La parroquia está a cargo de dos presbíteros de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote, el párroco, padre Bonfilio Enríquez, mexicano, y el vicario, padre Juan de Jorge, español. Este último señaló que “es una gracia inmensa tener al arzobispo aquí en la parroquia, especialmente con su carisma y el cariño que tiene con la gente, lo que siempre ayuda mucho a la comunidad”.
Nunca olviden la bondad de Dios Padre
En su homilía, refiriéndose al tiempo de preparación al sacramento que tuvieron los jóvenes y adultos, monseñor Ricardo Ezzati dijo que nunca estamos preparados convenientemente para recibir el don de la vida divina, “pero nos consuela el hecho que el Señor ha enviado a su Hijo no para los justos, sino para los pequeños y los pecadores”. Luego, el pastor destacó que Dios llama a cada uno por su nombre y pide que a él mimo lo llamemos por su nombre: “Padre”, lo que nos hace hermanos entre nosotros, precisó. “La realidad más bella, esperanzadora y feliz de nuestra vida es que somos hijos de Dios. No somos cualquiera, aunque seamos pecadores, somos hijos amados de Dios”. El arzobispo animó a los presentes que también en los momentos difíciles, incluso en “la bajeza del pecado, no se olviden nunca de levantar su mirada al cielo, porque Dios sigue siendo Padre bondadoso”.
El pastor reiteró que la Confirmación nos hace hermanos, “para crecer en la fe, para ser solidarios y construir un mundo mejor”, y enfatizó a los confirmandos que este sacramento “los hace miembros responsables y maduros de la Iglesia, que no es sólo el obispo o el sacerdote o sólo el laico o la laica. La Iglesia somos todos juntos, obispos, sacerdotes y laicos, cada uno con una vocación específica”. Monseñor Ezzati pidió también no mirar la Iglesia desde afuera, sino que todos juntos construir una civilización del amor, solidaridad, justicia, verdad y paz. Monseñor Ezzati terminó afirmando que toda esta labor de la Iglesia sólo es posible mediante la gracia, la acción del Espíritu Santo.
Luego, procedió a impartir el sacramento de la Confirmación a través de los signos de la unción con el óleo sagrado y la imposición de manos, con lo que estos 43 jóvenes y adultos completaron su iniciación cristiana. Uno de ellos, Patricio Segovia, cuyas dos hijas se están preparando para los sacramentos del Bautismo y la Eucaristía, dijo que se animó a recibir también él, a la edad de 43 años, la Confirmación, “que para mí significa reconocerse a uno mismo como cristiano, estar en el camino correcto de la vida. Además, ayuda a fortalecerse uno para ayudar a los demás, especialmente a la familia, que a ellos también los invada el Espíritu Santo”.
Por su parte, María Jimena Arias, catequista de adultos, indicó que “es muy bonito que haya venido monseñor Ezzati a la parroquia, estamos muy agradecidos que esté con nosotros. Ojalá que con esta visita más gente se acerque a la Iglesia”.
Fuente Departamento de Comunicaciones www.iglesiadesantiago.cl