Conoce las claves del Mes de la Solidaridad 2013
y haz que tu corazón vuelva a sentir
Durante agosto y siguiendo la ruta de San Alberto Hurtado, diversas instituciones de la Iglesia Católica conmemoran el Mes de la Solidaridad. Este año la invitación es ayudar a otros con su cruz para que nuestro corazón vuelva a sentir, evitando volvernos “acardios”.
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Por Elizabeth Loyola Poblete
Cada noche y mañana de invierno, cientos de voluntarios recorren las calles de la ciudad buscando, al igual que el Padre Hurtado, a los “patroncitos” que sufren la exclusión, la pobreza y el hambre. Ellos representan, en parte, el espíritu de la solidaridad que los chilenos creemos tener.
Generalmente se conoce con el término de solidaridad a aquel sentimiento a través del cual las personas se sienten y reconocen unidas, compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales.
Para Francisco Campos, encargado de proyectos de la Vicaría de la Pastoral Social y los Trabajadores, pese a que se confunden, existe una diferencia importante entre la caridad y la solidaridad. “La caridad es el amor actuante de Dios, es la expresión de la relación de Él con sus hijos y entre hermanos; la solidaridad es más horizontal, es sentirnos en un destino común con el otro, es la percepción de ser pueblo”, indica.
La solidaridad de los chilenos
A partir del 2009, el Centro de Mide UC ha intentado descubrir qué tan solidario es nuestro país. En noviembre del año pasado se dieron a conocer los resultados de esta encuesta, que revelan que pese a lo que creemos, los chilenos no lo somos tanto.
El índice promedio de solidaridad global 2012, que considera conductas de ayuda en los ámbitos de la donación de dinero, objetos materiales y tiempo personal, es de 3,36, en una escala que va de 0 a 10 puntos. El ámbito que presenta los valores más altos es el de donación de dinero (5,61), seguido por el tiempo (2,26) y los objetos materiales (2,22).
Según esta medición, los chilenos muestran en general mayores niveles en el índice de solidaridad a medida que se sienten responsables por el problema de la pobreza, empatizan, se identifican con el país o con una religión, confían en las instituciones públicas, perciben que su ayuda tendrá un impacto y la conciben orientada a la autonomía.
El gerente Mide UC Sociedad, Flavio Cortés, asevera que los datos muestran que no somos tan solidarios como nos auto percibimos. “En promedio el 70 % cree que sí, pero si uno observa los resultados de este índice, de 27 acciones fraternas, en la magnitud de 0 a 10 llegamos a 4, que indica que no somos solidarios ni en la mitad de nuestras conductas”, explica.
“Los chilenos solidarizan colectivamente con sus compatriotas por grandes campañas mediales, donde la mayor parte de la gente o un porcentaje muy significativo de personas, sintonizan con estas expresiones, pero también existen otros momentos que surgen con la ocurrencia de catástrofes, especialmente terremotos, en donde se manifiesta el voluntariado o la recolección de especies”, especifica Cortés.
Y agrega que existen factores sicosociales que están asociadas a dar más o menos, y parte de ellos son educables. “La solidaridad está asociada a la empatía, a los valores que profesamos, a si vemos otras realidades distintas a las nuestras. Por ello es importante la inter relación con personas que no son iguales a ti, el sentirse responsable por personas que viven otras realidades”, dice.
Una opinión similar tiene Francisco Campos, que considera que la sociedad estructuralmente no es solidaria, y que atenta contra ella misma, “es muy contra cultural hoy”, señala, “ya que se define en base al libre mercado, plantea el esfuerzo individual, sobreponiendo al individuo por sobre el ser humano”. Y complementa: “Hay expresiones de limosna o respuestas momentáneas ante el dolor del otro, pero este esfuerzo constante de buscar el bien común solo se puede dar en grupo”.
“Los últimos estudios señalan que naturalmente los humanos preferimos las situaciones de solidaridad antes que las de egoísmo, a los niños les es más grato estar en contextos donde se comparte más, que en lugares donde cada uno hace cosas individualmente”, asevera el encargado de proyectos de la pastoral social, e invita a “generar espacios donde nos encontremos como personas, dejemos de lado el ir a ayudar a otros, ya que la clave es estar con el otro, quedarse con el que tiene menos o más que yo, que seamos capaces de ir generando la cultura del encuentro e ir rompiendo las segregaciones estructurales que tenemos”.
