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Marcelo Fillipi, secretario ejecutivo de la asamblea, dio a conocer una síntesis de la reflexión de los participantes, comenzando con el aporte de los niños, a través de la participación de la Infancia Misionera. “Como fortaleza, los niños señalan la alegría y la unidad de las personas, la paz, el respeto, la oración por los enfermos, los necesitados; la motivación de sus padres y el acompañamiento, pero la falta de poco tiempo para estar juntos”, precisó.

En el eje de la realidad que se vive, los adultos mencionaron como las oportunidades para que la Palabra de Dios sea conocida, la misa diaria, los encuentros comunitarios, las fiestas religiosas, las instancias de formación, los medios de comunicación al servicio de la evangelización, el año de la fe y la misión joven y en las amenazas, la posición pasiva de los cristianos, ser más receptores que interlocutores, la noticias negativas que involucran a miembros de la Iglesia, los medios de comunicación que son negativos por la falta de veracidad y políticas contra los valores de la Iglesia.

En el eje de situaciones que fortalecen las oportunidades de formación y diálogo comunitario, como oportunidad se mencionó la pastoral orgánica, las asambleas decanales y diocesanas, las mesas de diálogo, las tecnologías al servicio de la evangelización y contar con planes pastorales. En las amenazas, el individualismo, cargos de responsabilidad no vividos al servicio de los demás.

En el ámbito de las celebraciones, en oportunidades están las celebraciones de piedad popular, las peregrinaciones, aprovechar liderazgo de sacerdotes y su dedicación y la catequesis familiar para la vida eucarística. En las amenazas, la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas y también laicales, pérdida del sentido de lo social de la celebración religiosa, celebraciones masivas que a veces pierden su real sentido, sacramentos que sólo se viven como un rito social.

Por último, en el ámbito de situaciones en la dimensión servicio a la comunidad, se mencionaron como oportunidades, las comunicaciones entre pastorales, iglesia como mediadora de conflictos sociales, existencia de grupos de catequesis orientados a la solidaridad y en amenazas están la falta de compromiso con la solidaridad, la desconfianza, la falta de líderes católicos y finalmente el consumismo y la deshumanización.

Monseñor Chomali, en su homilía, agradeció la posibilidad de reunirse en la asamblea y fundamentalmente valoró el trabajo de organización y planificación que lideró la Vicaría de Pastoral. “Se ve un encuentro bien organizado y fraterno, por eso, mis agradecimientos y a todos los que han colaborado en tantos detalles que implica para reflexionar sobre los temas que nos inquietan”, afirmó y mención especial hizo del Coro Arquidiocesano, “que cada vez cantan mejor y nos ayudan en la liturgia para el encuentro con el Señor”.

Agradeció a los laicos y su compromiso, en particular de quienes llegaron desde la zona d Arauco. Resaltó la presencia de seis religiosas extranjeras para colaborar en la vida pastoral en las parroquias de Curanilahue y la de Lebu y a un matrimonio francés como misioneros en la parroquia de Todos Los Santos, en Talcahuano y a un sacerdote nicaragüense que comenzó a prestar servicio en la parroquia de Lagunillas, en Coronel. “Son gestos de gran generosidad”, subrayó.

Fuente: Comunicaciones Concepción

 Clausura de la VI Asamblea Eclesial