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Con grandes muestras de alegría, la Iglesia y el pueblo de Chile recibieron la noticia del nombramiento de Cardenal de Monseñor Raúl Silva Henríquez, por parte del Papa Juan XXIII, el 18 de febrero de 1962, hace 50 años. La lectura de la nota papal a la prensa fue leída por el entonces Arzobispo de Santiago. De esta manera Chile empezaba a sumar cardenales. Primero, Monseñor José María Caro Rodriguez, y ahora Raúl Silva Henríquez. Este último, como buen salesiano, se destacaba en su labor pastoral por la importancia que asignaba a la educación, pero también por su inquietud por la justicia social y el derecho, toda vez que se tituló como abogado en la Universidad Católica.

El conocimiento de la decisión del Papa de elevarlo a la dignidad cardenalicia produjo una gran alegría en Chile, donde ya era muy querido por su obra pastoral. Tras la noticia, recibió los saludos del Presidente Jorge Alessandri, quien le pidió que rezara por la paz y el bienestar de Chile. El cardenal entregó un mensaje a todo el país en el que señalaba: “El Santo Padre, al imponer el capelo rojo a un nuevo cardenal, le dice: ‘Recibe el capelo rojo (…) Éste atestigua que debes mostrarte intrépido hasta la efusión de tu sangre inclusive, por la exaltación de la santa fe y por la paz y tranquilidad de tu pueblo'"

El cardenal Silva cumplió a cabalidad con la intrepidez que exigía su investidura, y fue un audaz defensor de los derechos de las personas, la libertad y el imperio de la justicia y la paz.

Monseñor Silva Henríquez profundizó sus estudios de teología y filosofía en la Universidad Salesiana de Turín. Fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1938. En 1959 fue designado obispo de Valparaíso y en 1961 arzobispo de Santiago. En esta capital desempeñó un vasta labor pastoral y de desarrollo humano, la que incluye la creación de instituciones como INVICA y el Banco del Desarrollo; la organización de la arquidiócesis en vicarías zonales y ambientales y decanatos; la creación de la Vicaría de la Solidaridad, para la defensa de los derechos humanos; la puesta en práctica de la Reforma Agraria con un predio del arzobispado que entregó a sus trabajadores, entre otras múltiples iniciativas.

El cardenal Silva Henríquez dejó el cargo de arzobispo de Santiago en junio de 1983, luego de presentar su renuncia al cumplir 75 años de edad. Murió el 9 de abril de 1999, a los 91 años.

Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl

 50 años de nombramiento Cardenal Raúl Silva Henríquez