“No es tiempo perdido el que dedicamos a Dios y a construir el camino para que el Señor venga”
En sus primeras palabras, el
Arzobispo de Santiago manifestó su alegría de volver a reunirse con esta comunidad sobre la que destacó su fe y sus espléndidos cantos “ciertamente una comunidad que tiene el corazón abierto para acoger la palabra de Dios, especialmente el mensaje de este domingo de adviento”.
Durante la homilia, el cardenal hizo un llamado a los presentes a preparar el camino a la buena noticia del Señor. “Escuchamos frecuentemente la frase: no tengo tiempo”, una realidad que a juicio del cardenal atraviesa toda la vida familiar, la relación de los esposos y la de los padres con sus hijos. Por ello el pastor recalcó “El Señor nos ofrece todo el tiempo para construir nuestra vida en amistad con Él, para abrir nuestra existencia a su gracia, para acogerlo en nuestra vida, para acoger los signos de la presencia del Señor y su Evangelio en nuestro caminar; como es el amor, la justicia, la solidaridad, la ayuda mutua”.
“Si, el Señor nos regala todo el tiempo de nuestra existencia. No tengamos egoísmos de dedicarle un tiempo a Dios. Los que vamos a ganar somos nosotros mismos. Cuando abrimos la puerta a Dios, viene a nosotros también su amor, su reconciliación y el sentido a nuestra vida. El único que puede darnos ese sentido profundo es Dios, su palabra y la participación en la vida de la comunidad cristiana que se reúne en torno a Dios para celebrar la eucaristía, la fraternidad y el tiempo que podemos regalarnos los unos a los otros.
No es tiempo perdido el que dedicamos a Dios, y el que dedicamos a buscar y construir el camino para que el Señor venga”.
También el cardenal se dio un espacio para destacar la fiesta que pone fin al mes de María “celebraremos la gran fiesta de la
Inmaculada Concepción. En Santiago como en muchas partes de Chile nuestra comunidad se reunirá a celebrar a la Virgen María, nuestra madre, para decirle que necesitamos de su ayuda y auxilio para ser hombres y mujeres santos”.
Al finalizar la celebración eucarística, se solicitó a un grupo de niños que realizarían este domingo su primera comunión, que se acercaran al altar para que el Arzobispo les diera su bendición junto a sus padres “Que en el hogar de cada uno de ustedes, que estos niños encuentren un testimonio vivo, donde puedan alimentar y hacer crecer su fe” fue parte del mensaje que el cardenal les regaló. Jacqueline Seither la catequista a cargo de la preparación de este grupo comentó “Esto es muy hermoso. Los niños nunca habían visto al cardenal, fue espectacular para ellos”.
Similar fue la opinión del padre
Guillermo Colipe, párroco de la comunidad de Cristo Rey “Me siento muy feliz, esta es una parroquia muy pequeña y modesta, con gente muy cariñosa y entregada. Que el Arzobispo de Santiago venga a la comunidad más pequeñita es un gran reconocimiento y muestra de cariño del Pastor hacia su Iglesia”
Fuente: Comunicaciones Santiago
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