Con respecto a si se puede o no formar la solidaridad, los especialistas coinciden en que es crucial para hacer el cambio. Al respecto Francisco señala que, “tenemos una educación que segrega a los listos de los tontos, a los rápidos de los lentos, a los que saben de los que no, lo que hace que ese músculo solidario se vaya atrofiando”. Por su parte, Flavio Cortés dice que la solidaridad depende mucho del cómo socializamos y fuimos criados: “Es allí es donde se refleja y cultiva la solidaridad”, asegura.
Haz que tu corazón vuelva a sentir
Animado por el lema “Cuando ayudas a otro con su cruz, tu corazón vuelve a sentir”, que invita a detenerse y a empatizar con el otro, se vivirá en agosto el Mes de la Solidaridad.
Para la campaña se acuñó el concepto de la enfermedad de los “acardios”, definido como personas que tienen corazón pero que no sienten, teniendo la indiferencia, el egoísmo y la soledad como principales síntomas. Y para evitar esta dolencia está la oportunidad de abrirse al otro, de compartir lo que uno tiene y aportar a la construcción de un país más fraterno.
Próximas actividades del Mes de la Solidaridad
18 de agosto Día de la Solidaridad 12:00 horas en el Santuario del Padre Hurtado.
24 de agosto Caminata de la Solidaridad 13:30 horas desde la Estación Mapocho al Santuario del Padre Hurtado.
Decálogo para vivir la solidaridad con gestos
1. Recuerde que Dios es Padre de Todos.
2. Reconcíliese con quien está enemistado.
3. Salude o visite a quienes tiene en el olvido.
4. Sea justo y agradezca a quienes colaboran con usted.
5. Escuche a quien le quiera hablar.
6. Comparta algo que aprecie con quien lo necesita.
7. Visite a un enfermo o recluido.
8. No ensucie su ciudad y proteja la naturaleza.
9. Sea paciente y prudente al conducir.
10. Evite hacer cosas que a los otros les molestan.
Más información en www.mesdelasolidaridad.cl
También en las redes sociales:@MesSolidaridad y facebook/MesdelaSolidaridad
Fuente: Periódico Encuentro
www.iglesiadesantiago.cl
Cada noche y mañana de invierno, cientos de voluntarios recorren las calles de la ciudad buscando, al igual que el Padre Hurtado, a los “patroncitos” que sufren la exclusión, la pobreza y el hambre. Ellos representan, en parte, el espíritu de la solidaridad que los chilenos creemos tener.
Generalmente se conoce con el término de solidaridad a aquel sentimiento a través del cual las personas se sienten y reconocen unidas, compartiendo las mismas obligaciones, intereses e ideales.
Para Francisco Campos, encargado de proyectos de la Vicaría de la Pastoral Social y los Trabajadores, pese a que se confunden, existe una diferencia importante entre la caridad y la solidaridad. “La caridad es el amor actuante de Dios, es la expresión de la relación de Él con sus hijos y entre hermanos; la solidaridad es más horizontal, es sentirnos en un destino común con el otro, es la percepción de ser pueblo”, indica.
La solidaridad de los chilenos
A partir del 2009, el Centro de Mide UC ha intentado descubrir qué tan solidario es nuestro país. En noviembre del año pasado se dieron a conocer los resultados de esta encuesta, que revelan que pese a lo que creemos, los chilenos no lo somos tanto.
El índice promedio de solidaridad global 2012, que considera conductas de ayuda en los ámbitos de la donación de dinero, objetos materiales y tiempo personal, es de 3,36, en una escala que va de 0 a 10 puntos. El ámbito que presenta los valores más altos es el de donación de dinero (5,61), seguido por el tiempo (2,26) y los objetos materiales (2,22).
Según esta medición, los chilenos muestran en general mayores niveles en el índice de solidaridad a medida que se sienten responsables por el problema de la pobreza, empatizan, se identifican con el país o con una religión, confían en las instituciones públicas, perciben que su ayuda tendrá un impacto y la conciben orientada a la autonomía.
