En su homilía se explayó diciendo; “hemos pasado diez navidades juntos, pero no es una rutina, sino que cada Navidad nos aporta el volver a nuestras raíces, a nuestros orígenes familiares, religiosos y sociales”.
“Cada día el Señor está viniendo a nuestro encuentro pero nuestros ojos torpes no lo reconocen, El sale a encontrarnos en la Palabra, en la Eucaristía, en la presencia de cada hombre y de cada mujer, en la vida familiar, en el trabajo, en la vida cotidiana. En este tiempo hermoso no podemos dejar que pase de largo, por eso pedimos: “Ven Señor Jesús”.
“No podemos vivir la vida como ciegos, sordos, preocupados de mil afanes que nos hacen perder humanidad. Necesitamos disponernos a acoger la verdad sencilla, a gustar la belleza y la armonía, la risa de los niños, la sabiduría de los ancianos, la delicadeza de la Virgen María, la paz de un gran amor, el misterio de Dios que nos sobrepasa. Tenemos que gritar “Ven Señor Jesús”.
En su mensaje también se refirió al Papa Francisco que ha vuelto, con fuerza, a poner en el mundo y especialmente a nosotros creyentes, la libertad del mensaje del Pesebre: sencillez, paz, alegría y solidaridad.
Al concluir la Solemne Eucaristía el Arzobispo deseó una “feliz y Santa Navidad para todos y “ayudémonos unos a otros a vivir con los valores del Pesebre de Belén”.
La misa navideña se realizó en la Iglesia Catedral de Antofagasta, el 24 de diciembre a las 21:00 horas, en una misa que Monseñor Lizama concelebró con el párroco de la comunidad, padre Marcelo Pizarro.
Durante la celebración animaron con sus instrumentos y voces los coros de niños y de adultos de la parroquia San José
Fuente: Comunicaciones Antofagasta