Con un llamado a promover una mayor justicia social la Iglesia de Concepción celebró Día del Trabajador
Con un llamado a promover una mayor justicia social la Iglesia de Concepción celebró Día del Trabajador

Repensar a la región del Biobío desde sus potencialidades y oportunidades, fue uno de los llamados que hizo el Arzobispo de Concepción, monseñor Fernando Chomali, en la Misa con motivo del Día del Trabajador, en la catedral de la ciudad.

Estuvieron presentes autoridades regionales encabezadas por el intendente regional, Rodrigo Díaz; autoridades parlamentarias y dirigentes sindicales de la zona, con la directiva provincial de la CUT. Durante el ofertorio, representantes de parroquias, comunidades cristianas, movimientos apostólicos, comunidades de trabajadores ofrecieron cajas con alimentos no perecibles para compartir con los más necesitados. Al término de la Misa, Monseñor Chomali hizo entrega a estos representantes y a las autoridades, organizaciones sindicales y de empresarios, un ejemplar de la Exhortación Apostólica Evangelium Gaudium del Papa Francisco.

En su mensaje a los asistentes expresó que “si queremos saber cómo está el país, tenemos que mirar qué pasa con el trabajo y los trabajadores; el gran drama del Siglo XXI es que en Occidente el trabajo es una mercancía que se transa y eso lo tenemos que cambiar”.

Valoró el trabajo, planteando que éste “es el lugar donde las personas se desarrollan como tal y el lugar donde obtienen los recursos para vivir dignamente. El trabajo es la clave de la cuestión social”.

En su homilía, llamó a reflexionar respecto a que Chile es un país que ha crecido mucho y “sin embargo, la brecha entre los pocos que tienen mucho y muchos que tienen poco, cada vez es más grande”.

“Tenemos que promover una adecuada relación entre el trabajo y la familia y debemos terminar con una in justa discriminación que se hace con las mujeres, respecto a su salario, a los horarios”, afirmó y especialmente se refirió “a lo triste que es ver empresas importantes de la región que se han ido desplomando poco a poco, lo que tiene que hacernos repensar el rol y desarrollo que juega el Estado en esta circunstancias”.

Frente a los altos niveles de cesantía que sigue teniendo la región del Biobío, el Arzobispo manifestó que “la región tiene que buscar su propio norte. Hay cosas importantes en la región: en primer lugar, esta es una ciudad universitaria, con más de 80 mil estudiantes, es decir, hay una enorme potencialidad de emprendedores, en el ámbito de la innovación de la tecnología y, en segundo lugar, esta es una zona que tiene una riqueza agropecuaria, marítima extraordinaria. La región tiene que pensarse no desde sus falencias, sino desde sus oportunidades y riquezas y además, en la región hay mano de obra muy calificada, empresas de un valor tecnológico grande como ASMAR, por ejemplo, que hay que promoverla”.

Agregó que “tenemos que reconocer que, lamentablemente, las fuentes de trabajo de la región, verdaderos hitos y buques insignias se están desplomando. Pensemos en ENACAR y el drama de los cientos de trabajadores que llegaron jóvenes e ilusionados a trabajar a la mina y terminaron solos, pobres y enfermos. Miremos Huachipato, una verdadera ciudad empresarial, ejemplo para el mundo, hoy con respirador artificial y despidiendo a cientos de trabajadores. Miremos bellavista Oveja Tomé. Un orgullo para Tomé y la región, hoy cerrando sus puertas y dejando trabajadores que dieron la vida por ella a la deriva. Lo mismo con Croswsbill y con tantas medianas empresas que ahogadas por el sistema económico han quebrado. Las dramáticas consecuencias de ello nos duelen y nos obligan a reflexionar acerca de la indefensión en la cual se encuentran miles de trabajadores y sus familias, y sus sueños. Muchos de ellos tienen que abandonarlas por largos días para ir a buscar el sustento al norte. No podemos quedar indiferentes. Debemos promover un modelo económico que cuide y resguarde el trabajo y no lo desaliente, que promueva la vida familiar y no la destruya. Lo debemos promover desde la Región, para sus habitantes.

“Invito a todos quienes tienen responsabilidades en la sociedad a que juntos hagamos un esfuerzo para darle a estos jóvenes espacios de desarrollo y así se sientan verdaderamente parte de la sociedad. La paz es fruto de la justicia y trabajar por la justicia es fruto del amor al que el Señor Jesús nos llama a todos. A ello los invito, a que el amor entre en nuestras categorías a la hora de tomar decisiones a todo nivel. Amor y solidaridad, que según el Papa Francisco, son un factor determinante en el desarrollo de los pueblos”, precisó en su mensaje.

- Texto completo de la homilía

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 01 de Mayo, 2014
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