Las sillas se hicieron pocas. El salón el Arca del Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda debió usar toda su capacidad para recibir a más de doscientos integrantes de las comunidades religiosas y de vida consagrada de la Arquidiócesis de Santiago.

Llegaron desde diferentes lugares. Cada uno con su propio carisma - impronta que fundadores y comunidades le han dado a su servicio al interior de la Iglesia. Los esperaba monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago y el padre Aldo Coda, quien más tarde sería presentado como el nuevo vicario para la vida Consagrada e Institutos de Vida Apostólica.

El encuentro, enmarcado dentro de las celebraciones de Semana Santa, buscó ser un espacio de oración y conversación fraterna, “para animarlos a vivir la vida muy al estilo de Jesús”, comentó el padre Coda. El vicario destacó que “la vida consagrada es una fuerza muy grande. Es el Espíritu Santo el que va moviendo los corazones en los distintos carismas. La Iglesia se hace fértil en ese sentido, es una riqueza que debemos cuidar”, puntualizó.

El sincero agradecimiento del Arzobispo

Según datos de la Conferencia de Religiosos y Religiosas de Chile (Conferre), en nuestro país existen aproximadamente 161 congregaciones, de ellas cien son femeninas y la mayoría tiene al menos una sede en Santiago.

De ahí que las palabras del Arzobispo de Santiago fueran de profundo agradecimiento para cada uno de los asistentes, representantes de sus comunidades. “Nuestra Iglesia se hace más bella, esplendorosa y más servicial a través de la presencia de los carismas de la vida religiosa”, manifestó el pastor ante una audiencia atenta.

El arzobispo destacó que las obras de los religiosos y religiosas también son de la Iglesia. "Sus misiones son verdaderas obras de la Iglesia". Explicó que la Arquidiócesis de Santiago no sólo tiene el privilegio de albergar a un número importante de congregaciones, sino también, ha visto nacer en su interior congregaciones diocesanas.

Subrayó la incorporación de fieles laicos al trabajo de estas comunidades. “Creo que es un camino fecundo, que el Espíritu Santo ha suscitado en este tiempo. Y es una fuerza del Espíritu para mantener esa actitud de servicio tan generoso y radical de la vida consagrada en parroquias, universidades, obras de solidaridad, acompañamiento a los pobres a los que sufren y a los que lloran”.

Tras sus palabras, el arzobispo presentó formalmente al Padre Aldo Coda, como nuevo Vicario para la Vida Consagrada en la arquidiócesis, agradeciendo a su vez, la labor que el padre Gerardo Bellew, realizó anteriormente en el mismo servicio.

El Papa Francisco

Por primera vez, después de siglos, un religioso ocupa la sede de Pedro, un hecho que en palabras del arzobispo “nos compromete para que podamos estar cerca de él con nuestra oración y sobre todo con nuestra fidelidad. Tenerlo nos puede y debe animar para vivir nuestra vida consagrada con un empeño del don particular”, expresó.

Algunos testimonios

Padre abad Benito Rodríguez, monje Benedictino: “Encontrar a nuestro pastor es una oportunidad de vivir la comunión en los carismas".

Hermana Susi, Congregación Canonesas de la Cruz: “Nos anima mucho en la entrega y el servicio estar cerca de nuestro Pastor”.

Sor Ana María Ibaceta, Congregación Hijas de María Auxiliadora: "Me parece muy bien el conjunto de los carismas que tiene la Iglesia para servir a los más necesitados, especialmente a los pobres".