El gerente Mide UC Sociedad, Flavio Cortés, asevera que los datos muestran que no somos tan solidarios como nos auto percibimos. “En promedio el 70 % cree que sí, pero si uno observa los resultados de este índice, de 27 acciones fraternas, en la magnitud de 0 a 10 llegamos a 4, que indica que no somos solidarios ni en la mitad de nuestras conductas”, explica.
“Los chilenos solidarizan colectivamente con sus compatriotas por grandes campañas mediales, donde la mayor parte de la gente o un porcentaje muy significativo de personas, sintonizan con estas expresiones, pero también existen otros momentos que surgen con la ocurrencia de catástrofes, especialmente terremotos, en donde se manifiesta el voluntariado o la recolección de especies”, especifica Cortés.
Y agrega que existen factores sicosociales que están asociadas a dar más o menos, y parte de ellos son educables. “La solidaridad está asociada a la empatía, a los valores que profesamos, a si vemos otras realidades distintas a las nuestras. Por ello es importante la inter relación con personas que no son iguales a ti, el sentirse responsable por personas que viven otras realidades”, dice.
Una opinión similar tiene Francisco Campos, que considera que la sociedad estructuralmente no es solidaria, y que atenta contra ella misma, “es muy contra cultural hoy”, señala, “ya que se define en base al libre mercado, plantea el esfuerzo individual, sobreponiendo al individuo por sobre el ser humano”. Y complementa: “Hay expresiones de limosna o respuestas momentáneas ante el dolor del otro, pero este esfuerzo constante de buscar el bien común solo se puede dar en grupo”.
“Los últimos estudios señalan que naturalmente los humanos preferimos las situaciones de solidaridad antes que las de egoísmo, a los niños les es más grato estar en contextos donde se comparte más, que en lugares donde cada uno hace cosas individualmente”, asevera el encargado de proyectos de la pastoral social, e invita a “generar espacios donde nos encontremos como personas, dejemos de lado el ir a ayudar a otros, ya que la clave es estar con el otro, quedarse con el que tiene menos o más que yo, que seamos capaces de ir generando la cultura del encuentro e ir rompiendo las segregaciones estructurales que tenemos”.
Con respecto a si se puede o no formar la solidaridad, los especialistas coinciden en que es crucial para hacer el cambio. Al respecto Francisco señala que, “tenemos una educación que segrega a los listos de los tontos, a los rápidos de los lentos, a los que saben de los que no, lo que hace que ese músculo solidario se vaya atrofiando”. Por su parte, Flavio Cortés dice que la solidaridad depende mucho del cómo socializamos y fuimos criados: “Es allí es donde se refleja y cultiva la solidaridad”, asegura.
Haz que tu corazón vuelva a sentir
Animado por el lema “Cuando ayudas a otro con su cruz, tu corazón vuelve a sentir”, que invita a detenerse y a empatizar con el otro, se vivirá en agosto el Mes de la Solidaridad.
Para la campaña se acuñó el concepto de la enfermedad de los “acardios”, definido como personas que tienen corazón pero que no sienten, teniendo la indiferencia, el egoísmo y la soledad como principales síntomas. Y para evitar esta dolencia está la oportunidad de abrirse al otro, de compartir lo que uno tiene y aportar a la construcción de un país más fraterno.
Próximas actividades del Mes de la Solidaridad
18 de agosto Día de la Solidaridad 12:00 horas en el Santuario del Padre Hurtado.
24 de agosto Caminata de la Solidaridad 13:30 horas desde la Estación Mapocho al Santuario del Padre Hurtado.
Decálogo para vivir la solidaridad con gestos
1. Recuerde que Dios es Padre de Todos.
2. Reconcíliese con quien está enemistado.
3. Salude o visite a quienes tiene en el olvido.
4. Sea justo y agradezca a quienes colaboran con usted.
5. Escuche a quien le quiera hablar.
6. Comparta algo que aprecie con quien lo necesita.
7. Visite a un enfermo o recluido.
8. No ensucie su ciudad y proteja la naturaleza.
9. Sea paciente y prudente al conducir.
10. Evite hacer cosas que a los otros les molestan.
Más información en www.mesdelasolidaridad.cl
También en las redes sociales:@MesSolidaridad y facebook/MesdelaSolidaridad
Fuente: Periódico Encuentro
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 08 de Agosto, 2013
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