El Cardenal Francisco Javier Errázuriz- único elector chileno en el cónclave- abrió un espacio en su apretada agenda para explicarnos cuál es la Iglesia que recibe al nuevo pontífice. Asegura que su principal reto será “animarla a enfrentar los desafíos culturales, éticos, sociales y económicos desde su adhesión a Jesucristo, implorando un nuevo Pentecostés”.
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“Si el cónclave hubiera sido convocado después del fallecimiento del Santo Padre, como lo suponíamos, yo no habría sido uno de los electores”, cuenta el cardenal Francisco Javier Errázuriz. En septiembre cumple 80 años, edad límite para participar en la elección de un Papa. Pero la sorpresiva renuncia de Benedicto XVI lo instauró como el único chileno entre los 117 cardenales electores.
“Esperaba que en la próxima creación de cardenales apareciera el nombre de otro chileno, probablemente del Arzobispo de Santiago, y que él participaría en la elección del próximo Santo Padre”, sin embargo, agradece a Dios ser parte por segunda vez, de esta decisiva instancia. La primera fue en abril de 2005 tras la muerte de Juan Pablo II.
Con esa experiencia revela “que es más fácil formarse un juicio acerca de los cardenales que no tienen todas las condiciones necesarias para ser Papa, que adquirir el juicio positivo acerca del nombre del futuro Santo Padre, que Dios ya tiene en su corazón”.
¿Es el gesto de Benedicto XVI un desafío en sí mismo para el próximo pontífice?
Es un desafío para todos los que tienen poder y autoridad. Las tareas son encargos que Dios mismo nos hace. Tenemos que tener la sencillez, la humildad y la valentía necesarias para poder retirarnos, y dejar a otros la responsabilidad, cuando percibimos que no estamos en condiciones de responder a ella. Al tomar su grave decisión, primó en Benedicto XVI su sinceridad y su amor a la Iglesia. Nunca quiso la autoridad para tener poder. La empleaba para servir.
La Renuncia
“Falta de fuerzas”, manifestó Benedicto XVI en audiencia con los cardenales, cambiando 600 años de historia. El último Papa en renunciar fue Gregorio XII en 1415. Pero, ¿cuáles son esas tareas, para las se requiere tanto ímpetu y fuerza? Una pregunta que ha generado una serie de especulaciones, y que el Cardenal nos aclara.
“Sabemos que (Benedicto XVI) antes de asumir su pontificado se refirió a las inmundicias que había que barrer en la Iglesia”, enfatiza enumerando entre ellas a “los abusos sexuales y la práctica intolerable de algunos miembros de la jerarquía de dejarlos impunes”. Un ámbito que aparece en la Carta pastoral que envió a los obispos de Irlanda en marzo de 2010.
En el último Miércoles de Ceniza el Papa además, mencionó “la división que hiere la unidad de la Iglesia”. “De hecho, hay grupos de teólogos, por ejemplo en Alemania, que exigen o postulan cambios contrarios a la doctrina de la Iglesia”, expresa el Obispo Emérito agregando que “tal vez se refería a esos problemas de muy difícil solución”. Desafíos que quedarán como legado al nuevo pontífice.
Puntualmente, ¿hay alguna acción concreta, algún gesto, que debiera manifestar el nuevo Papa para nuestro país en el corto plazo?
Quisiéramos que nos visite. Tuvimos que renunciar a una peregrinación a Chile del Papa Benedicto XVI, debido a su edad y a la fragilidad de su salud, si bien su presencia y sus palabras en Aparecida a la V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano, nos enriquecieron a todos.
Uno de los conflictos abordados con fuerza en el papado de Benedicto XVI han sido los abusos sexuales en la Iglesia, ¿Es ese el principal desafío del nuevo Papa?
La decisión de Benedicto XVI al abordar estos problemas será continuada por el próximo Papa. Ya no los consideramos tan sólo como pecados, ni tan sólo como anomalías sicológicas, sino como delitos, que claman por apoyo a las víctimas y por justicia. Pero la principal tarea será animar a la Iglesia a enfrentar los desafíos culturales, éticos, sociales y económicos desde su adhesión a Jesucristo, implorando un Nuevo Pentecostés. El tiempo actual necesita esta renovación de la Iglesia. El Sucesor de Pedro nos impulsará a cumplir esta misión y a dar testimonio con ardor de que el Evangelio es lo que todos buscan.
El Papa también ha manifestado la necesidad de profundizar en la aplicación del Concilio Vaticano II, ¿qué pasos debiera dar la Iglesia en esa línea?
El menos en Chile, los está dando. Estamos despertando a ser una Iglesia misionera. La misión continental sigue avanzando. En muchas empresas encontramos más coherencia con la responsabilidad social de las mismas. Es claro, todavía hay mucho por avanzar, por ejemplo en la pastoral juvenil y carcelaria, como también en solidaridad y justicia social, en la superación de la brecha que existe entre los más altos y los más bajos ingresos. La voz del Papa seguirá siendo la voz de un profeta y pastor.
APUNTES:
La labor del Colegio Cardenalicio
El Cardenal Errázuriz asegura que no le gusta “marcarle la cancha” a un futuro Papa. “Nuestra tarea no es indicarle lo que debe hacer, sino en oración encontrar el nombre del elegido por Dios, y colaborar con él, con esperanza, generosidad y alegría, en el cumplimiento de su misión”, concluye.
La procedencia del nuevo Papa
“Hace 36 años se pensaba que los Papas debían ser italianos. Recuerdo que un Cardenal que estuvo en el Cónclave que eligió a Juan Pablo I volvió a su país diciendo: “¡Y pensar que algunos querían que el Papa fuera un polaco!”.
Su vínculo con Benedicto XVI
Se conocieron en 1982. En 2007 estrecharon lazos en la organización de la V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano en Aparecida. El último encuentro entre ambos fue durante una asamblea del Consejo pontificio para la Cultura, el jueves antes que el Benedicto XVI anunciara su renuncia.