Durante la Misa de Miércoles de Ceniza, en su homilía el obispo de Chillán Monseñor Carlos Pellegrin, invitó a los fieles a una “conversión personal” para vivir este tiempo, explicando que “la imposición de la ceniza, no es un rito mágico, no nos quita los pecados, —para ello tenemos el Sacramento de la Reconciliación—; es un signo de arrepentimiento, de penitencia, que nos invita a reconocer nuestro pecado y convertirnos al Señor. Es el camino que hacemos para acompañar a Jesús desde el desierto hasta el día de su triunfo el Domingo de Resurrección, en que celebramos lo central de nuestra Fe”, destacó.
Bajo el lema “Aportando juntos, cambiamos vidas”, este año la campaña de Cuaresma de Fraternidad 2014 está dirigida nuevamente a brindar apoyo a los niños y niñas en situación de vulnerabilidad social. Es por esto que el pastor diocesano hizo un llamado invitando a toda la comunidad a “vivir un tiempo especial que nos movilice a salir de nosotros mismos para encontrarnos con otros, y especialmente con aquellos que desconocemos o que se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, para asumir el especial compromiso de cambiar vidas”.
Agregó que “la vivencia cuaresmal nos evoca a la oración, la práctica de la caridad y la penitencia, manifestada incluso en pequeños gestos orientados a la Solidaridad, el Bien Común y la Justicia Social. En este sentido, la Cuaresma implica un cambio y preparación interior, que se expresa en actos concretos hacia los que más sufren”, subrayó.
Actualmente uno de los grupos de mayor vulnerabilidad social en nuestro país, son los niños y niñas. De los 3 millones de niños que viven en Chile, un 19% se encuentra en situación de pobreza; y un 4.8%, en pobreza extrema.
Fuente: Comunicaciones Chillán