Catequesis para niños y jóvenes con capacidades especiales
Catequesis para niños y jóvenes con capacidades especiales

Hermoso espacio de integración en Osorno.

Una gran acogida ha tenido en la diócesis de Osorno la implementación de la catequesis para niños con capacidades especiales, actividad que está siendo realizada en la catedral “San Mateo” por Ana María Ojeda y Rudemil Vergara. Ambos son acompañados por el Padre Miguel Molina, asesor de la Comisión Diocesana de Pastoral Catequética. En conjunto ven con satisfacción los “pequeños grandes” cambios y el aprecio con que niños y jóvenes toman parte de los encuentros.

Diversas son las discapacidades que poseen los menores que participan de la Iniciación Cristiana, como por ejemplo síndrome de Down y autismo, entre otras. Las primeras actividades de esta catequesis especial se efectuaron el año 2009 con la asesoría de Soledad Rosas, como señaló Ojeda, madre de un niño en estas condiciones. Participaron 9 niños, quienes fueron bautizados el año 2010. “A raíz de esa experiencia me invitaron a servir como catequista de este nuevo grupo. Son muchos los jóvenes en la diócesis que tienen algún tipo de capacidad distinta, pero que, a pesar de ello, buscan una oportunidad de acercarse a la Iglesia. Eso es lo que le queremos brindar”, señaló.

No obstante el optimismo y entusiasmo que existe en Ojeda y Vergara, asumen que la ayuda para atender a estos niños y jóvenes es vital, en cuanto a la necesidad de contar con especialistas que les entreguen métodos para llegar de mejor forma con el mensaje del Señor. “Nuestra idea es poder formar en la diócesis un equipo de catequistas destinado a atender a estos niños y jóvenes. Para ello nos proyectamos a tener como invitados a sicólogos, educadores diferenciales y otros profesionales, pues precisamos de esa valiosa colaboración”, dijo Ojeda.

Por otra parte, será vital integrar a los padres en cada una de las actividades, aseguró esta abnegada madre. “Necesitamos que en el hogar se ponga en práctica lo que se transmite en la catequesis, tanto en formación cristiana, como de rehabilitación. Para eso, los papás se comprometen totalmente con la atención a sus hijos, pues estos niños y jóvenes tienen necesidad de la vivencia en comunidad y, por supuesto, su familia es un factor primordial en el objetivo de alcanzarles este aspecto”, recordó Vergara.

Iglesia: casa acogedora
El grupo se reúne cada sábado, a las 11.00 horas, en los salones de la catedral “San Mateo”, lugar en el que las risas, los juegos y el canto resuenan con júbilo, experiencias que han tenido eco en los hogares de los niños. “Los padres me han referido sobre el desarrollo que han visto en sus hijos. Por ejemplo, hay un integrante de la catequesis que no habla prácticamente nada. Sus papás me contaron muy felices que una de las primeras palabras que aprendió a decir fue Jesús. Hay otro niño al que le regalaron una Biblia y, sin saber leer, llega a su casa, se sienta, toma el libro y hace como si leyera, siguiendo la lectura reglón por reglón. Así puede estar horas”, contó Vergara.

El Padre Miguel añadió que “se espera a futuro contar con un equipo multidisciplinario que nos apoye en esta misión tan hermosa, pues hay niños con distintas capacidades, a quienes hay que llegar de diversas formas. Tenemos a los catequistas para transmitir la experiencia de la fe, pero necesitamos profesionales que nos instruyan en cuanto a cómo los vamos a catequizar, cómo, desde las teorías del aprendizaje, les vamos a transmitir el mensaje”.

Un objetivo macro, concluyó el Padre Miguel, tiene relación con expandir esta experiencia al resto de las parroquias de la diócesis: “que se acerquen catequistas de otras comunidades, sean formados y vean en sus sectores las necesidades que son necesarias cubrir, en cuanto a niños con capacidades especiales. Posteriormente, queremos asumir con entereza el desafío de integrarlos con el resto de los niños”, concluyó,

Es de este modo cómo la voz de la Iglesia en Osorno se alza con fuerza en favor de los niños y jóvenes especiales, otorgándoles un espacio de alegría y cercanía con el Señor. Necesario será el apoyo de toda la comunidad de los fieles en esta hermosa obra, la cual sigue fielmente -en toda su magnitud- al mensaje que legara el beato Juan Pablo II respecto a la importancia de acoger a quienes son vistos, erróneamente, como los más débiles de la sociedad: “En nombre de Cristo, la Iglesia se compromete a ser para vosotros cada vez más ‘casa acogedora’. Sabemos que el discapacitado -persona única e irrepetible en su dignidad igual e inviolable- no sólo requiere atención, sino, ante todo, amor que se transforme en reconocimiento, respeto e integración: desde el nacimiento, pasando por la adolescencia y hasta la edad adulta y el momento delicado, vivido con conmoción por muchos padres, en que se separan de sus hijos, el momento del ‘después de nosotros’. Queridos hermanos, queremos compartir vuestras pruebas y vuestros inevitables momentos de desaliento, para iluminarlos con la luz de la fe y con la esperanza de la solidaridad y del amor” (Homilía de S.S. Juan Pablo II en la celebración del Jubileo de las Personas Discapacitadas, diciembre 3 de 2000).

El grupo de catequistas que realiza esta obra en los salones de la Catedral “San Mateo” no es muy grande. Así pues será responsabilidad de toda la diócesis otorgarles el apoyo necesario para el buen desempeño de sus funciones y, de paso, llevar esta labor al resto de las comunidades parroquiales. Extender una mano fraterna para que el mensaje de Cristo llegue de buena forma a los catequizados, niños y jóvenes con características diferentes al resto, pero tan hermanos como cualquiera de nosotros.

Fuente: Comunicaciones Osorno
Osorno, 05 de Junio, 2012
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