Monseñor Ricardo Ezzati: “En la Iglesia nos estamos esforzando por una renovación muy profunda”
Monseñor Ricardo Ezzati: “En la Iglesia nos estamos esforzando por una renovación muy profunda”

Durante la conferencia de prensa del lanzamiento de la Campaña Cuaresma de Fraternidad, el Arzobispo de Santiago abordó diversos temas de interés para la Iglesia y de la contingencia nacional.

En el marco de la conferencia de prensa, este martes 21 de febrero en el Arzobispado de Santiago, por el lanzamiento de la Campaña Cuaresma de Fraternidad 2012 que comienza este miércoles 22 de febrero, el Arzobispo de Santiago y presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Ricardo Ezzati, abordó diversos temas de la actualidad de la Iglesia y del país.

Consultado por la prensa sobre las protestas sociales en Aysén y las afirmaciones del obispo de esa diócesis, monseñor Luigi Infanti, en el sentido de que había que escuchar a la gente porque la voz del pueblo es la voz de Dios, Monseñor Ricardo Ezzati dijo: “De verdad hay que escuchar a la gente, porque en la palabra de la gente hay también una palabra de Dios. Naturalmente hay que discernir, no toda palabra que escuchamos es la palabra de Dios, pero justamente para poder realizar ese discernimiento el punto de partida es la capacidad de escucha, que no es solamente tener los oídos, sino también tener el corazón”.

En la misma línea, y requerido sobre un posible escenario de movilizaciones y protestas sociales que podría experimentar nuestro país este año, el Arzobispo de Santiago observó que es un fenómeno cultural que hoy atraviesa todo el mundo, “ya sea en el ámbito político, como en el ámbito social, y también en el ámbito religioso”, ante lo cual, subrayó que “la Iglesia está comprometida en primer lugar a escuchar lo que la gente está diciendo, porque, vuelvo a decir, la voz profética de Dios viene también desde los acontecimientos, y eso merece una atención del todo particular”.

Como parte de ese esfuerzo, el presidente de la Conferencia Episcopal de Chile hizo un llamado a que todas las instituciones vuelvan a su esencia. En el caso de la Iglesia, precisó, le corresponde ser fiel y centrar todas sus fuerzas en el desarrollo “de lo que es su misión, que es una misión al servicio de la vida del hombre, para que nuestro pueblo tenga vida, como dice el documento de los obispos reunidos en Aparecida el año 2007. En la Iglesia -continuó- nos estamos esforzando por una renovación muy profunda que nos lleve en los 50 años del Concilio Ecuménico Vaticano II –que se cumplen este año- a redescubrir esa fuerza que la hace servidora del hombre, de la mujer y de la sociedad contemporánea”.

Y agregó que en el ámbito administrativo “serán los políticos quienes tienen que hacer ese trabajo, porque justamente esa es su vocación y su misión”. En todo caso, Monseñor Ezzati expresó que le preocupa “de una manera muy particular el que la gente no solamente sea escuchada, sino que la gente pueda participar en este proceso de renovación. La renovación no viene nunca desde arriba; la renovación, el cambio, el camino más justo, brota siempre desde el corazón de las personas”.

A dos años del terremoto

A pocos días de cumplirse el segundo aniversario del terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010, el Arzobispo de Santiago también tuvo palabras sobre las consecuencias de esta catástrofe, refrendadas por su experiencia en su condición de Arzobispo de Concepción en ese entonces. A su juicio, el megasismo que azotó aquella madrugada a la zona centro-sur de nuestro país, “provocó dos grandes movimientos.

El primero fue el movimiento de la solidaridad”, el que generó innumerables gestos de ayuda que “he visto multiplicado en tantísima gente, en los jóvenes, en las campañas que se han hecho para ir en ayuda de aquellos que habían perdido seres queridos, y que habían perdido también muchas cosas”. Y el segundo movimiento, advirtió monseñor Ezzati, fue el expresado en los saqueos y robos en algunos puntos de las zonas afectadas, lo cual “nos llenó de vergüenza”. Y añadió que en su momento dijo que “ese era el terremoto peor que habíamos vivido en esas horas”. Sobre los problemas y dificultades que aún permanecen tras el 27F, el presidente de la Conferencia Episcopal afirmó que “sin duda alguna muchos esfuerzos se han hecho; sin duda también, muchas esperanzas necesitan todavía ser realizadas. Por eso la invitación es a redoblar los esfuerzos para que todas las personas puedan tener una vivienda digna, un trabajo estable, para que se pueda vivir en la justicia y en la serenidad”, sabiendo, añadió, que lo más importante es “recuperar la grandeza de nuestro espíritu, el sentido de la solidaridad, el sentido de la justicia y de la fraternidad. Creo que esa tarea todavía no está terminada”.

Constructora de la fe y la confianza

Respecto de la respuesta que espera de la gente ante la invitación a colaborar en la Campaña Cuaresma de Fraternidad, tras una año difícil para la Iglesia por denuncias de abusos sexuales contra algunos sacerdotes, Monseñor Ezzati enfatizó que “la Iglesia es mucho más grande que Karadima; la Iglesia es el pueblo de Dios, de hombres y mujeres de fe que quieren seguir a Jesucristo con honestidad y con sinceridad. En esta Iglesia hay también pecado y el pecado naturalmente siempre hay que denunciarlo y hay que superarlo. Y en eso estamos”. En ese sentido, agregó que en sus vistas a las comunidades cristianas ha encontrado “a cristianos y cristianas que, conscientes del don de la fe, lo quieren hacer presente con alegría, con gozo en el mundo de hoy, que van indicando que el camino de la Iglesia es siempre un camino que al final manifiesta la bondad, la misericordia y la conducción de Jesucristo, que es el Pastor de la Iglesia”.

Sobre ese camino de renovación, el Arzobispo de Santiago comentó que “se acaba de realizar en la Universidad Gregoriana de Roma un congreso mundial sobre el tema de los abusos que se han dado en la Iglesia, y la Iglesia vuelve a reafirmar su decisión de trabajar y de vivir con coherencia su fe, denunciando lo que es malo y lo que es pecado, pero sin detenerse solamente en eso”, porque, complementó el Arzobispo, “la Iglesia quiere ser constructora de una sociedad llena de fe y de confianza, y quiere especialmente en las personas que la han perdido, recuperar justamente esa confianza”. Para eso, concluyó Monseñor Ezzati, “la Iglesia está haciendo un trabajo serio, que va en bien de toda la sociedad chilena”.

Fuente: DOP Santiago -www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 21 de Febrero, 2012

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