Con una tarde primaveral y con la cordillera de los Andes de fondo, integrantes de las distintas comunidades, muchos de ellos adultos mayores, que pertenecen a la Parroquia Santa Catalina de Siena llegaron hasta la Capilla Sagrado Corazón de Jesús para participar de la eucaristía realizada en la calle.
Con ella concluyó una semana en la que se realizaron diversas actividades para conmemorar su aniversario entre ellas una vigilia la noche del sábado 12 de octubre en la que participaron integrantes de las distintas capillas del sector: Sagrada Familia, Santa Cruz, Sagrado Corazón de Jesús y Santa Catalina de Siena.
Fue una tarde para agradecer y en ella estuvieron presentes sacerdotes columbanos, como un reconocimiento ya que fueron ellos los que la crearon en 1963. También a los padres que fueron sus párrocos en el pasado y actualmente, religiosas y numerosos laicos que han colaborado y han sido parte de ella.
“Son 50 años que el Señor camina en medio de ustedes y ha plantado su tienda aquí. Con la fuerza del espíritu van construyendo una comunidad cristiana, que reconoce el don de Dios, el don de ser convocados para ser testigos de su amor en este lugar”, dijo monseñor Ricardo Ezzati a los presentes.
El Arzobispo de Santiago profundizó: “Quienes han vivido a lo largo de estos años en esta comunidad, quienes la han visto crecer, quienes han recibido el don de la fe, pueden decirle al Señor cuánta gracia y bendición les ha otorgado, cuántas lágrimas han sido enjugadas por su presencia en medio de ustedes, cuánta esperanza ha ido haciendo crecer en la vida personal y comunitaria. Cuando abrimos espacio para Dios el siempre nos regala el don de su amor, su consuelo y el don de su perdón”.
Ya al terminar su homilía les hizo una invitación: “La comunidad cristiana en este sector esta llamada a ser una profecía, por la necesidad de Dios que tiene el hombre y la mujer contemporánea, sin él no hay futuro, no hay esperanza, ni solidaridad. La comunidad cristiana ha recibido de parte del Señor un gran don y ese regalo lo tiene que hacer presente en el desarrollo de la vida cotidiana, siendo testigos y constructores del mundo nuevo”.
Un momento especial fue cuando se llamó a preservar la memoria y no olvidar el camino recorrido en este tiempo. Como parte de los signos en las ofrendas se presentaron 4 pergaminos que rescataban la historia de la comunidad los que fueron firmados por monseñor Ezzati y luego entregados a los coordinadores de las cuatro capillas.
Comprometidas con su comunidad
En la misa estuvieron personas que han sido parte de la comunidad desde sus orígenes como es el caso de las hermanas Ramona y María Luisa quienes siguen participando hasta hoy.
“Nosotros en el año 1966 hacíamos la misa en la calle cuando todavía no había capilla. Poníamos cuatro bancas y una mesa, en ese tiempo estaban los padres columbanos y venían las monjas francesas. Yo en esos años era catequista. Luego se encontró este lugar y construimos la capilla”, comparte María Luisa.
Ramona recuerda: “Antes todo nuestro tiempo era para el Señor, nosotros esperábamos el fin de semana porque venían las monjitas, éramos del grupo que se preparaba para la primera comunión y después seguimos participando en la comunidad como mensajeras y salíamos por los pasajes a predicar la palabra de Dios. Era muy linda la experiencia. De todas las poblaciones venían acá a la misa porque estábamos recién empezando”.
Otra de las agentes pastorales es la señora Yolanda Barra, quien vive hace 37 años en el sector y participa activamente en una de las comunidades de base en la Parroquia Santa Catalina de Siena. “Como somos mayores cada vez somos menos y cuesta que se integren nuevas personas ya que los jóvenes tienen otras formas de buscar al Señor. Sí en este tiempo se ha logrado más unión entre las capillas, antes se veía más ‘yo soy de aquí o de allá’ o no atravieso la calle para acá, pero ahora hemos aprendido a convivir. En los momentos que se necesita estamos juntos”, cuenta.
Importantes en la vida de la población Exequiel González Cortés son las Religiosas de la Asunción quienes están hace 22 años en el sector acompañando a la gente, ayudando en la formación de los laicos, animando a las comunidades y acompañando a los jóvenes.
Una de ellas es la hermana Ascensión González quien explica labor que realizan. ¿Qué hacemos? Acoger, escuchar. Este es un lugar donde hay mucha droga, mucho alcohol, muy vulnerable y hay mucho dolor porque las familias están muy quebradas. Tenemos un dispensario de medicina alternativa de sanación bioenergética porque es una necesidad ya que hay mucha depresión y dolor. También tenemos una biblioteca que funciona gracias a laicos, en ella se da apoyo escolar, se prestan libros a esta población que le gusta leer y se desarrollan talleres literarios en los que participan muchos adultos mayores”.
Fuente: Comunicaciones Santiago