Con la presencia de las máximas autoridades de la Primera Región y de la Provincia de Iquique, el Administrador Diocesano Monseñor Marco A. Ordenes presidió el tradicional Te Deum o acción de gracias, a las 19.00 horas de este domingo 18 de septiembre, en la Iglesia Catedral Inmaculada Concepción.
Durante la ceremonia, que se realiza en nuestro país desde los albores de la República de Chile, los presentes junto al Pastor pidieron a Dios la bendición por el bienestar de la patria, sus habitante, autoridades e instituciones.
En su
homilía, Monseñor Ordenes dijo que el Te Deum es un encuentro motivado por el amor a Chile y en donde brilla la fe de los creyentes y se evidencia la buena voluntad de quienes no creen, pero que ambos se unen en un mismo deseo: “la paz y la justicia se abracen” y cambie la suerte de los pueblos.
También dijo que cuando Jesús llegó a Betania, Lázaro estaba muerto desde hacía cuatro días, “Pareciera, en un primer instante, que todo ha fracasado; incluso hasta Dios ha llegado tarde para impedir la muerte del amigo”, entonces agregó “Podríamos preguntarnos: Lázaro ¿Por qué te has muerto? ¿Cuál fue la causa de tu ruina? Algo ocurrió en la vida de Lázaro”.
Y señaló que al mirar hoy al país y su realidad regional, se descubre que la sociedad muestra la varios signos de estar enferma: violencia intrafamiliar, inseguridad ciudadana, falta de oportunidades laborales y cesantía a pesar de los esfuerzos por remediar los índices entre otros. “Si a esto le agregamos la injusta distribución de los sueldos y la riqueza en nuestro país, como recordaban nuestros obispos este año y las cuotas de corrupción y pérdida del sentido de la equidad y la solidaridad, podemos ver que hay signos de procesos patológicos que pueden llevar a graves daños, incluso a la muerte, sino no los enfrentamos”.
Más aún, afirmó que estos signos tienen raíces mucho más profundas. El verdadero problema radica en la base de la misma cultura de la sociedad. “La nueva cultura que se abre paso, es en tantos aspectos notable y maravillosa, quedamos deslumbrados ante el avance de la técnica, somos administrativamente más eficientes, pero a la vez, el individualismo, el egoísmo nos llevan a construir sistemas interesados, donde la buena voluntad puede ser presa fácil de situaciones de corrupción, de intereses partidistas en desmedro del interés por el bien común”.
“La hermana de Lázaro dijo a Jesús: Si hubieras estado aquí mi hermano Lázaro no hubiera muerto. Nosotros como Marta, sabemos que sólo en la presencia insondable de Dios, se puede descubrir vida que avanza por la ruta de la muerte. Sólo en Dios, sólo en El, los creyentes en Cristo, descubrimos el sentido, y encontramos la fuerza para enfrentar el mal olor que despide el muerto (como indica el Evangelio) y correr la piedra que sella la muerte impidiendo la presencia de la vida”.
“Si hubieras estado aquí. Si Dios estuviera más presente al momento de las decisiones políticas, de las decisiones personales, de los juicios a los demás, del manejo de los recursos públicos y privados, al educar, habría menos muertos, menos corrupción y más transparencia, prevención y menos droga, más dedicación a los otros y menos personalismos egocentristas”.
“Pero Dios no puede ser invocado para ser un simple regulador de la ética y la moral. El Dios, que resucita a Lázaro es el Dios de la vida, el que invita a la plenitud de la existencia. Es el Dios cercano: Cristo hecho carne, que conociendo la realidad de nuestra condición humana, limitada y marcada por el pecado, llora con nosotros, lo que se ha perdido”, sentenció.
Homilía Mons. Marco A. Órdenes
Fuente: Comunicaciones Iquique