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El anuncio se realizó en el marco de la licenciatura de dicho establecimiento, que hasta la fecha estaba a cargo del Instituto Catequístico Dolores Sopeña, en Concepción. La hermana Ana María Cruz, responsable de la comunidad y de la Fundación Dolores Sopeña, comentó “nos interesaba que el arzobispado liderara este trabajo, porque nuestros alumnos tienen poca relación con la Iglesia y nosotros somos la única cara visible de una Iglesia cercana que ellos perciben a lo largo de su vida, que les acoge como son, que no les exige que sean católicos pero que les brinda todo el amor”.

La misma religiosa observó que gran parte de los estudiantes del CEIA Alfredo Silva Santiago “son jóvenes expulsados del sistema escolar formal por conductas disruptivas. Vienen con la idea de que ya no tienen posibilidad de seguir estudiando porque los adultos no creemos en ellos. Pero aquí se encuentran con la realidad que sí son creíbles, que sí tienen posibilidades y pueden seguir estudiando. El 33 por ciento de estos alumnos ingresa a la educación superior, lo que no es poco”.

Dos de los egresados este año fueron Alexandra Uribe Escobar y César Cartes Olate, alumnos integrales de sus respectivos niveles. Alexandra comentó que este paso “es una de mis metas que ya se cumplió, ahora tengo que seguir avanzando y superarme más. No pude terminar mis estudios formales por problemas de salud, ya que estuve en tratamiento un año y medio. Ahora acabo de rendir la PSU, y quiero convertirme en médico, ese es uno de mis sueños”. Por su parte, César señaló que “esto es demasiado importante, porque todo se consagra en esta licenciatura, mis cuatro años de esfuerzo y dedicación para salir bien de esta etapa y comenzar la siguiente. No había terminado mis estudios por falta de dedicación nada más, pero ahora estoy muy feliz. Rendí la PSU, y espero estudiar logística marítimo portuaria en un instituto”.

El Centro de Educación Integral de Adultos Monseñor Alfredo Silva Santiago funciona desde el año 1948. Su primer rector fue el sacerdote Ramón Harrison. Su directora actual, Jacqueline Alarcón Caraboni, destacó que “lo que caracteriza a nuestro colegio es que se evangeliza a través de la educación, y se entregan valores como solidaridad y justicia. Para llegar a eso hay que seguir algunos pasos, por ejemplo, salir al encuentro de los jóvenes, ganarles el corazón, dignificarlos, y así logramos hacer de todos una sola familia”.

En la licenciatura estuvo presente el Vicario Episcopal para la Educación y presidente de la Fundación Educacional La Asunción, presbítero Francisco Osorio, quien recibió el estandarte de manos de la hermana Ana María Cruz. Precisamente, el lema que lleva este emblema es “Ganarles el Corazón” (en relación a los estudiantes), ya que Dolores Sopeña decía que lo más importante era que una persona se sintiera querida y amada por sus cercanos, pues sólo así podrá creer que Dios le ama.

Fuente: Comunicaciones Concepción

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