Dignificación de la trabajadora de casa particular
"Que Cristo, que vino a servir, nos enseñe a todos a descubrir la dignidad de cada trabajador, y a ver su rostro en cada uno de los que hacen de su vida un servicio", señaló en una declaración Pública el Obispo de Rancagua y la Comisión Diocesana Justicia y Paz.
El 30 de marzo se celebra oficialmente el Día Internacional de la Trabajadora de Casa Particular. En esta ocasión especial queremos manifestar nuestra solidaridad y apoyo a estas trabajadoras hermanas nuestras, que silenciosamente y en forma cotidiana muchas veces llegan a ser el soporte indispensable para que la vida de la familia pueda desarrollarse en un entorno de orden y comodidad, sacrificando ellas su presencia en sus propios hogares.
Sabemos que con motivo de la conmemoración, para esa misma fecha el sindicato que las agrupa tiene programada una marcha (en Rancagua y otras ciudades del país), con la finalidad de pedir que sea ratificado por Chile el convenio N° 189 de la OIT, que entre sus contenidos está el establecimiento legal de una jornada de trabajo de ocho horas. Parece un acto de toda justicia reclamar ese derecho.
Junto con expresarles nuestro respaldo y afecto, queremos hacer un llamado a sus empleadores en el sentido de que, apelando tanto a su sentido social como a sus bases éticas, se esfuercen por establecer con estas trabajadoras los cimientos de una relación de respeto y acogimiento que además de constituir un bien en sí mismo, sea para los hijos un modelo de cómo desempeñarse más adelante en el mundo laboral.
Que Cristo, que vino a servir, nos enseñe a todos a descubrir la dignidad de cada trabajador, y a ver su rostro en cada uno de los que hacen de su vida un servicio.
+ Alejandro Goic Karmelic
Obispo de Rancagua
Y Comisión Diocesana Justicia y Paz
Fuente: Comunicaciones Rancagua
Rancagua, 28 de Marzo, 2014