27F: Del Dolor a la Esperanza con Solidaridad
27F: Del Dolor a la Esperanza con Solidaridad

Se cumplen dos años del terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010. Es, por tanto, tiempo de memoria, evaluación y proyección, así como de gratitud al Señor de la Vida por la vivencia de la solidaridad y la fecundidad del trabajo colaborativo de todos quienes, con esperanza, creemos en una reconstrucción digna, participativa y sustentable.

Esta catástrofe, junto con ser un evento devastador, también ha sido un acontecimiento revelador, como lo han señalado nuestros pastores. Nos ha permitido tomar una mayor consciencia sobre las grandes grietas de nuestro proceso de desarrollo, las inequidades que existen en el país, el abandono de sectores sociales y territorios, la precariedad de nuestras seguridades, las debilidades de nuestras instituciones y el déficit de ciudadanía; lo que nos permite comprender de mejor manera la realidad que viven miles de chilenos y chilenas en situación de vulnerabilidad social y ambiental. No obstante, en medio del dolor y la destrucción, también hemos podido constatar la fortaleza y capacidad de resiliencia de tantos hombres y mujeres que se recuperan con esfuerzo y esperanza, siendo signos de vida frente al futuro.

Son estas realidades de familias y comunidades las que, como Pastoral Social Caritas, hemos querido acoger y acompañar. Desde el primer momento hemos estado junto a los miles de damnificados, ayudándoles a reconstruir sus vidas, comunidades y sueños con dignidad. Nuestro esfuerzo ha sido asistir en los aspectos materiales, sociales, psicológicos y espirituales a la población afectada, entregando ayuda humanitaria y propiciando la organización comunitaria para que las personas en situación de mayor vulnerabilidad puedan participar de forma activa en la construcción de soluciones a los problemas suscitados por el terremoto y maremoto, en particular, en lo relacionado con vivienda, trabajo y vida comunitaria, desde una perspectiva que reafirme su dignidad, suscitando también la solidaridad de la sociedad en su conjunto.

En esta labor, la primera tarea asumida fue la respuesta rápida con suministros humanitarios en los ámbitos de alimentación, higiene y abrigo; comprendiendo que la solidaridad no sólo debía ser efectiva, sino esencialmente afectiva. Era tiempo de escucha activa, acogida fraterna, contención emocional y acompañamiento psico-espiritual, tareas fundamentales para ayudar a procesar y resignificar la traumática experiencia vivida.

Los suministros recolectados con importantes campañas solidarias nacionales e internacionales, fueron canalizados por una red compuesta por alrededor de 250 parroquias y 1.500 capillas en la zona de catástrofe, quienes en vínculo con los municipios y las organizaciones sociales de base pudieron distribuir de forma fluida y directa alrededor de 4.000 toneladas de alimentos y enseres a las diócesis más afectadas. En esta labor fue fundamental el trabajo voluntario y la ayuda fraterna de miles de personas en todo el país, quizás las réplicas más reconfortantes de todas las que siguieron al terremoto del 27 de febrero.

Junto a la etapa de primera respuesta, como Pastoral Social Caritas nos hemos comprometido también de forma significativa en el proceso de rehabilitación y reconstrucción, especialmente en tres ámbitos: vivienda y habitabilidad con criterio de dignidad; recuperación de la capacidad económica de las familias y sus herramientas de trabajo; y el acompañamiento y desarrollo psicosocial y comunitario desde la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia.

De este modo, en las siete diócesis más afectadas (Rancagua, Talca, Linares, Chillán, Concepción, Los Ángeles y Temuco), se focalizó el trabajo de recuperación a través de proyectos de rehabilitación integral desarrollados en cerca de 60 pequeñas localidades de sectores costeros, rurales y urbanos de alta vulnerabilidad, donde otras organizaciones públicas, privadas o de la sociedad civil no han intervenido de forma significativa. Estos proyectos han tenido como estrategia de base la intervención integral y orgánica de comunidades, donde los componentes de vivienda/habitabilidad, economía/trabajo y psicosocial/comunitario, se articulan desde una mirada del desarrollo donde lo social y el protagonismo de las comunidades es la esencia de la reconstrucción. A su vez, con una mirada hacia el desarrollo, se ha procurado entregar respuestas sustentables y de largo aliento que signifiquen un aporte importante para las familias y comunidades, con medidas en la mayoría de los casos definitivas o que constituyen una base para ello.

