Monseñor Ricardo Ezzati preside reapertura de la Basílica del Corazón de María
Monseñor Ricardo Ezzati preside reapertura de la Basílica del Corazón de María

En el día en que celebró 42 años de su ordenación sacerdotal, Arzobispo de Santiago presidió reapertura de este Monumento Nacional, bajo la administración de los Misioneros Claretianos, luego de más de dos años clausurada por los daños sufridos a causa del terremoto de 2010.

Como una metáfora del tránsito de la emergencia a la normalidad tras los daños ocasionados por el terremoto de febrero de 2010, cientos de fieles, el domingo 18 de marzo, repletaron el patio adyacente al templo para participar de la eucaristía presidida por el Arzobispo de Santiago, Monseñor Ricardo Ezzati, en el marco de la ceremonia de reapertura de la Basílica del Inmaculado Corazón de María, ubicada en calle Zenteno esquina de Copiapó, en la comuna de Santiago. Posteriormente, encabezados por el Pastor de la Arquidiócesis capitalina, se dirigieron en procesión hasta la basílica, para luego entrar a ella tras largos dos años de clausura. La iglesia, que también alberga el Santuario Nacional de san Judas Tadeo, está bajo la administración parroquial de la Congregación de los Misioneros Claretianos.

Monseñor Ezzati dijo que esta reapertura del templo ocurría en el mismo día en que celebraba 42 años de ordenación sacerdotal. HA sido una feliz coincidencia, dijo el Arzobispo de Santiago.

Gratitud a los claretianos

En su homilía, Monseñor Ezzati agradeció a la comunidad claretiana “estos más de 140 años de presencia en nuestra Iglesia con el espíritu misionero que los caracteriza, con el don que le ofrece a la Iglesia de Santiago y a la Iglesia de Chile, no solamente de su ministerio pastoral, sino sobre todo de su presencia carismática en medio del pueblo de Dios. Aquí, a los pies del Santuario del Corazón de María, y en otras ciudades del país, ellos han hecho presencia con esa labor misionera y generosa, que iniciaron con el santo fundador –San Antonio María Claret-, que ha hecho un don muy grande a toda la Iglesia, especialmente en América Latina”.

“Creo que todos hoy día –expresó el Arzobispo de Santiago- nos alegramos inmensamente de ver cómo los templos de esta basílica se pueden abrir nuevamente, para que los hijos e hijas de Dios puedan encontrar en este lugar el corazón paterno de Dios y el corazón materno de la Virgen María”. Luego destacó que “ciertamente la inauguración de los trabajos que se han realizado a lo largo de estos dos años, comprometen nuestra gratitud y nuestro deseo de verdad de encontrarnos con el Señor Jesús a través del corazón de la Virgen María”.

También subrayó la importancia de que “como comunidad cristiana, a la luz de la Palabra de Dios, podamos ofrecerle a nuestra sociedad el testimonio de que construir la comunión, construir el futuro es posible, siempre que Dios sea considerado el aliado, sea considerado el camino para nuestra verdadera realización”.

La esperanza del amor de Dios

En ese sentido, Monseñor Ezzati observó que “el camino de la salvación del Hombre y de la sociedad no se puede encontrar al margen de Dios; solamente el amor que Dios nos tiene, nos invita a amar a todos los hombres de la misma manera con la cual Dios nos ama a nosotros. ‘Ámense unos a otros como yo los he amado’; ése es el principio fundamental que la sociedad debe poner a la base de su camino de esperanza, porque sin esa esperanza que viene del amor que Dios nos tiene y que se ha manifestado en su Hijo Jesús, ninguna sociedad puede esperar encontrar la alegría del corazón, la esperanza que llena la vida, el sentido de la existencia".

