Monseñor Pedro Ossandón: “La experiencia del Sínodo nos ayuda a descubrir que Dios es quien dirige y sostiene la Iglesia”
La entrevista de los martes
Monseñor Pedro Ossandón: “La experiencia del Sínodo nos ayuda a descubrir que Dios es quien dirige y sostiene la Iglesia”

Regresó hace algunos días desde Roma donde estuvo junto al Santo Padre en el Sínodo para la Nueva Evangelización. El Obispo Auxiliar de Santiago cuenta que en la instancia se hablaron “todos los temas” y que el Papa escuchó atentamente a cada uno de los presentes.

Estuvo por tres semanas junto al Santo Padre y con más de 260 obispos de todo el mundo, representantes de la vida religiosa, laicos, movimientos apostólicos, hermanos de otras confesiones religiosas, “todos juntos en oración, escuchando al Señor, y escuchándonos entre nosotros para discernir la voluntad de Dios para esta época”.

Es la primera experiencia sinodal de monseñor Pedro Ossandón. “Fue una instancia extraordinariamente bella, donde uno ve la presencia de la Iglesia haciendo tanto bien con este anuncio del Evangelio que nos trae la buena noticia que Dios está con nosotros”, relata con emoción a sólo días de su regreso a Chile.

¿Qué conclusiones sacó usted de esta experiencia?

Que tenemos razones grandes para convertirnos, de todo lo malo que ha sucedido, o sucede en la historia de la Iglesia - fruto de nuestro pecado- , retomemos el camino y digamos: Señor, si hay que convertirse mil veces y hay que pedir perdón toda una vida para que podamos ver cómo tú amas a la Iglesia y a través de ella anuncias el Evangelio, lo haremos.

¿Tuvo ocasión de conversar con el Santo Padre?

El Papa hizo algo que debemos hacer todos. Nos escuchó en silencio, muy atento. Escuchó más de 250 intervenciones de todos los obispos, laicos y religiosos y estuvo siempre con nosotros. Prácticamente todos los días. Por tanto, la cercanía del Santo Padre es realmente extraordinaria. Tuvimos una cercanía muy grande con él y en la Eucaristía de cierre estuvimos muy cerca del altar donde celebró, fue un regalo muy grande, para los obispos chilenos presentes y para mí.

"...tenemos razones
grandes para convertirnos..."


¿Qué preocupaciones de la Iglesia chilena le llevó usted al Santo Padre?

La intervención que presenté dentro de la primera semana, fue acerca de la experiencia de la Iglesia Chilena que ha aprendido a ser muy evangelizadora. Que entiende que su identidad proviene del llamado que le hace el Señor de evangelizar a todas las personas y a todos los pueblos. Eso técnicamente se denomina Iglesia Sinodal, una Iglesia en movimiento. Una Iglesia Chilena que desde que hace sus orientaciones pastorales, se pone en movimiento. Ser Iglesia sinodal, significa ser una Iglesia misionera, donde todos participan para ver qué es lo que nos pide Dios. Yo le ofrecí al Santo Padre la fidelidad de nuestra Iglesia al Concilio Vaticano II y a las enseñanzas del Papa.

El Papa ha manifestado estar muy al tanto de los dolores de la Iglesia en Chile. ¿Qué perspectivas de solución y futuro surgieron en el Sínodo para esos dolores y conflictos?

Primero, decir que en el Sínodo aparecieron todos los temas. Sobre todo los temas de conflicto y dolor. Los temas de infidelidad de los sacerdotes, el abuso sexual de menores. Nadie censura en el Sínodo y eso fue muy bueno, tener una mirada mundial a esos problemas. Sin embargo, al ir compartiendo los sufrimientos de la Iglesia nos dimos cuenta que aún cuando esos problemas son muy graves y debemos enfrentarlos, también hay otros conflictos que nos preocupan. Por ejemplo, la situación en Medio Oriente, especialmente en Siria donde nuestra Iglesia Católica ha dado un testimonio de fe; de llamado a la unidad, a la paz, de testimonio de vida cristiana, que en ese ambiente de guerra, ayuda enormemente. De hecho, el Papa pidió que varios de los Obispos que estábamos en el Sínodo pudiéramos viajar a Siria, lo que no se alcanzó a concretar, pero se hará de todas maneras.

Ahora, los caminos de solución parten precisamente en la renovación de la fe, en volver al encuentro con Cristo. Es volver a la fidelidad del testimonio cristiano, de la santidad. En definitiva, ser fieles a lo que el Señor nos pide. Dar un testimonio de fe y vida cristiana íntegra, y dedicarse a evangelizar, con toda la fuerza. En definitiva, las soluciones son también las propuestas que ha empezando a madurar el Sínodo de la Nueva Evangelización.

"...el Papa pidió que varios
de los Obispos que estábamos
en el Sínodo pudiéramos viajar
a Siria, lo que no se alcanzó a concretar,
pero se hará de todas maneras".


¿Con qué sensación se quedó tras el Sínodo?

Fue una gran responsabilidad, uno tiene la posibilidad de escuchar el estado de la Iglesia, y al mismo tiempo, junto el Papa, encontrar caminos para revitalizar la fuerza de la gracia de la fe. Ver que la Iglesia se sostiene realmente en la gracia de Dios, de otra manera no se entiende. Esta experiencia del Sínodo nos ayuda a descubrir que Dios dirige y sostiene la Iglesia.

¿Cuáles son los desafíos de nos propone este Sínodo?

Los desafíos que nos dejó el Sínodo son varios. El primero es que cada uno de nosotros se pregunte si realmente cree en Jesucristo. Que cada uno en conciencia se haga la consulta. Lo segundo es el reencuentro con toda la Iglesia y confesar la presencia del Espíritu Santo en la Iglesia. Y eso significa ponernos en el servicio evangelizador, pero mucho más en comunión corresponsable. Tercero, una actitud de la Iglesia mucho más humilde. Una Iglesia que varias veces en la historia de la humanidad ha actuado con soberbia, y que tiene el llamado a ser una Iglesia servidora, que reconociendo sus propias debilidades invita al encuentro con el Señor. El otro gran desafío es el llamado a la solidaridad, especialmente con los pueblos que más sufren. El imperativo de la caridad salió con mucha fuerza en el Sínodo. La pobreza en el mundo sigue siendo extraordinariamente grave, sobre todo con el fenómeno de la movilidad humana y la sociedad de confort, que muchas veces hace olvidar el sufrimiento de los más pobres.


Fuente: Comunicaciones Santiago
www.iglesiadesantiago.cl

Santiago, 12 de Noviembre, 2012
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