La Iglesia de Santiago celebró la elección del Papa Francisco con una solemne misa
La Iglesia de Santiago celebró la elección del Papa Francisco con una solemne misa

Cerca de 1000 personas se acercaron al templo de la Catedral, en la Plaza de Armas de Santiago, para participar de la misa de acción de gracias por el nuevo Sucesor de Pedro que conducirá nuestra Iglesia. Monseñor Ivo Scapolo, Nuncio Apostólico, presidió la eucaristía en donde la feligresía de Santiago saludó al Papa Francisco.

Familias completas se acercaron al templo principal de Santiago para manifestar su alegría por el nombramiento del sucesor de Pedro, se trata del Cardenal argentino Jorge Mario Bergioglo, primer latinoamericano a cargo de pastorear la Iglesia Universal. La misa fue presidida por monseñor Ivo Scapolo, Nuncio Apostólico; y concelebrada por el Cardenal Jorge Medina; monseñor Juan Barros, Obispo Castrense; monseñor Rafael de la Barra, Obispo Emérito de Illapel; y monseñor Héctor Gallardo, Vicario General de Pastoral. Además participaron los vicarios, sacerdotes y religiosos de todo Santiago. A la celebración también asistieron representantes de otras iglesias, como monseñor Sergio Awad, Arzobispo Ortodoxo del Patriarcado de Antioquía.

A la solemne eucaristía, que fue transmitida en vivo vía streaming a través de www.iglesiadesantiago.cl, llegaron más de 15 miembros del Cuerpo Diplomático; representantes del mundo político, como la senadora DC Soledad Alvear y el ex Ministro de Salud del gobierno de Michelle Bachelet, Pedro García; así como representantes de las cuatro ramas de las Fuerzas Armadas y de la Policía de Investigaciones. A mano derecha frente al altar se sentó el Embajador de Argentina en Chile, Ginés González García, quien lucía con orgullo una corbata albiceleste y no escondía su alegría: “Es una extraordinaria noticia el nombramiento del Papa Francisco, no sólo para los argentinos, sino para todos los Católicos, inclusive para el mundo, sobre todo en este momento difícil que vivimos (…) Es un hombre simple, profundo, directo, habla sin eufemismos, alguien que entiende y valora la política, pero a la vez que lleva un significativo mensaje de fe y solidaridad. Él tiene serias preocupaciones sobre la injusticia, y estoy seguro que desde su lugar va a lucha por mejorar el mundo”.

Durante la homilía, monseñor Ivo Scapolo, destacó el modo en que la renuncia de Benedicto XVI y el nombramiento del Papa Francisco se unen: “’Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría’, con estas palabras del Salmo 126 queremos expresar de modo particular nuestro agradecimiento al Señor por haber dado a la Iglesia el nuevo Obispo de Roma”, y agregó: “Hemos acompañado los últimos días del Pontificado del Papa Benedicto XVI con sentimientos de sorpresa, tristeza y preocupación. Tristeza por saber que no tenía más fuerza para ejercer adecuadamente el Ministerio Petrino; sorpresa por el improvisado anuncio, y preocupación por el futuro de la Iglesia. Esos sentimientos se han trasformado en alegría, agradecimiento, emoción y renovada esperanza. Al ver al nuevo Papa, sorprendidos y emocionados por su estilo y por sus palabras, gestos, hemos vivido cuanto dice el mencionado Salmo 126, ‘Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre cantares’”.

El Nuncio Apostólico, terminó su homilía con una bendición esperanzadora: “Confiando en la intercesión de la Virgen María, refugio de los pecadores, pidamos al Señor que en la Iglesia, como también en la sociedad y en todo el mundo, las relaciones estén caracterizadas por una actitud de respeto hacia el otro, de auténtica búsqueda de un bien material y sobre todo espiritual, de sincera búsqueda de aquello que es verdadero, bueno, y justo”.

Antes de que la acción de gracias finalizara, el Cardenal Jorge Medina, dirigió unas palabras a los asistentes: “El Papa Francisco quiere una Iglesia servidora capaz de acudir a las necesidades materiales de los hombres y de mover a sus hijos para que los bienes que Dios creó lleguen efectivamente a todos. Pero esta intención del Santo Padre también tiene otra lectura: todos somos pobres delante del Señor, no tenemos nada nuestro, nada trajimos a este mundo, y partiremos de él sin más equipaje que las obras buenas que hayamos realizado en esta tierra, también debemos preocuparnos de la pobreza espiritual”.

Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 17 de Marzo, 2013
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