Voluntarios y damnificados del incendio de Valparaíso fueron las personas a las que se les lavó los pies en la Misa celebrada este Jueves Santo en la Parroquia San Juan Bosco, la que abrió sus puertas y se transformó en albergue desde el mismo sábado en la noche cuando decenas de personas llegaron buscando una mano amiga.
En su homilía, el padre Patricio Álvarez, párroco de la Parroquia San Juan Bosco, recordó que con esta Misa se inicia el Triduo Pascual. En el Jueves Santo conmemoramos la institución de la Eucaristía en la Última Cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús.
“Hoy iniciamos el Triduo Pascual y lo hacemos de una manera nunca pensada. Le traemos al Señor nuestro dolor pero también nuestro corazón lleno de esperanza por toda la solidaridad que ha despertado esta catástrofe. Hay miles de jóvenes en los siete cerros colaborando en la limpieza de los escombros para iniciar la reconstrucción. Cuando venía de la Misa Crismal, fue emocionante ver a tantos jóvenes que venían de los cerros cantando y compartiendo su experiencia de solidaridad; camionetas, camiones con la bandera chilena llegando con ayuda, tantas personas queriendo colaborar con quienes perdieron sus casas; y llegar a la parroquia y ver jóvenes y adultos que están colaborando con los albergados que tenemos en la comunidad. Por eso venimos a celebrar esta Eucaristía con el dolor y la esperanza”.
“Hoy celebramos el compartir, la entrega y el servicio. La Eucaristía es el milagro del compartir, porque el pan en la Eucaristía alcanza para todos, Cristo es para todos. Pidámosle al Señor ser cada día más solidarios, que tengamos la capacidad de compartir aún lo poco que tenemos. Nosotros empezamos el albergue sin pensar que lo sería, pero vimos a muchos hermanos que se estaban quedando sin casa y podíamos compartir con ello, ojalá tuviéramos más para poder compartir más”.
“Entrega, Jesús se entregó en la cruz; la eucaristía es el sacramento de los que han entendido que la vida es para regalarla; el tiempo, los bienes que tenemos son para el servicio de los demás. En la vida más importante que dar es darse uno mismo, esa es la vida que vale. Finalmente, hoy celebramos el servicio. Jesús se hizo humilde, el Hijo de Dios se puso de rodillas delante del hombre, a Jesús no le importó el poder. Cuánto bien nos hacen las personas que son humildes, sencillas y cuánto daño hacen los ansiosos de poder. Jesús nos pide que no sigamos ese camino, porque el camino del Evangelio y de Jesús es el servicio. Pidámosle al Señor que cada uno pueda tener el milagro de servir con humildad”.
“Recemos por nuestros hermanos que perdieron todo, lo que tanto les costó construir, pero sobre todo pedir que se den cuenta que no están solos y que pronto espero poder estar bendiciendo sus casas”.
Al finalizar su homilía, se realizó un homenaje a la ciudad de Valparaíso cuando el coro interpretó la canción “Valparaíso” de Osvaldo Gitano Rodríguez. “Le cantaremos a nuestro Puerto querido para transmitir esperanza y alegría a nuestros hermanos damnificados”.
Una procesión con el Santísimo se realizó al finalizar la Eucaristía, llevándolo hasta el patio de la Parroquia y efectuando un momento de Adoración.
Fuente: Comunicaciones de Valparaíso