaristía.

En la homilía, el Arzobispo Ezzati recordó en sus primeras palabras que en esta fiesta “hemos recibido el Don que el Padre nos ha regalado, el Don de su Hijo” agregando que “en Jesús reconocemos a todos como hermanos y como miembros de la gran familia que Jesús ha redimido haciéndose hombre y compartiendo nuestra vida humana. La única esperanza con no engaña es Jesucristo. Por eso necesitamos en este tiempo secularizado, un corazón abierto a Dios y al Evangelio.”

Es así como en su mensaje, el Cardenal insistió en “La Armonía para construir un país de hermanos, donde no haya voces solitarias que con prepotencia o por orgullo piensan que su tono debe ser el tono definitivo. Que importante que como sociedad sepamos cantar al unísono, aportando cada uno los dones que hemos recibido, acogiendo el don que cada uno es para construir el bien común. Se llama bien común por que lo vamos construyendo entre todos. Que importante es para nuestro país que en esta Navidad aprendamos a cantar al unísono y poner todas nuestras energías para construir un país de comunión, de fraternidad, de solidaridad. Que importante es que sepamos acoger y ser acogidos para que entre todos podamos formar un país de hermanos.”

Dando a conocer la experiencia que conoció en su visita a un Hogar de la Fundación las Rosas, en la que fue acogido un abuelo totalmente desamparado y desorientado a pocas horas de celebrar el nacimiento de Jesús, el pastor de la Iglesia de Santiago señaló “Ese fue el regalo de navidad para esa comunidad… preguntémonos cuál ha sido el regalo más precioso que hemos recibido o que queremos recibir como seguidores de Jesús, como comunidad de la Iglesia.”

El Papa Francisco nos ha repetido en todos los tonos que necesitamos ser una Iglesia de pobres, que acoge a los pobres. Una Iglesia que habiendo encontrado en Jesús el testimonio de su vida, descubre que Jesús ha venido como regalo para los más pobres y los más necesitados. Una lección que hemos recibido en este año de Misión Territorial ha sido justamente este. Muchos hermanos y hermanas que desde sus comunidades parroquiales han salido al encuentro de los hermanos en las periferias de nuestra ciudad y se han encontrado con tanto dolor y soledad.”
“Que nuestra Arquidiócesis se convierta en una Iglesia que acoja a los más pobres. Si nuestro corazón se abre verdaderamente a la acogida de Dios, no puede no abrirse a la acogida de aquellos por los cuales Jesús se ha hecho hombre y ha venido a habitar en medio de nosotros.”

Una vez finalizada la eucaristía el Cardenal Ezzati se dio tiempo para atender las consultas de diversos medios de comunicación, instancia donde el Arzobispo habló de diversos temas contingentes como la reforma educacional, la reforma laboral y el atentado ocurrido en la madrugada de la navidad a una comisaria de la Araucanía. Sobre este último hecho, el también Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile comentó “Le tengo un gran cariño al Pueblo Mapuche y con ellos he trabajado intensamente durante el tiempo que fui Arzobispo de Concepción. El Pueblo Mapuche es un pueblo de una profunda espiritualidad que no quiere violencia, que no ama el conflicto. Naturalmente en toda sociedad hay personas que pierden el sentido de lo que significa construir la comunión y piensan que se puede construir la justicia y la paz por medio de la violencia. Ese siempre es un camino equivocado. Nunca la violencia conduce a nada. Solamente el diálogo, la comprensión y el respeto a los derechos de todos pueden conducirnos a vivir un clima de mayor paz también en nuestro país.”

Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 26 de Diciembre, 2014
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