“Emprendemos camino con la mirada puesta en el Buen Samaritano. Queremos ser diáconos próximos, atentos al sufrimiento del hermano, dispuestos a curar y vendar heridas, a incluir a postergados, y a anunciar a todos que tu amor no conoce límites y es el mayor regalo para nuestra vida”.
Con estas palabras, el portavoz de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, agradeció por su ordenación y por la de los otros seis nuevos diáconos que recibieron su ministerio este sábado 27 de septiembre de manos del arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati Andrello.
Hasta la catedral metropolitana llegaron sus familiares, amigos, colaboradores y comunicadores, para participar del comienzo de esta nueva etapa en la vida de la familia de este periodista, que comenzó su formación en 2009, junto a su esposa Nilda Quezada y a sus dos hijos, Bruno y Mateo.
En la eucaristía, presidida por el arzobispo De Santiago, participaron el arzobispo de La Serena, mons. René Rebolledo; los obispos de Rancagua, mons. Alejandro Goic; de Valparaíso, mons. Gonzalo Duarte; de San Felipe, mons. Cristián Contreras Molina; de Temuco, mons. Héctor Vargas; los auxiliares de Santiago mons. Fernando Ramos y mons. Galo Fernández; y el obispo emérito de Temuco, mons. Manuel Camilo Vial. Junto a ellos, numerosos sacerdotes y diáconos y una gran presencia de familias.
En su homilía, el cardenal Ezzati subrayó la relevancia de la identidad diaconal, de servicio al prójimo, en la misión de la Iglesia. Reflexionando en torno al evangelio del Buen Samaritano, que se proclamó la ceremonia, invitó a los nuevos diáconos a cultivar las tres actitudes del samaritano: la de detenerse ante el dolor del hermano sin pasar de largo, la de compadecerse ante el sufrimiento de los demás, y la de curar sus heridas y preocuparse por su bienestar.
Tras examinar la voluntad y disposición de los diáconos electos, de sus esposas y de sus hijos, en el rito de ordenación, los siete nuevos diáconos prometieron fidelidad al arzobispo de Santiago y sus sucesores, y como signo de entrega y abandono se postraron mientras la comunidad invocaba el auxilio de los Santos en el cántico de las letanías. Posteriormente, por la imposición de manos del arzobispo y por la oración consecratoria recibieron el sacramento del Orden.
La caridad en el ministerio diaconal
Mons. Alejandro Goic fue quien vistió la estola, con la imagen del Buen Samaritano, al también director de la Oficina de Comunicaciones y Prensa de la CECh. Y su esposa, Nilda, le colocó la dalmática.
El obispo de Rancagua lo considera un gran amigo, un gran creyente y un gran profesional. Sostiene que, como diácono permanente, tiene una gran misión: “ser testigo con su voz, con su pluma, con su trabajo profesional, de todos los valores que dignifican al ser humano” y agrega que desde esta perspectiva sacramental, será un gran compañero de camino en el servicio profesional para vivir los valores fundamentales que se desprenden del Evangelio.
“La ordenación de Jaime, como de los otros candidatos en Santiago al diaconado permanente, es un don de Dios muy grande porque se trata de un sacramento que constituye, a Jaime y sus compañeros, como servidores de la comunidad en la triple dimensión del diaconado permanente, que es servir al anuncio de la Palabra de Dios con todo lo que eso implica, el servicio litúrgico en la celebración central de la fe, que es la Eucaristía, y el servicio a la caridad, a la solidaridad es decir, todas las expresiones del amor cristiano frente a las necesidades humanas están llamadas a ser parte del patrimonio de un diácono permanente”, dice Monseñor Goic sobre el significado de la ceremonia vivida este 27 de septiembre.
El obispo también destaca las cualidades que ve en Jaime: “Tiene una sabiduría muy grande para mostrar el Evangelio de una manera muy atrayente, de una manera muy cercana a la gente de hoy. Creo que tiene un don para presentar los grandes principios y valores que se desprenden de la enseñanza de Jesucristo, que logra ser captado por la gente de una manera positiva. En alguna medida, yo lo veo muy cercano a lo que el papa Francisco nos está señalando con su catequesis permanente. El Papa ha hecho el Evangelio más cercano a toda la gente y creo que algo de ese don lo tiene Jaime también”.
Servicio junto a comunicadores
Los diáconos permanentes sirven al pueblo de Dios en el ministerio de la liturgia, de la Palabra y de la caridad. Pero en el caso de Jaime Coiro, ofrecerá también su ministerio para acompañar a los comunicadores en su labor profesional y en su experiencia personal de fe. Ingrid Riederer, periodista de la Conferencia Episcopal desde 2007, señala que “los periodistas de los medios de comunicación sabrán encontrar en Jaime, además de un portavoz del mensaje de la Iglesia, un portavoz de la Buena Nueva de Cristo, tanto para la sociedad como para sus vidas personales”.
La periodista Paula Ramírez trabaja con Ingrid y Jaime desde 2011. Ella comparte el significado que tiene para ellos, la ordenación de este nuevo diácono. “Es una felicidad muy grande para nuestra oficina de comunicaciones que sea Jaime quien nos acompañe, desde el diaconado, en nuestra labor como comunicadores. Sabemos que los medios pueden ser promotores de una cercanía real entre las personas como dice el Papa, pero necesitamos enfrentar los desafíos que trae aparejado este servicio y es motivante saber que él nos animará mucho más en este camino”.
Estrecha relación con el portavoz tiene el coordinador en Chile de la Red de Informática de la Iglesia en América Latina, Carlos Correa. Se conocen desde el año 2002 y comparte que "es una gran alegría que un amigo tan querido, acompañado por su hermosa familia, haya comenzado este camino del diaconado permanente. Jaime tiene una enorme vocación de servicio y un corazón profundamente eclesial. Estoy seguro de que su gran espiritualidad, testimonio, cercanía y permanente alegría conformarán un sello particular en esta diaconía que hoy comienza, y que confío traerá frutos abundantes".
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En esta oportunidad, de los 27 nuevos diáconos para la Iglesia de Santiago, los primeros siete fueron ordenados por el arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati. Además de Jaime Coiro, fueron ordenados Raúl Ubilla, de la zona Norte; Sergio Barayón, Miguel Haggar, Miguel Miranda, Julio Torres y Nelson Varela, de la zona Cordillera. Los otros nuevos diáconos serán ordenados en ceremonias posteriores en sus respectivas zonas.
Fuente: Prensa CECh