El compromiso de los sacerdotes con la pastoral parroquial, la calidad de sus homilías y la sencillez y austeridad de sus vidas, fueron algunos de los aspectos mejor evaluados por el informe preliminar del proyecto para el diagnóstico de los Consejos Pastorales Parroquiales, realizado por el Centro de Investigaciones Socioculturales de la Universidad Alberto Hurtado, para el Arzobispado de Santiago.
“Más allá de la descripción de los Consejos Pastorales —explica el sociólogo Gabriel Valdivieso, quien, junto a Ronald Flores, dirige el proyecto cuyo informe final está programado para noviembre de este año—, es decir, qué hacen, cómo se organizan, cómo están cumpliendo las tareas que se proponen y cómo se realiza en ellos el ejercicio de autoridad, hay una evaluación que ellos mismos realizaron a comienzos de año”.
Se refiere al cuestionario que, considerando un conjunto de aspectos diversos de la pastoral arquidiocesana, permitió que los miembros de los Consejos Pastorales, religiosos y laicos, pudieran evaluar el trabajo realizado en sus propias parroquias, calificando cada ítem con notas de 1 a 7. El sondeo, compuesto por 89 ítems, fue respondido por 1.371 miembros de Consejos Pastorales de 182 parroquias de todos los decanatos y zonas de la Arquidiócesis.
En el contexto de la planificación de la Misión Territorial, los resultados de este estudio —realizado con la colaboración de la Vicaría General de Pastoral, la Fundación alemana Adveniat y María Jesús Silva, socióloga del Departamento del 1%— incorporan un elemento de especial importancia para que sean los propios Consejos Pastorales Parroquiales los que “pueden tener una mirada de su sector, para discernir cuáles van a ser sus objetivos y actividades misioneras, cómo están respondiendo a las demandas del sector y en qué cosas están más débiles para priorizarlas”, explica Gabriel Valdivieso. “Hay una serie de llamados de atención que me parece que ensamblan perfectamente bien con este desafío misionero que la Iglesia quiere emprender”, agrega el sociólogo.
Las cuatro dimensiones de la pastoral
Los Consejos Pastorales Parroquiales, compuestos por párrocos, vicarios, religiosas, diáconos y laicos, son un organismo en que la Iglesia ha puesto el acento para que allí se desarrolle y se expresen las cuatro dimensiones de la pastoral tanteadas: Liturgia, que tiene que ver con la centralidad de la Eucaristía (evaluado con nota promedio 5,8); Koinonía, relacionado con la comunión y la comunidad (nota 5,6); Diaconía, en torno al servicio y la solidaridad (5,5); y Kerigma, relacionado con la expresión de la Palabra (5,2).
“Dado que tienen una diversidad importante de personas, los Consejos son capaces de traer puntos de vista distintos y hacer que la parroquia pueda hacer un discernimiento de su accionar y planificar el trabajo pastoral de acuerdo a ello. Debieran ser el organismo motor del trabajo pastoral de la parroquia”, apunta Valdivieso.
El ejercicio, plasmado en este primer informe, fue tomar cada una de estas cuatro dimensiones, establecer ciertos ítems para cada una de ellas, y que cada integrante de cada Consejo pusiera una nota de 1 a 7.
Así, Gabriel Valdivieso explica que “estamos haciendo muy bien cosas que son dentro de la parroquia, la catequesis, la liturgia, pero estamos siendo poco solidarios y especialmente poco atentos con personas que son, de alguna manera, marginadas por la sociedad, como son los migrantes y los separados y vueltos a casar, agrega.
Algunos resultados destacables
Los indicadores mejor evaluados están en relación con la acción de los sacerdotes: su compromiso con la pastoral (6,43), la calidad de sus homilías (6,3), la sencillez y austeridad de sus vidas (6,27), la alegría en el servicio (6,22), entre otros aspectos. Otros ítems bien evaluados se relacionan con el aspecto litúrgico, la liturgia como el lugar de encuentro con Jesucristo (6,29), la importancia de la celebración de la Eucaristía para la vida parroquial (6,23).
Los peor evaluados son los que tienen que ver con el vínculo y el aporte que la parroquia hace hacia su sector. Por ejemplo, cómo se está trabajando con los migrantes (3,88), cómo se está trabajando con los separados y divorciados (3,7).
En general, obtiene nota inferior a 5 la relación de la pastoral parroquial con las personas más alejadas del sector. Es decir, “la dificultad de las parroquias para salir a conversar, a entender y ayudar a las personas que están más necesitadas”, apunta Valdivieso. También, la capacidad de la parroquia para denunciar lo que afecta negativamente a las personas de su territorio, es decir, las problemáticas sociales de su sector.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago.
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