Monseñor Ricardo Ezzati celebró multitudinaria Eucaristía durante la Fiesta de la Inmaculada Concepción
Monseñor Ricardo Ezzati celebró multitudinaria Eucaristía durante la Fiesta de la Inmaculada Concepción

Cerca de cinco mil peregrinos llegaron hasta la Virgen del cerro para poner fin al Mes de María, en la Eucaristía presidida durante el mediodía de este domingo por monseñor Ricardo Ezzati. El Arzobispo encomendó a la Madre de la Iglesia el presente y futuro de la ciudad.

Por Sebastián Gallegos Sánchez

“Qué alegría, queridos hermanos y hermanas, que nos reunamos para celebrar, para bendecir a nuestro Dios, en este día en que honramos a la Madre de Santiago”, expresó el padre Rodrigo Tupper, Vicario General y Moderador de la Curia, momentos antes de saludar y ceder la palabra a quien presidiría la Eucaristía de mediodía de la Fiesta de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción: monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago.

Transmitida íntegramente por Canal 13 y Radio María, a la Santa Misa que se desarrolló este domingo en la cumbre del cerro San Cristóbal, a los pies de la soleada Virgen, asistieron cerca de cinco mil peregrinos, que fueron renovándose pues, entre las seis de la madrugada y hasta las seis de la tarde, se realizaron diez Eucaristías en el Santuario. En total, unos cuarenta mil fieles expresaron su devoción por nuestra Madre de la Fe.

El presente y futuro de Santiago en el Corazón de María

“¡Oh María!, durante el bello mes a ti consagrado, todo resuena con tu nombre y alabanza. Tu Santuario resplandece con nuevo brillo, y nuestras manos te han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y escuchas nuestras oraciones y votos”, fue la oración que resonó en la cumbre del cerro y se hizo extensiva hacia toda la ciudad.

Tras la lectura del Evangelio, monseñor Ezzati tomó la palabra: “Aquí a los pies de la Virgen, le queremos decir que ella sea la Madre de todos los que viven en Santiago, que desde este lugar de peregrinación y de espiritualidad, ella acoja siempre a todos los peregrinos, que acoja con su mano materna los latidos de nuestro corazón, que pasen por su corazón de madre, y que con la otra mano lo entregue a la bondad, a la misericordia de Dios”, expresó.

“A la Virgen Inmaculada, Madre de nuestra Iglesia, de todo el pueblo de Santiago, le queremos encomendar el presente y el futuro de nuestra ciudad, que ella nos enseñe a ser hermanos, a ser hijos de Dios y porque hijos de Dios, también hermanos que saben compartir, que saben de solidaridad, que saben tener siempre el corazón abierto para perdonar, para acoger y para construir el mundo nuevo que ha brotado en el seno de la Virgen, gracias a la acción del Espíritu Santo, y que es Jesús hecho hombre que nos ha salvado y que nos invita a continuar su obra en este tiempo”, agregó.

María, la nueva Eva

La celebración que pone término al Mes de María, en esta ocasión, se hacía parte de la campaña de oración y ayuda solidaria “Todos Somos Filipinas” que, impulsada por la Pastoral Social Caritas, invitaba a realizar en todas las parroquias del país una colecta especial al finalizar las misas del sábado 7 y domingo 8 de diciembre, cuyos recursos se destinarán a las familias y comunidades afectadas por el tifón Haiyan, directamente a través de la red de Caritas Internacional.

En su alocución, el Pastor de Santiago enfatizó que el texto del Génesis relata “cómo la soberbia humana, la insidia del demonio, introduce en el corazón del hombre y de la mujer aquella tentación de sentirse iguales o superiores a Dios: ‘si comen del árbol’, dice la serpiente, ‘serán como Dios’”.

“El pecado no solamente nos separa de Dios, el pecado siempre tiene la cualidad o el defecto grave de separarnos entre nosotros. El Diablo, que quiere decir ‘el tentador’, aquel que quiere separar, que quiere romper la comunión, está presente en esta primera escena como aquel que se presenta de una manera maravillosa engañando a la humanidad”, señaló. “¿No será que en esta sociedad nuestra, en esta cultura emergente, el deseo de ser dioses, de sustituir el amor de Dios con nuestro egoísmo, con nuestro ser dioses, con el dios que nos presenta el demonio, nos quita también la dignidad de estar revestidos del amor de Dios?”, añadió.

Sin embargo, dijo el Arzobispo, “también hoy día el Señor hace presente su profecía: ‘Una mujer te aplastará la cabeza, el descendiente de esa mujer es el único que nos puede salvar, es la esperanza que se nos ofrece constantemente para alcanzar una vida personal y social de gozo, de plenitud, de esperanza”.

Por otra parte, el texto del Evangelio de Lucas que también fue leído durante la liturgia, presenta, certificó, a “la nueva Eva, la nueva mujer, la nueva Madre de la humanidad, aquella que es obediente al proyecto de Dios, aquella que cree en la palabra de Dios, aquella que cree que de verdad el futuro personal y el de una sociedad solamente se puede construir diciéndole con humildad a Dios: ‘aquí estamos, aquí está la esclava del Señor, que se haga en mi según tu palabra’”, dijo monseñor Ezzati.

Finalmente, tuvo palabras para recordar el nuevo ciclo en que entrará la arquidiócesis. “Dentro de algunos días —indicó—, la Iglesia de Santiago va a iniciar la gran Misión Territorial, que quiere llevar a nuestra sociedad, a nuestros hermanos, a aquellos que están lejos, a aquellos que no han conocido todavía el gozo de vivir en comunión con Dios el Evangelio de Jesús”.

Otra novedad es que en la fiesta de este año habrá un espectáculo de luces e imágenes proyectadas sobre la Virgen María, con distintas advocaciones en el marco del festival de intervención urbana “Hecho en casa”, a partir de las 21 horas.

Comunicaciones Iglesia de Santiago.
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 08 de Diciembre, 2013
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