Haciéndose eco de la realidad en Chile, el Pastor advirtió cierta insatisfacción que están expresando diversos sectores de nuestro país. “Cuántas manifestaciones en todas partes se dan de esta insatisfacción, y la culpa no la tiene un grupo u otro grupo, la culpa la tenemos todos, porque hemos desviado el centro de nuestra esperanza”. Qué importante, añadió Monseñor Ezzati, es percatarnos de que “el mensaje de amor y solidaridad que Jesucristo nos ha entregado y nos entrega, es el cimiento de una sociedad más feliz, más justa, más fraterna, porque reconoce en Dios al único Padre que a todos nos quiere, y a todos nos quiere felices”.

En ese contexto, el Arzobispo concluyó que “al Corazón Inmaculado de María, Madre Nuestra, venerada de una manera muy particular en esta basílica, queremos confiarle en este día el caminar de nuestra Iglesia y el caminar de Chile”.

Tras la eucaristía, la multitud enfiló hacia el frontis de la Basílica, donde se detuvieron antes del anhelado reingreso de los fieles a la reconstruida iglesia. Ahí Monseñor Ezzati, en un momento de gran emotividad, bendijo el templo y, en alusión a la cruz que fue nuevamente instalada en lo más alto de la basílica tras haberse caído por el terremoto, señaló: “Siempre que miremos la cruz, recordaremos que en ella culminó el misterio del Amor con que Cristo amó a su Iglesia. Siempre que saludemos la cruz, acordémonos que Cristo, suprimiendo con su sangre toda división, hizo de todos los hombres un sólo pueblo. Siempre que veneremos la cruz, pensemos que somos y nos declaramos discípulos de Cristo, cargando todos los días con nuestra propia cruz; sigámoslo con generosidad”.

Al llegar el esperado reingreso al templo, que se repletó con los fieles, el Arzobispo de Santiago evocó con emoción que justo este domingo 18 de marzo se cumplieron 42 años desde su ordenación sacerdotal. Por ello, pidió a la comunidad “una oración del todo especial por su obispo, quien siempre necesita de la cercanía y la oración de sus hermanos y hermanas”.

Al concluir la ceremonia, el superior provincial de los claretianos de la Provincia San José del Sur (que incluye Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay), padre Mario Gutiérrez, expresó que “este es un momento de alegría para todos nosotros, y la presencia del Arzobispo de Santiago es un signo de ello”, y también destacó que esta basílica es el primer templo levantado por los misioneros claretianos en el mundo y primera basílica mundial en honor al Corazón de María. “Es decir, ella es reflejo de nuestra historia, de lo que nosotros hemos realizado a lo largo de todos estos años en la Iglesia de Chile”.

En tanto, el párroco del lugar, padre Fernando Vega, manifestó que “hemos notado un espíritu solidario, de ayudar, la gente siente propio al templo. La mayoría de las personas que han permanecido en estos dos años han dado un testimonio de afecto, de amor, de sentido de pertenencia al templo”.

Y concluyó que la basílica es parte de la historia de la gente del sector. “Los ha visto crecer en la fe. Entonces el reabrirla es también recuperar un poco lo pasado y también ver lo que el Señor puede hacer hacia el futuro con nosotros. Por eso tiene un sentido de esperanza en tiempos nuevos”.

Monumento Nacional

Los primeros misioneros hijos del Corazón de María –llamados también claretianos, por su fundador, San Antonio María Claret- llegaron a Chile en 1870, y en 1879 inauguraron este templo en honor a su patrona.

La Basílica del Corazón de María guarda una significación espiritual profunda como primera basílica cordimariana en el mundo, y como foco nacional de la devoción a San Judas Tadeo, que los misioneros claretianos arraigaron en el país. De estilo renacentista, levantada en piedra y ladrillo, mide 55 metros de largo por 27 de ancho y 17 de alto. Su arquitecto y el constructor fueron dos de los mismos misioneros: el padre José Viladrich y el hermano Pedro Mas.

Por sus méritos arquitectónicos, artísticos y culturales, en 1987 la Basílica del Corazón de María fue declarada Monumento Nacional.

Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 18 de Marzo, 2012
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