Salmo 119: Celebración de la belleza de la Palabra de Dios
Salmo 119: Celebración de la belleza de la Palabra de Dios

"La fidelidad del Salmista nace de la escucha de la Palabra, que hay que custodiar en lo más profundo del ser, meditándola y amándola, como hizo la Virgen María", señaló el Sumo Pontífice.

Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles al Salmo 119, el más largo, construido como un acróstico que comienza cada estrofa con una de las veintidós letras del alfabeto hebreo. Se centra en la Torah del Señor, es decir, en la Ley, "un término -dijo el Papa- que en su acepción más amplia hay que entender como enseñanza, instrucción y dirección de vida. La Torah es revelación, Palabra de Dios que interpela al ser humano y origina una respuesta de obediencia confiada y de amor generoso".

"La fidelidad del Salmista nace de la escucha de la Palabra, que hay que custodiar en lo más profundo del ser, meditándola y amándola, como hizo la Virgen María que 'custodiaba, meditándolas en su corazón' las palabras y los eventos maravillosos a través de los cuales Dios se revelaba, pidiendo el consenso de su fe", agregó el pontífice, observando que el Salmista afirma que es "bienaventurado" el que camina con la Ley del Señor. Pero la "bienaventurada" por excelencia es María, "no solo porque llevó en su seno al Salvador, sino sobre todo porque acogió el anuncio de Dios y custodió con atención y amor su Palabra".

El Salmo 119 está construido en torno a esta Palabra de vida y bienaventuranza y, si su tema central es la Palabra y la Ley, los versículos que lo componen están repletos de sinónimos como "preceptos, decretos, promesa" y de verbos relacionados con ellos: "conocer, amar, meditar, vivir". "Todo el alfabeto se anuda en las 22 estrofas de este salmo -subrayó el Santo Padre- y también todo el vocabulario de la relación confiada del creyente con Dios. Encontramos la alabanza, el agradecimiento y la confianza, pero también la súplica y el lamento, siempre entrelazados, eso sí, con la certidumbre de la gracia divina y de la potencia de la Palabra de Dios. Incluso en los versículos más marcados por el dolor y la oscuridad están abiertos a la esperanza y a la fe".

La ley de Dios que es "centro de la existencia", requiere "una escucha obediente, pero no servil, sino filial, confiada y responsable. La escucha de la Palabra es el encuentro personal con el Señor de la vida" y "el cumplimento de la Ley es seguir a Jesús". De ahí que el Salmo 119 "nos oriente hacia el Evangelio", explicó el Papa, que se detuvo en particular sobre el versículo 57: "Mi parte es el Señor; he decidido observar sus palabras".

Llamado a favor de las víctimas de los desastres naturales

Tras saludar en diversos idiomas a los peregrinos que han asistido a la audiencia general de hoy, Benedicto XVI realizó un llamado a favor de las víctimas de las recientes inundaciones: "En este periodo, varias partes del mundo, desde América Latina -especialmente Centroamérica- hasta el sudeste asiático, se han visto afectadas por aluviones, inundaciones y desprendimientos de tierras que han provocado numerosos muertos y desaparecidos, y han dejado sin hogar a tantas personas. Una vez más, deseo manifestar mi cercanía a todos los que sufren a causa de estos desastres naturales; al mismo tiempo, invito a rezar por las víctimas y sus familiares, y a la solidaridad a fin de que las instituciones y los hombres de buena voluntad colaboren con espíritu generoso para socorrer a los miles de personas afectas por tales calamidades".

El Papa, Ciudadano Honorario de Natz-Schabs/Naz-Siaves

Al término de la audiencia general, una delegación del ayuntamiento de Natz-Schabs/Naz-Siaves (provincia de Bolzano, Italia), encabezada por el alcalde Peter Gasser, confirió la ciudadanía honoraria al Santo Padre en un acto celebrado en la Auletta del Aula Pablo VI. En la fracción de Raas/Rasa de la mencionada localidad del Sur-Tirol nacieron la bisabuela y la abuela materna de Benedicto XVI, Elisabeth Maria Tauber.

Fuente: Servicio Informativo Vaticano
Vaticano, 09 de Noviembre, 2011

Especiales de Iglesia.cl