En memoria de Wladimir, desterremos la violencia
El obispo de Rancagua señaló que nadie tiene derecho a atentar contra la vida de una persona e hizo un llamado desterrar la violencia y a aprender a respetarnos.
Tras el fallecimiento de Wladimir Sepúlveda Arce, de 21 años, el obispo de Rancagua, monseñor Alejandro Goic, emitió un comunicado manifestando el dolor provocado por la noticia de la muerte de este joven de 21 años, quien permanecía hospitalizado desde octubre pasado, tras recibir una brutal golpiza en San Francisco de Mostazal.
A continuación, la declaración pública del Obispo
1. Con dolor hemos recibido la noticia del fallecimiento del joven Wladimir Sepúlveda, de 21 años, quien permaneció durante seis meses en coma debido a la agresión de la que fue víctima el 20 de octubre de 2013 en la comuna de San Francisco de Mostazal. Quiero manifestar mi solidaridad con su familia en este momento de sufrimiento. Visité a Wladimir en el Hospital, y he rezado por él y su descanso eterno.
2. Vivimos en nuestro país situaciones que son realmente preocupantes. Nadie tiene derecho a atentar contra la vida de una persona. Por ello quiero hacer un llamado a la sociedad para que desterremos de nuestras vidas la violencia, tenemos que aprender a respetarnos, a amarnos, y también a respetar a los que son diferentes, no cabe otra postura para quienes seguimos a Jesús y el Evangelio.
3. Con respecto a los antecedentes que vinculan la golpiza del joven con una agresión dada su condición homosexual, quiero señalar que toda actitud homofóbica, de rechazo al que es diferente, no es coherente con el Evangelio ni la persona de Jesús. Jesús ama a todos los seres humanos como somos y nos da su gracia para ir siendo cada día mejores en nuestra relación con los demás.
4. Waldimir Sepúlveda no estaba bautizado, pero una vez ocurridos los hechos un sacerdote jesuita le entregó, en presencia de su madrina y su familia, este santo sacramento. Además, el capellán del Hospital Regional, padre Pedro Figueroa, le entregó el sacramento de los enfermos.
5. Finalmente, quiero hacer un llamado a los católicos de la diócesis de Rancagua, y a la sociedad en su conjunto, a adoptar una actitud clara en favor de la dignidad de las personas, rechazando categóricamente toda discriminación, especialmente cuando esta se manifiesta con actos violentos.
Fuente: Comunicaciones Rancagua
Rancagua, 07 de Abril, 2014