“Un Millón de Rosas para el Mundo. Filipinos en Oración, Paz para Todas las Naciones”, es el nombre de esta hermosa iniciativa impulsada por el pueblo de Filipinas para fomentar la paz y el entendimiento en todos los rincones del planeta. Este domingo 19 de febrero, en la Catedral Metropolitana de Santiago, las oraciones y plegarias de esta nación asiática estuvieron dirigidas a nuestro país.
Con la presencia del Arzobispo de Santiago y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Ricardo Ezzati; del Nuncio Apostólico en Chile, Monseñor Ivo Scapolo; de la embajadora de Filipinas en nuestro país, María Consuelo Puyat Reyes; y de cientos de fieles nacionales y también de la comunidad filipina residente, se desarrolló este acto, que comenzó con la oración del Rosario en la Capilla del Sagrario para invocar la intercesión de la Virgen María, y culminó con una eucaristía en la Catedral, presidida por el Nuncio Scapolo y concelebrada por Monseñor Ezzati.
“Estamos aquí reunidos para elevar nuestras oraciones para que la Luz que proviene del Trono de Dios traiga paz, amor y alegría al mundo, cortando las barreras del mal que traen el odio, la discordia, el caos, la confusión, las mentiras y las decepciones de todos los diferentes países del mundo”, señaló en el Sagrario la embajadora de Filipinas, antes de comenzar el rezo del Santo Rosario. Asimismo, imploró que la luz que trae Cristo, brille en Medio Oriente, en África, en Asia y en “todas las naciones del mundo con problemas y dificultades”.
La diplomática también pidió por nuestro país: “Oramos especialmente por Chile, nuestra casa adoptiva, y pedimos a Dios por el bien de todos los chilenos y también de manera especial por las intenciones de todos los presentes”.
La campaña comenzó en octubre del año pasado y se extenderá hasta mayo próximo, y a través de ella el pueblo filipino dedicará oraciones del Rosario para la paz en cada país del mundo, y por la paz de todo el planeta. Nace a partir de la organización “Rosario en familia” –fundada por el sacerdote irlandés-nortemericano, Siervo de Dios, Patrick Peyton CSC- como un regalo a la paz del mundo del pueblo de Filipinas, país de 98 millones de habitantes, con gran devoción a la Virgen y un 87% de población católica.
Trabajar por el don de la paz
Tras la oración del Rosario, los fieles se trasladaron al templo principal, para participar de la Santa Misa marcada también por esta petición de paz en el mundo. En su homilía, Monseñor Ricardo Ezzati advirtió que “en muchas partes de nuestro planeta los conflictos nuevamente se han hecho presentes con fuerza, y hay muchos pueblos que están sufriendo la calamidad de la guerra y de tantos desórdenes internos que han llevado a la muerte a mucha gente”. Por eso, agregó el Pastor, “fieles a lo que ha pedido la Virgen María, queremos orar, y es hermoso que un pueblo que vive tan lejos de nosotros haya orado por Chile y que Chile esté orando por Filipinas, para que seamos pueblos hermanos que construyen la paz, y aportan al don de la paz en el universo entero”.
Asimismo, a pocos días de iniciar la Cuaresma, este miércoles 22 de febrero, el Arzobispo de Santiago destacó ante los fieles que colmaban el templo mayor de la capital, que durante estos cuarenta días “tendremos una ocasión extraordinaria de gracia para acercarnos a Jesús, para escuchar su Palabra, para experimentar su acción liberadora y para hacer este camino de fe. Es el tiempo de Cuaresma, que nos invita justamente a recorrer este camino de fe que nos lleva a reconocer en Jesús al único Señor, que muriendo en la cruz y resucitando, nos ha ofrecido el sí definitivo del amor de Dios a nuestra existencia”.
En el tramo final de la misa, tomó la palabra el Nuncio Ivo Scapolo. Haciéndose eco de la necesidad de la paz en todo el mundo, que marcó el oficio religioso, subrayó que la campaña de oración impulsada por Filipinas “es una iniciativa digna de alabanza que revela múltiples valores, como la confianza en la eficacia de la oración, la superación de la búsqueda del propio interés en favor de trabajar por el bien de otras naciones y por la solidaridad espiritual con toda la familia humana”.
Tras concluir la eucaristía, Monseñor Scapolo aterrizó este anhelo de paz a la realidad de nuestro país: “El camino es el diálogo, el respeto y la decisión y voluntad de evitar cualquier forma de violencia física, moral o verbal. Si queremos verdaderamente superar los problemas que existen en el país, y trabajar por un auténtico desarrollo material y espiritual de Chile, del continente, como de toda la humanidad, esos son los caminos”. Y agregó que ante los conflictos hay que buscar “soluciones justas”, que implican “el compromiso, el sacrificio y el empeño de todos. Con ese espíritu se pueden realmente superar los problemas que existen”.
En tanto, también al finalizar la misa, la Secretaria de la Asociación de Filipinos en Chile, Flordeliza Solís, resumió el sentir de la colonia residente: “Esta campaña de oración significa mucho, porque a través de la Virgen nos hermana como pueblos. Rogando y orando nos estimulamos para poder lograr la paz que tanto necesita el mundo”.
Fuente: DOP Santiago www.iglesiadesantiago.cl