Por Sebastián Gallegos Sánchez
La joven cubana Rosa María Payá, hija del fallecido Oswaldo Payá, fundador del Movimiento Cristiano Liberación, visitó la tarde del martes la residencia del Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, con el objeto de informar al Pastor de la situación actual de la fe en la Isla y solicitar su colaboración en el proceso de reconstrucción cubano.
Invitada a Chile por el Partido Demócrata Cristiano, una de las voces fuertes en defensa de los derechos humanos en Cuba llegó hasta la residencia de monseñor Ricardo Ezzati, donde también estaba presente el Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Cristián Contreras Villarroel, acompañada por el presidente del Movimiento Cubano Jóvenes por la Democracia, Eriberto Liranza, los ciudadanos cubanos Erick Álvarez y Mijail Bonito, y los miembros de la Juventud DC José Ruíz y Braulio Palma.
“Hablo como en familia, porque eso es la Iglesia para mí”, expresó la declarada admiradora del proceso de reconciliación chileno. “Creemos que la Iglesia Latinoamericana tiene que jugar un papel muy importante en la reconciliación cubana, porque nuestro pueblo cubano es un pueblo creyente, un pueblo de fe”, dijo.
Monseñor Ricardo Ezzati, tras manifestar sus condolencias y solidaridad a raíz de la trágica muerte del padre de Rosa María, ocurrida en julio de 2012, sostuvo que “el don de la fe es lo más grande que tiene el continente latinoamericano”, y procedió a indagar sobre la situación del catolicismo en Cuba.
La hija del organizador del Proyecto Varela se mostró esperanzada en que los nuevos aires que ha incorporado el Papa Francisco a la Iglesia Católica, y además su carácter de conocedor e hijo de la región, ayuden al “proceso de reconstrucción que Cuba necesita”, dijo.
“La Iglesia la formamos todos”, explicó el Pastor de Santiago. “El rol de la Iglesia es acompañar a los laicos, pero los laicos también tienen que hacer su parte, y son los políticos a quienes les corresponde traducir la fe a un lenguaje técnicamente político”, agregó.
La conversación, fraterna, se extendió por un lapso de media hora, al cabo de la cual, tras entregar su bendición y una hermosa imagen de la Virgen a Rosa María, así como ejemplares de la encíclica “Lumen Fidei” a la delegación, el Arzobispo de Santiago manifestó su preocupación y voluntad de acompañar, junto a los obispos cubanos a través de CELAM, el proceso de reconciliación.
Fuente: Comunicaciones Iglesia de Santiago
www.iglesiadesantiago.cl