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El programa de Recreación y Colonias Urbanas se realiza por medio de las Vicarías Zonales, donde un coordinador transmite los objetivos a cada uno de los monitores de las zonas, que de manera voluntaria y espontánea, entregan su tiempo y su amor para compartirlo con los jóvenes, niños y niñas que participan en las Colonias.

El padre Andrés Moro, vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores, cuenta que las Colonias tienen un espacio muy significativo dentro de la institución por el trabajo importante que realizan con niños y niñas. “Desde hace muchos años la Iglesia de Santiago ha querido acompañar a los jóvenes, niños y niñas que viven en situación de vulnerabilidad y exclusión social. Queremos hacer un trabajo con ellos respecto al ‘buen trato’ y, también, de sensibilización de sus realidades y derechos. Queremos contribuir a que ningún niño o niña en Chile hoy sufra la discriminación, violencia o la exclusión social”, dice.

Semanalmente, un grupo de jóvenes, principalmente, y niños/as, se reúnen en sus respectivos barrios a reflexionar en torno a las diversas problemáticas que afectan el entorno donde ellos viven. Ellos y ellas forman equipos de trabajo, haciendo énfasis en crear espacios permanentes de formación contando con el apoyo de la comunidad para la preparación y realización de diversas actividades recreativas y educativas, principalmente durante el invierno y verano, y en forma permanente durante el año.

De la coordinación y trabajo permanente que se realiza se destacan dos aspectos fundamentales; uno de ellos es la formación de los jóvenes monitores para responder a las inquietudes y necesidades de los más pequeños. A ellos se les entrega capacitación específica para el trabajo que llevan a cabo, que puede ser de carácter recreativo o educativo. Un segundo elemento dice relación con la experiencia de participación y organización juvenil comunitaria que mantiene activos y motivados a niños/as, jóvenes y adultos de los distintos sectores, desmitificando el poco deseo de participación de los jóvenes.

Todos ellos valoran esta experiencia como un proceso de socialización que les permite encontrarse con otros pares de distintas comunas de la región, posibilitando el ejercicio de la ciudadanía, siendo protagonistas de sus historias y traspasándolas a otros/as jóvenes y niños/as perpetuando el accionar de las colonias urbanas en muchas generaciones.

Experiencia de participación comunitaria

Las Colonias Urbanas surgen a fines de la década de los ’70, durante la dictadura militar, ellas se convierten en una respuesta organizada de la comunidad local para la entrega de alimentación y recreación a los niños y niñas.

Esta ayuda se cobija bajo el alero de la Vicaría de la Solidaridad y las Vicarías Zonales, inspiradas en las organizaciones populares y obreras e impulsados por la Iglesia como una forma de buscar respuesta a las necesidades que existen en la época, es decir Colonias Urbanas nace con el objetivo de promover y vivenciar los derechos de los niños/as en cuanto a la recreación y vida digna.

Luego de 30 años de existencia, y con un contexto político que ha cambiado significativamente desde la formación de las colonias, ellas siguen manteniendo el lugar de importancia en los distintos espacios comunitarios y populares que desde sus inicios adquirieron.

“El continuar con este proyecto hermoso de las Colonias Urbanas permitirá durante el verano del 2014 poder acompañar a cerca de 8 mil niños y 2 mil monitores que entregan todo su tiempo, cariño y dedicación para que estos niños puedan tener una mejor vida para adelante”, señala el padre Moro.

Colonias Urbanas es un espacio de promoción de derechos, donde la construcción de la organización involucra a niños/as, jóvenes y adultos, aunando sus fuerzas y energías para motivar a su comunidad, pero también para que organismos externos apoyen las colonias.

Si quieres conocer a los protagonistas de las Colonias Urbanas, te invitamos a ver el siguiente video.

Fuente: Vicaría de Pastoral Social y de los Trabajadores

 Colonias Urbanas