"En mi última carta contaba la desazón que me produjo encontrar que en Nyabía sólo había una persona que leía: un viejo que ahora no veía bien… Dije “He renunciado al sueño de tener un tractor y hemos destinado esos ahorros a becas de estudio. Ese será nuestro tractor ahora, el que tire pa’elante a África”. Ahí quedó botado, o más bien reconvertido nuestro sueño de años de tener un tractor en la Misión. Pero parece que ese anhelo era compartido por Diosito también," señala el Padre Roberto en esta nueva carta titulada, Maringwe 27, "algo nuevo".
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Fuente: Prensa CECh