Autoridades y fieles participaron de Te Deum en Rancagua
Autoridades y fieles participaron de Te Deum en Rancagua

En esta acción de gracias el Obispo Goic planteó los desafíos para construir Chile

Autoridades regionales, encabezadas por la Intendenta Regional , Morin Contreras, de las fuerzas armadas y de orden, miembros de voluntariados, consagrados y fieles participaron este 18 de septiembre en el tradicional Te Deum que se efectúa en la Diócesis de Rancagua. Esta ceremonia, realizada en el templo Catedral, fue presidida por el Obispo Alejandro Goic Karmelic.

Monseñor Goic señaló durante su homilía que el san Alberto Hurtado se refirió a que “nuestros padres nos dieron una Patria libre, a nosotros nos toca hacerla grande, bella, humana, fraternal. Si ellos fueron grandes en el campo de batalla, a nosotros nos toca serlo en el esfuerzo constructor”. Por ello, quizo compartir algunas de sus preocupaciones en el Chile de hoy. “Considero indispensable abordarlas y buscar soluciones dignas y coherentes con los principios y valores enunciados. Son desafíos a nuestra conciencia de chilenos y de creyentes”.

Entre ellas destacó el el sistema privado de pensiones, “he escuchado, tantas veces de personas jubiladas, que reciben pensiones que no les alcanzan para vivir con la mínima dignidad. Con los años llegan más enfermedades, a veces, situaciones muy complejas y los ingresos disminuyen considerablemente, en relación a los ingresos que se percibían cuando se estaba activo y con trabajo. El porcentaje de adultos mayores ha crecido fuertemente en Chile.

La dignidad de la vida debe ser el fundamento de la seguridad social y de todos los otros derechos humanos esenciales. En un verdadero sistema de seguridad social debe existir el principio de solidaridad en que la persona aporta según sus posibilidades y recibe según sus necesidades.

Urge una profunda revisión del sistema de pensiones para lograr pensiones suficientes, dignas, decentes, como las que exigen los compromisos jurídicos asumidos por Chile. Urge, aquí como en tantos otros temas, ponernos en el lugar de los más pobres”, dijo.

Luego hizo mención a la realidad carcelaria indicando que los Obispos de Chile hace poco más de cuatro años hicieron un análisis de la realidad de los Internos en las cárceles y que en el contexto del bicentenario pidieron - bajo una serie de condiciones – la posibilidad de un indulto para algunos internos adultos mayores y de penas próximas a cumplirse, lo mismo pedimos para los enfermos terminales. “Lamentablemente no se nos escuchó. Un país crece en grandeza cuando muestra rasgos de misericordia. Hoy en nuestra región ha salido en evidencia el drama injusto de atentados contra la vida y dignidad de un grupo de internos del penal. El Capellán de Gendarmería de Rancagua oportunamente hizo la denuncia, pero no tuyo mayor eco. Incluso ha recibido amenazas por cumplir con su deber de chileno y de sacerdote. La publicación en televisión provocó la atención y la condena de los abusos. Sabemos de lo compleja y difícil que es la tarea de Gendarmería de Chile. La gran mayoría de sus servidores, con sacrificio y esfuerzo cumplen sus obligaciones, pero algunos - los menos – han abusado gravemente de los internos. El esclarecimiento de estos dolorosos episodios es imprescindible y las sanciones correspondientes para la sanidad del país. Nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a atentar contra la dignidad del ser humano. Nuestra dolorosa historia reciente nos muestra a qué extremos se puede llegar cuando se ofende a un ser humano en sus derechos esenciales”, expresó.

Por último se refirió a la delincuencia y la violencia juvenil, señalando que “estos últimos días hemos sido testigos de los crueles atentados terroristas, con víctimas inocentes, el ataque cobarde y violento a periodistas en cumplimiento de su misión. Especial preocupación nos muestra el índice de muertes de adolescentes y jóvenes que resuelven sus reyertas y conflictos eliminando físicamente jóvenes vidas o asaltándolas quitándoles la vida para robarles un teléfono celular, una mochila, etc. Volvemos a afirmar: la violencia, en cualquiera de sus formas, engendra odio y daña hondamente el alma de Chile. ¡No podemos acostumbrarnos a estas muertes violentas! ¡No podemos aceptar la cultura de la muerte, menos entre nuestros jóvenes!

El pastor diocesano hizo un llamado a unir fuerzas para enfrentar estos desafíos, pues todos forman parte del “esfuerzo constructor” del que nos habló Alberto Hurtado.

- Texto completo de la homilía

Fuente: Comunicaciones Rancagua
Rancagua, 18 de Septiembre, 2014
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