Entrega de viviendas a damnificados del 27/F en Cobquecura
Entrega de viviendas a damnificados del 27/F en Cobquecura

Con 280 beneficiarios, Iglesia culmina proyecto de apoyo integral a familias del secano costero de Ñuble.

A pesar de las huellas que pocas horas antes había dejado el frente de mal tiempo, la lluvia hizo una pausa que permitió a la familia Torres López recibir la bendición de su nuevo hogar por parte del obispo de Chillán, Mons. Carlos Pellegrin, quien junto al párroco de Cobquecura, Padre Jaime Villegas, inauguraron de manera simbólica las viviendas del “Programa de Rehabilitación Física, Económica y Social” que el Departamento de Acción Fraterna del Obispado de Chillán y la Pastoral Social Caritas, ejecutaron en la comuna de Cobquecura, beneficiando a las familias que resultaron damnificadas a raíz del terremoto del 27 de febrero de 2010.

“Estamos muy agradecidos porque vamos a estar más calientitos para este invierno”, confesó Pedro Torres, agricultor de 61 años de Talcamávida, quien junto a su esposa Zulema López y sus tres hijos, recibieron una de las seis viviendas que se levantaron en los sectores rurales de Talcamávida y Maquis Alto, y que responden al modelo de vivienda social progresiva, diseñada para ser ampliable y con miras a convertirse en una solución definitiva de acuerdo a las condiciones de cada familia.

De la experiencia que significó aplicar la estrategia de autoconstrucción colaborativa, donde se capacitó a los mismos beneficiarios para que posteriormente fueran ellos los protagonistas de la reconstrucción de sus hogares, conoce muy bien Cecilia Rivas, quien días antes de los temporales alcanzó a pintar el exterior de su vivienda y realizó terminaciones al interior del comedor. “Estoy muy orgullosa de la visita de Monseñor, y de estas viviendas que son una bendición de Dios, un regalo que jamás pensé al tener una casa tan hermosa”, señaló esta dueña de casa, quien durante dos años permaneció en una mediagua, luego que su vivienda de adobe resultara seriamente dañada por el megasismo del 27/F.

Para Monseñor Pellegrin “si bien estas viviendas no son las que quisiéramos para cada una de las familias, les permiten vivir de manera más digna y más cómoda que en una mediagua, lo que nos llena de una inmensa alegría como Iglesia al colaborar con un granito de arena en esta inmensa tarea para el Estado como es la reconstrucción en una comuna que particularmente resultó muy afectada por el terremoto”, destacó el obispo de Chillán, quien agregó que “esta iniciativa es un ejemplo de solidaridad, ya que contamos con el financiamiento de Caritas Italiana… gente muy sencilla que de lo poco que tiene lo comparte con los demás, por tanto, es un ejercicio de amor que nos enriquece a todos”, subrayó.

Las nuevas soluciones habitacionales bordean los 30 m2 y cuentan con una estructura de muros de madera y revestimiento exterior tipo siding. Además poseen dos dormitorios y una sala multiuso con instalaciones eléctricas y altos estándares de calidad y aislación.

Reconstruyendo desde lo espiritual a lo material

Posteriormente el Pastor de Ñuble, se trasladó hasta Buchupuero, donde acompañado del alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes, presidió la Ceremonia de Cierre del “Programa de Rehabilitación Física, Económica y Social” que el Dpto. de Acción Fraterna del Obispado de Chillán y Caritas, impulsaron en estos últimos dos años en las comunas de Quirihue, Ninhue, Portezuelo y Cobquecura, beneficiando familias damnificadas del 27/F.

Si bien, por el efecto que tiene en la calidad de vida de las familias damnificadas, el producto más visible de esta iniciativa es la construcción de viviendas, diversos fueron los servicios que se desplegaron en el marco de esta línea de acción. Además de proyectos que consideraron los componentes de vivienda y habitabilidad, se abordaron otros de emprendimiento económico y desarrollo psicosocial y comunitario que permitió levantar el espíritu de más de 280 familias en total pertenecientes a sectores rurales como Los Temos y Salamanca (Quirihue); Las Higueras (Ninhue); Huacalemu y Los Naranjos (Portezuelo); y Los Maquis Altos, Los Maquis Bajos y Talcamávida (Cobquecura).

“Aquí vivimos no sólo un terremoto en lo material, sino también en lo espiritual. A la gente le ha costado mucho levantarse, porque les ha faltado herramientas, es por eso que es destacable el tremendo esfuerzo que ha hecho la Iglesia en estos sectores, lo que sin duda es un alivio para el Estado y para nosotros como municipio”, concluyó el edil Julio Fuentes.

Fuente: Comunicaciones Chillán
Chillán, 13 de Junio, 2012
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