Viviendas progresivas construidas 265
Viviendas reparadas/mejoradas 655
Viviendas equipadas 502
Servicios higiénicos construidos 90
Emprendimientos económicos apoyados 1106
Sedes sociales construidas 14
Sedes sociales reparadas/mejoradas 03
Reconociendo la importancia de cuantificar el trabajo desarrollado a la fecha, comprendemos que estos números no dan cuenta del sentido y valor asociados al servicio desplegado. Es por ello que compartimos en voz de las propias familias participantes de los proyectos, sus percepciones y evaluaciones respecto del quehacer de la Pastoral Social Caritas:

“La Pastoral Social Caritas llegó como un conocido de toda la vida. Han sido grandes amigos y sentimos el apoyo que nos han entregado”. (Jessica Fritz, Tres Esquinas)

“La Pastoral Social Caritas llegó en un momento en que habíamos perdido la esperanza porque pasaban personas ofreciendo ayuda que nunca llegaba”. (Miriam Vilches, Puente Alto – Itahue)

“La llegada de la Pastoral Social Caritas fue buenísima porque nos sirvió para conocer quienes éramos y así empezamos a organizarnos”. (Silvia Zúñiga, Llico)

“La Pastoral Social Caritas nos iluminó el camino para poder seguir, para darnos cuenta que siempre se puede salir adelante y que lo importante es estar unidos como familia. Aprendí a darle valor a la vida” (Patricia Salamanca, Los Ángeles)

“Mi encuentro con los profesionales de Pastoral Social Caritas ha sido una gran experiencia, aquí en la zona fueron los únicos que nos acompañaron, que nos escucharon y se quedaron con nosotros. Sentí un inmenso apoyo en la parte sicológica y ellos llegaron como mis amigos, lo que me hacia mucha falta para desahogarme y tener un apoyo”. (María Olga Tapia, Puente Alto-Itahue)

“El aprendizaje obtenido a través de los talleres de Desarrollo Comunitario y Liderazgo ha sido muy grande. Pasamos del abandono y la desorientación a saber como organizarnos, como pararnos ante las autoridades para ir logrando avances. Aprendimos a presentar proyectos, los cuales ganamos”. (Sandra Fuentealba, Los Ángeles)

“Cuando empezó la construcción de nuestras casas vimos la alegría en los rostros de la gente, el brillo en los ojos y como creció la esperanza y se recuperaron las ganas. Vi la impotencia y el dolor de la gente y de qué manera eso fue cambiando. Nos trajo como comunidad, la toma de conciencia de que los problemas se pueden superar si se trabaja en conjunto, eso es lo valioso”. (Iván Cornejo, Rincón de Yáquil)

“Estoy contenta porque ahora estoy calientita, ya no paso frio, tengo una cocina a leña y tengo mi hogar. Me ha ido bien, tengo harto trabajo, estoy surgiendo, estoy ampliando mi casa, mejorando. Seré una mujer muy pobre, pero estoy muy agradecida de todo lo que me han dado. Estas bendiciones que me llegaron no me las esperaba. Estoy más tranquila y podría decir que gracias a Dios ahora no me falta nada, solo me queda seguir trabajando”. (Rosa Saavedra, Botalcura)

“Los profesionales de Pastoral Social Caritas nos ayudaron a mejorar los emprendimientos, a tener otras fuentes laborales. Nos entregaron redes, botes, kits de trabajo, trajes de agua, y nos apoyaron con el cultivo de ostras. La ayuda fue fundamental porque sirvió para que muchos pudieran levantarse. Con la venta y comercialización de las ostras se logro un ingreso extra que vino muy bien a muchos porque pudieron mantenerse mientras lograban salir a flote. El sindicato salió mucho más fortalecido, aprendimos a trabajar en equipo, realizamos actividades para beneficio de la comunidad” (Juan Carlos Jara, La Pesca)

Estos logros, sencilla y bellamente expresados por sus protagonistas, son un éxito compartido, pues en esta tarea hemos contado con mucha ayuda. Por ello, queremos expresar también nuestra profunda gratitud a todos quienes han confiado en nuestra institución.

Cuando a dos años del terremoto y maremoto aún observamos las fragilidades del proceso de reconstrucción realizado por el Estado, como Pastoral Social Caritas reafirmamos nuestra convicción en animar un proceso de recuperación que ponga en el centro la promoción y defensa de la dignidad humana, la participación activa de todos los actores involucrados, y la articulación con iniciativas de desarrollo integral, solidario y ambientalmente sostenible.

Para esto impulsamos el trabajo en red como expresión de fraternidad, en que reconociéndonos como hermanos y hermanas buscamos la recuperación y el bienestar de todos y todas, especialmente de las personas más pobres y vulnerables. Destacamos el valor de la ciudadanía activa, aún en condiciones de extrema vulnerabilidad, pues la acción colectiva organizada es el principal recurso que tienen las familias y comunidades para salir adelante y dialogar con las organizaciones públicas y privadas. Finalmente, buscamos siempre la participación, criterio fundamental de todo el trabajo desarrollado por la Pastoral Social Caritas, que permite co-construir y dar respuesta oportuna a los requerimientos esenciales de las familias, logrando que se sientan comprometidas en su propio proceso de reconstrucción, realzando su rol protagónico como sujetos de derecho.

Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas
Santiago, 23 de Febrero, 2012
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