Las comunidades de Pencahue, Palmas de Toconey, Cancha Quillay, Curepto, Gualleco, Constitución y Putú, entre otras, se vieron afectadas producto del fuego que puso en riesgo sus viviendas y medios de vida.
Al momento de la emergencia, la Pastoral Social Caritas se hizo presente a través de su Centro Operativo de Emergencias Móvil (COEM), el cual se movilizó a la zona para colaborar en estrecha relación con las entidades públicas. Con esta Emergencia se comprobó la importancia de mantenerse articulados y coordinados con organismos técnicos y competentes, en este caso con la ONEMI del Maule. El coordinador de respuesta del servicio nacional, Rodrigo Cárcamo, relata como se desarrolló este trabajo: “Gracias a los equipos de telecomunicaciones pudimos mantener contacto permanente con los distintos puntos y con ello tomar decisiones sobre cómo ir realizando nuestro trabajo. Con el COEM prestamos apoyo en telecomunicaciones y también asistencia técnica, como profesionales acompañamos al encargado comunal de emergencia y le dimos algunos aportes de cómo ir manejando la situación y la toma de decisiones que debía realizar”, señala.
En cuanto a la experiencia adquirida el profesional de Caritas indica: “Pudimos sacar enseñanzas de un modelo de trabajo que no solo tiene que ver con la respuesta institucional, sino que también con la respuesta comunitaria, sobretodo en el sentido que, más aún, en un incendio forestal si uno puede controlar desde sus inicios los focos, evitamos que las catástrofes sean mayores. Gracias al trabajo que hicimos y a la coordinación logramos salvar vidas y bienes, el que solo se hayan quemado 5 casas habitadas y no hayamos tenido ninguna perdida de vida es un gran logro y esto se obtuvo gracias al trabajo en red con los distintos actores”, puntualiza.
El trabajo en Cancha Quillay
Algunas de las comunidades afectadas por los incendios venían desarrollando hace un año un proyecto denominado “Gestión Local para la Reducción de Riesgos de Desastres Post-terremoto en Chile”, financiado por Caritas Alemana, iniciativa donde la respuesta de la Pastoral Social Caritas se realiza en estrecho vínculo con las comunidades previamente acompañadas, sus organizaciones sociales y las autoridades de los gobiernos locales, dando paso a los “Comités Locales de Emergencia”, (CLE).
La localidad de Cancha Quillay fue una de las que participó de esta iniciativa y fue así como al revisar en conjunto cuál era la principal amenaza y necesidad, se definió como factor de riesgo el aislamiento que se produce por las características geográficas que presenta el sector rural, lo que generó el diseño de un micro proyecto que consistió en la adquisición de “Equipos de Radio de Frecuencia”, instrumentos que marcaron la diferencia a la hora de enfrentar la ocurrencia de los incendios.
Nelda Marchant tiene 80 años y se desempeña como presidenta de la Junta de vecinos de Cancha Quillay y del Comité Local de Emergencias: “Fue un gran alivio el que tuviéramos las radios que recibimos gracias al proyecto gestionado por Caritas y la Fundación CRATE, cuando ocurrió el incendio. También nos ayudó mucho el trabajo que hemos realizado este último año; el simulacro de incendio que hicimos en octubre ayudó a que supiéramos como actuar cuando ocurre un incendio. La comunidad cooperó, estábamos todos coordinados, teníamos armadas nuestras mochilas, los bidones con agua, palas, todos los implementos necesarios que habíamos aprendido en el taller del CLE. El trabajo de la comunidad logró cortar el fuego y evitó una emergencia mayor. Los teléfonos celulares no respondieron, quedamos incomunicados y por ello contar con las radios ha sido tan importante. Le doy las gracias a Caritas, a la conexión que hemos logrado, esto se inició post terremoto, con el tiempo se ha avanzado bastante, el profesor también ha contribuido a que los niños en la escuela sepan como actuar. Ha sido muy significativo el apoyo recibido y el CLE ha funcionado perfecto, liderar el proceso es harto trabajo, mucha responsabilidad, pero es necesario seguir adelante por el bien de toda la comunidad”, señala.
