En el marco de la Cuaresma, e invitando a realizar una reflexión profunda sobre el significado de este período litúrgico, el obispo de Chillán, monseñor Carlos Pellegrin, celebró la misa de inicio de año escolar en la Catedral ante la presencia de delegaciones de 15 colegios católicos de la Diócesis de Chillán.
La eucaristía, cuya organización recayó este año en el Colegio San Vicente, contó con la presencia de directivos, docentes y estudiantes de colegios tanto diocesanos como de congregaciones, así como con la participación de sacerdotes ligados al área educativa, entre ellos, el vicario para la Educación Padre Gonzalo Gómez.
En su mensaje a los jóvenes presentes, monseñor Pellegrin recordó que el tiempo de Cuaresma está marcado por el sacrificio, y nos prepara para vivir la Pascua. “Iniciamos el año escolar frente al altar del Señor, ofreciendo los sacrificios personales necesarios para cumplir con aquello que Él nos pide. Todo lo bueno en la vida trae un costo, y si durante el año queremos lograr ciertas cosas, debemos sacrificarnos por ello”.
Además, los invitó a enfrentar este año con gratitud hacia el Señor: “Tener vida, inteligencia y la oportunidad de estudiar es una bendición, demostremos ese agradecimiento aprovechando esta instancia y rindiendo frutos como el amor hacia los demás, junto con buenos resultados académicos; y a rogar a Dios para que como colegios de Iglesia seamos una marca de solidaridad cristiana y podamos dar testimonio de nuestra fe”.
El pastor diocesano también se refirió a la coyuntura educacional que atraviesa nuestro país, a partir del anuncio de una reforma profunda por parte del gobierno. “La educación pasa por una etapa difícil, queremos lograr calidad e igualdad para todos, y eso nos invita a una reflexión como sociedad y como Iglesia. Los primeros colegios y escuelas de Chile fueron fundados por misioneros y religiosos católicos, pequeñas escuelas que asistían a algunos niños y que con el tiempo se consolidaron. La Iglesia Católica ha ofrecido un servicio importante para la educación chilena, nuestra labor educacional de congregación o diocesano es un servicio pastoral, pidamos al Señor que podamos cumplir con los desafíos que implica esta misión”.
Agregó que “los colegios de Iglesia, como unidades católicas, debemos responder al desafío de la educación en Chile hoy día, frente a un proyecto que presenta el actual gobierno, donde estaremos involucrados en decisiones muy importantes que tienen relación con la libertad de enseñanza, con proyectos educativos, y con el poder preservar sobre todo esa libertad que tienen los padres y madres de escoger su propio proyecto educativo. Como Iglesia, nos comprometemos con todo el trabajo para lograr equidad, para que todos puedan tener la mejor educación posible, para eliminar la discriminación, pero al mismo tiempo también nos afirmamos en esa tradición tan antigua, la de la escuela católica, donde ofrecemos, desde proyectos educativos propios, una alternativa a las familias que quieran optar por esta educación. Nos unimos de corazón para servir a Chile y servir a Dios en este año educativo”, concluyó.
Fuente: Comunicaciones Chillán