El Arzobispo de La Serena, Mons. Manuel Donoso, expresó su afecto y solidaridad a todas las personas que hoy sufren las dolorosas consecuencias del ataque incendiario que costó la vida a la religiosa dominica Lita Castillo, en octubre de 2001, incluidos los condenados.
En una declaración dada a conocer este jueves, Mons. Donoso afirma que, con el mismo empeño con que decidió un día entrar al juicio para buscar la verdad y la justicia, hoy mira con afecto y solidaridad a las religiosas, víctimas de esta violencia; al Colegio Oscar Aldunate; a todos los habitantes del sector Las Compañías; y a los condenados, "cuyas últimas razones sólo Dios conoce, y a sus familiares, a quienes reitero mi aprecio".
El Arzobispo de La Serena declaró aceptar el fallo de la justicia en el caso, que condenó a Carlos Vivanco Fuentes y Armando Tapia Alvarez a 20 y 10 años de presidio, respectivamente.
Agregó que corresponde exclusivamente al poder judicial determinar quiénes son los responsables y que el Arzobispado aceptará las decisiones judiciales que puedan venir, según lo establece la ley.
El pastor, que actuó como querellante en el proceso, sostuvo que la querella fue una "colaboración para que se establezcan la verdad y la justicia, es decir, que no sean condenados quienes son inocentes, o que no sean liberados quienes son culpables de homicidio".
A juicio de Mons. Donoso, estos hechos evitables nos llaman como Iglesia y como ciudadanos a reflexionar sobre la inutilidad de la violencia, sobre la necesidad de combatir la violencia intrafamiliar, y de crear un clima apropiado para la convivencia y el desarrollo de cada una de las personas.
Al mismo tiempo, agradeció la labor educacional desarrollada por la hermanas dominicas de la Anunciata y muchos otros colegios y escuelas en el sector de Las Compañías y la de tantos otros que trabajan para que efectivamente no se produzcan estas situaciones.
El Arzobispo pidió perdón a la comunidad de las religiosas por la publicación en la ciudad de algunos escritos y murales anónimos en su contra.
"Si han aparecido escritos contra ellas en los muros de la ciudad, les pido perdón, y, junto con perdonar a los que lo hacen, les digo que cesen de inmediato de hacer algo que tiene un nombre: cobardía. Quién tiene algo que decir, que lo diga a la justicia, y a la luz del día", señaló el pastor de la Arquidiócesis.
Concluye Mons. Donoso agradeciendo a las hermanas por su actitud humilde y sencilla, su valentía para soportar tantos meses llenos de tensiones, su amor a su vocación de seguir al Señor, su amor a los niños y a la educación.
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