Con enorme gratitud al Señor fueron despedidos los misioneros provenientes del Duoc UC de Santiago, quienes realizaron diversas obras de evangelización en determinados sectores de la diócesis: San Juan de la Costa, Mantilhue y Cerro Alegre, San Pablo y dos comunidades en Rahue Alto. Las “Misiones solidarias” – 2012 consistieron, entre otros aspectos, en testimoniar la fe en el Señor, visitas a hogares, celebraciones, etcétera. De otra parte, en trabajo solidarios de remodelación de capillas y, además, se realizaron capacitaciones a la comunidad en diversas áreas relacionadas con los conocimientos que adquieren los alumnos del Duoc UC en sus estudios. En estas actividades tomaron parte sacerdotes, capellanes del Duoc UC, estudiantes y la comunidad diocesana de seminaristas.
El coordinador del grupo, Juan Carlos Silva, agradeció particularmente la recepción de la comunidad y el hecho de que se hubiesen concretado a cabalidad los desafíos que se habían planteado en su paso por la diócesis. “Fue una hermosa experiencia en la que todos tuvieron un espacio para conocerse más a sí mismos, trabajar en grupo, adentrarse en realidades ajenas a las suyas y mostrar con alegría su amor por el Señor. Por otra parte, se lograron establecer muy buenos nexos con las familias con las que compartimos”.
El encargado del grupo de seminaristas en estas “Misiones solidarias”, Víctor Correa, puso énfasis en la vinculación que lograron los misioneros con las familias de las distintas comunidades. “Este es el cuarto año consecutivo que trabajamos con los muchachos del Duoc UC. En cada uno de los sectores visitados hubo 1 ó 2 seminaristas colaborando, particularmente en las oraciones que se hicieron casa por casa, además de los trabajos solidarios, es decir, reparaciones que se hicieron en templos y en los hogares de las familias más necesitadas. Gracias a estas actividades, los jóvenes lograron un vínculo constante con personas de una realidad totalmente distinta de la que viven en Santiago”.
Asimismo, Walther González, seminarista diocesano, valoró el entusiasmo y entrega de los jóvenes, a pesar de las situaciones adversas que se presentaron, por ejemplo, en Cerro Alegre, localidad en la que no contaron con agua para sus necesidades básicas. El problema fue aminorado gracias a la solidaridad de los lugares y bomberos de Mantilhue, quienes proveyeron del vital elemento.
Por otra parte, Silva estimó en gran medida la presencia de sacerdotes y seminaristas en este trabajo evangelizador, puesto que fueron un aporte inmenso en cuanto a acompañamiento espiritual se refiere.
Finalmente, el obispo diocesano Mons. René Rebolledo, igualmente agradeció la presencia y conducción que realizaron los sacerdotes presentes en los diversos grupos de misioneros, como también la labor que desempeñan, año a año, los seminaristas diocesanos. Valoró grandemente el entusiasmo de los adultos y de los jóvenes que se involucran en las misiones.
Fuente: Comunicaciones Osorno