La posibilidad que ofrecen los medios de comunicación de ayudar a que nos sintamos más cerca los unos de los otros, y a que "percibamos un renovado sentido de unidad de la familia humana que nos impulse a la solidaridad y al compromiso serio por una vida más digna para todos", fueron aspectos que reconoció el papa Francisco en su mensaje para la 48ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
En el escrito, el Santo Padre destaca que la cultura del encuentro requiere que estemos dispuestos no sólo a dar, sino también a recibir de los otros y es en este escenario, en el que los medios pueden ayudar, "especialmente hoy, cuando las redes de la comunicación humana han alcanzado niveles de desarrollo inauditos".
Aunque el Papa también recoge algunos aspectos problemáticos como la velocidad con la que se suceden las informaciones, que "no permite una expresión mesurada y correcta de uno mismo". Límites que a juicio del Santo Padre sobre reales, pero que no justifican un rechazo de los medios de comunicación social.
Entonces, se pregunta el Pontífice, ¿cómo se puede poner la comunicación al servicio de una auténtica cultura del encuentro? Y la respuesta estaría en la parábola del buen samaritano, porque éste "no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino". "En efecto, quien comunica se hace prójimo, cercano", dice Francisco.
No basta con estar conectados -agrega- sino que es necesario que la conexión vaya acompañada de un verdadero encuentro. "No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. Necesitamos amar y ser amados. Necesitamos ternura".
El arzobispo Claudio Maria Celli, Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, al presentar el mensaje, explicó que en éste emerge la imagen de una Iglesia que quiere comunicar y dialogar con las personas de hoy. También, monseñor Celli señaló que el mensaje es “eminentemente franciscano” porque se entrevé una profunda sintonía entre la imagen de la Iglesia que el Papa está trazando y el mundo de la comunicación.
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Fuente: Vatican.va