La Parroquia El Divino Salvador de Ovalle, en la víspera de la celebración de la Ascensión del Señor, dio gracias por el servicio que realizan los catequistas, al celebrar su día.
El padre Raúl Marchant, párroco de esta comunidad presidió la Eucaristía, concelebrada por el Padre Héctor Zambra, encargado diocesano de Catequesis; en la que quisieron agradecer el llamado que hace Dios para servir como catequistas, en una Iglesia que escucha, anuncia y sirve.
Durante la homilía, el padre Raúl Marchant, de los Clérigos de San Viator, realzó este servicio pastoral, basado en el mensaje del Papa Francisco en su encuentro con los catequistas durante el año de la Fe, señalando que Catequista es una vocación, que se trata de ser y no de trabajar como catequista.
Dijo el párroco que “lo primero para un discípulo es estar con el Maestro, escucharlo, aprender de Él, y esto vale siempre, es un camino que dura toda la vida”. Además planteó que “hay que volver a partir de Cristo, lo que significa imitarlo en el salir de sí mismo e ir al encuentro del otro. No tener miedo de ir con Él a las periferias, se necesita ir ahí, y Jesús está allí, te espera para ayudar a ese niño a hacerse el signo de la cruz. Él nos precede siempre”.
Un momento especial en la Eucaristía fue el de la presentación de las ofrendas, por parte de las 9 comunidades eclesiales, como signo del servicio que prestan en la comunidad. La comunidad de Jesús de Nazaret presentó un cirio encendido que es signo de ser testigos de la Palabra que se anuncia, mientras la comunidad de Nuestra Señora del Carmen, un saquito de Sal que es signo de contagiar el entusiasmo, la alegría, la esperanza, dar “gusto”.
La comunidad de San Alberto Hurtado, un racimo de uvas que es signo de unidad y comunidad, la comunidad de La Inmaculada la levadura, que es signo de fermento en la masa y las comunidades, simbolizado en un pan y la comunidad de San Francisco, un saquito con semillas que es signo de sembradores de la Palabra de Dios.
También en la presentación de ofrendas, la comunidad de Buen Pastor ofreció una fuente con agua, que es signo y evocación del Bautismo; la comunidad de San José Obrero, un frasco con aceite que es signo y evocación de la Confirmación. La comunidad de Sede San Viator, un pocillo con greda que es signo de pobreza, fragilidad dispuesta para ser modelada y la comunidad de Santa Teresa, el pan y vino, signo de solidaridad, trabajo, unión con Cristo y vida entregada.
En esta Eucaristía la Acción de Gracias estuvo a cargo de los coordinadores parroquiales de catequesis, Tito Navea y Alejandrina Segovia, mientras que las palabras de agradecimiento las entregó el coordinador del Consejo Parroquial, Alfonso Berríos.
Antes de recibir la bendición final, el padre Raúl Marchant, bendijo especialmente a los catequistas presentes en la Eucaristía para que sean nuevamente fortalecidos con la fuerza del Espíritu de Jesús, en vistas a la misión que les ha encomendado y luego compartieron un encuentro fraterno.
Fuente: Comunicaciones La Serena