En tanto, para Jeanette Fuentes, miembro del CLE: “Lo vivido es algo que nunca esperamos pasar, cuando hicimos el simulacro lo planteamos como una posibilidad lejana. El trabajo nos sirvió mucho para saber cómo reaccionar. Teníamos nuestra mochila preparada y recordamos que hacer. Nos comunicamos rápido con los vecinos y todos acudieron en ayuda , las radios nos sirvieron mucho, no pensábamos que las íbamos a ocupar tan luego. La unión lograda ha sido uno de los principales aprendizajes, la comunicación y el trabajo coordinado. Lo aprendido en el CLE me dio la tranquilidad necesaria para superar el miedo y pensar qué tenía que hacer y cómo ayudar. Nos sirvió porque estábamos más preparados, sentimos un alivio. Seguiremos con el trabajo para avanzar y seguir planificando como enfrentar las posibles emergencias que puedan ocurrir, afirma.
Para Karen Torres, miembro del CLE: “Afortunadamente, el incendio no pasó de un susto en nuestra comunidad, la mayor emergencia se dio en Los Sauces. Nos sirvió para darnos cuenta las falencias que tenemos, más allá de lo probado en el simulacro, detectamos que las comunicaciones son la principal falla y por otra parte, nos dimos cuenta de lo aprendido en el Comité. Como fortaleza destaco la organización que logramos como comunidad. Como aprendizaje nos queda seguir trabajando en un plan coordinado que logremos establecer nosotros como comunidad, sin esperar la ayuda externa, ya que eso hace la diferencia y ayuda a disminuir el impacto del desastre”, puntualiza.
“Hay que crear la conciencia de la emergencia”
Arturo Parra, ha sido el profesor de la comunidad durante 18 años. Además, se desempeña como director y encargado comunal de emergencia de Cancha Quillay, lo que implica coordinar y generar instancias que ayuden a promover la seguridad en la comuna, participar en proyectos, liderar procesos, entre otras funciones.
Al momento de referirse a su experiencia al enfrentar los incendios señala: “El trabajo desarrollado con el Comité Local de Emergencias me ha impresionado, los avances logrados por la comunidad son notables. La gente tomó muy en serio la temática y se ha logrado crear el tema de estar preparados ante todo. Nadie había pensado en los incendios, que es una amenaza latente en esta zona rodeada de pinos. Fue así como los niños de la escuela dieron la idea de que el simulacro que hicimos en octubre fuera pensando en incendios. Cuando nos vimos enfrentados a la emergencia real, me tocó recorrer la zona y fui viendo como las familias sabían cómo actuar, tenían preparada su mochila, tenían agua, sabían que tenían que hacer cortafuegos, hacia dónde moverse, etc. El tema de la radio fue fundamental, la comunicación interna de todo el periodo de emergencia se hizo gracias al proyecto, de lo contrario nos habríamos encontrado con un desastre mayor, con casas quemadas y ante hechos consumados. En cambio con la radio actuamos antes y pudimos prevenir”, relata.
Sobre el progreso registrado por la comunidad, este profesor manifiesta su satisfacción: “Este es un sector aislado, sin señal de teléfono, con locomoción solo dos veces por semana, ahora se ha logrado generar comunicación entre los vecinos y se sienten más acompañados. El trabajo hecho y el avance les ha cambiado la vida, ahora se sienten acompañados y si tienen algún problema se pueden comunicar, pasaron del individualismo al colectivismo, a compartir más y pensar en comunidad, se ha ido armando una red de solidaridad”, enfatiza.
Sobre los principales desafíos, el encargado comunal de Emergencia señala: “Estamos todavía haciendo un catástro con la comunidad para ver la real magnitud de las pérdidas, los animales, el forraje, las mangueras, las fuentes laborales, recién estamos empezando, esto es peor que el terremoto y nos queda mucho trabajo aún. Queremos lograr que toda la comunidad esté conectada, replicar esta experiencia a las localidades vecinas, es fundamental crear la conciencia de la emergencia. Como equipo ya están armados, yo me voy, llegará un nuevo profesor y justamente tenemos que trabajar en su capacitación. Lo fundamental es que los niños han adquirido esta conciencia, es el mayor valor que se ha creado. Doy las gracias infinitas a Caritas ya que este proyecto ha sido mucho más que la entrega de implementos, ha traído la unidad a la comunidad”, concluye.
Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas