Monseñor Ricardo Ezzati invitó a escuchar la Palabra, hacerla propia y anunciarla
En medio de las hermosas voces de las Hermanitas del Cordero que con melodías polifónicas acompañaron la eucaristía en su totalidad, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati presidió la eucaristía dominical que se centró hoy en la escucha y la palabra. “Dios a lo largo de la historia de la salvación”, dijo en su homilía, “se hace presente constantemente para que en nuestra vida se realice el milagro de poder escuchar y de poder hablar. Y sabemos bien cuál es ese milagro. El milagro de poder escuchar la palabra de Dios, y una vez escuchada esa palabra de Dios se pueda volver también palabra nuestra, palabra que pronunciamos y palabra que anunciamos”.
En su plática el Arzobispo de Santiago recordó que en pocas semanas más se inaugurará un nuevo Sínodo de Obispos convocado por el Santo Padre en el Vaticano, el cual tendrá como tema central la Nueva Evangelización. Monseñor Ezzati explicó que “sabemos que la realidad que rodea la vida de nuestros hermanos es muchas veces de sordos y de mudos. Nos cuesta, en medio de todos los atractivos del mundo de hoy, en medio de tantas voces que nos indican senderos de felicidad, de realización, escuchar la voz del Señor. Nos cuesta también hablar y anunciar a través de nuestro testimonio y de nuestra palabra, que solamente Jesucristo tiene palabras de vida eterna. Y también muchas veces quienes hemos adherido a Jesucristo, corremos el riesgo del atractivo que ejerce sobre nosotros el mundo contemporáneo”.
Y añadió que los adversarios del evangelio “han sabido presentar la libertad que Cristo nos ofrece como un peso, y en cambio la esclavitud que el mundo le ofrece a la humanidad, como una liberación. Nosotros necesitamos y el mundo necesita de un nuevo milagro de Jesús, de un continuo milagro de Jesús, que Jesús repita sobre nuestra vida esa palabra “¡effatá!”, ¡ábrete! y el Señor nos ofrece el camino para esa apertura que no nace de nuestra inteligencia, de nuestra voluntad o de nuestro deseo de ser mejores que los demás, sino que se abre al camino de la vida única y exclusivamente porque nos dejamos tocar por la mano del Señor”.
En su mensaje, monseñor Ezzati recordó que Jesús a través de su intervención sacramental, la eucaristía, vuelve a abrir nuestros ojos y nuestra lengua para que podamos descubrir, experimentar y vivir la belleza de conducir nuestra vida en la atmósfera de la verdad, del amor de Dios y del descubrir constante y profundamente su voluntad, que es siempre una voluntad de salvación, de comunión y de solidaridad especialmente con aquellos que más necesitan”.
Al finalizar rogó por las Hermanitas del Cordero que dejan nuestro país para continuar su misión, para que lo que han sembrado acá en Santiago “siga produciendo fruto abundante de vida cristiana auténtica”. Y además agradeció que lo acompañaran en oración en este día que se cumplen 16 años de vida episcopal y pidió para que el Señor le conceda la gracia de “ser un pastor según Su corazón”.
Fuente: Comunicaciones Santiago www.iglesiadesantiago.cl