Hace 104 años, el Cardenal Raúl Silva Henríquez, nació en Talca y fue recibido por sus padres Ricardo Silva Silva y Mercedes Henríquez Encina.

Su historia comienza en el Liceo Blanco Encalada de Talca, para luego llegar a Santiago a estudiar en el Liceo Alemán, donde decidió radicarse para seguir con sus estudios de Derecho en la Universidad Católica de Chile, recibiéndose de abogado en 1929.

Pero es en 1930, cuando ingresó al Noviciado de la Congregación Salesiana en Macul donde termina de forjase su personalidad y determinación, la que marcaría su historia y la historia de nuestro país para siempre. Estudió Filosofía en Chile y posteriormente se doctoró en Teología y Derecho Canónico en el Estudiantado Internacional de Turín de la Congregación Salesiana, donde fue ordenado sacerdote el 4 de julio de 1938 por el Cardenal Maurilio Fossati, Arzobispo de esa ciudad.

Durante ese mismo año volvió a Chile, iniciando su trabajo dando cátedras de Derecho Canónico, Teología Moral e Historia Eclesiástica en el Teologado Salesiano de Santiago. Su vocación por la enseñanza continúa, convirtiéndose en rector de varios colegios entre 1943 y 1958.

En 1959 fue elegido Obispo de Valparaíso por el Papa Juan XXIII; pero en 1961, el mismo Papa lo nombró, Arzobispo de Santiago tomando posesión de su nuevo cargo el día 24 de junio, sucediendo al Cardenal José María Caro, fallecido en 1958.

Sin embargo, en 1962 Juan XXIII lo nombra Cardenal, convirtiéndose en el protector de todos los chilenos.

En el mes de Octubre de 1973, constituyó en colaboración con otras iglesias del país el Comité de Cooperación para la Paz en Chile, organismo que tuvo como misión prestar asistencia legal y social a las víctimas de las gravísimas violaciones a los derechos humanos que se produjeron a raíz del Golpe Militar del 11 de septiembre de ese mismo año. Más adelante, el 1º de enero de 1976, se creó la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago, institución que vino a reemplazar al Comité antes mencionado y que asumió la continuación de su tarea. La Vicaría de la Solidaridad operó durante todo el régimen militar y concluyó sus actividades el 31 de diciembre de 1992.

Su labor en defensa de los derechos humanos le valió el reconocimiento "Premio Derechos Humanos" por el Congreso Judío Latinoamericano y la Organización de Naciones Unidas, posteriormente, por la misma razón, recibió el Premio "Fundación Bruno Kreysky" en Viena.

En septiembre de 1982, al cumplir 75 años y en conformidad con la legislación de la Iglesia, presentó su renuncia al Arzobispado, dejando el cargo al año siguiente. Durante estos últimos años de su actividad pastoral, el Cardenal Silva Henríquez auspició y colaboró eficazmente en la fundación del IPES "Blas Cañas", institución que dio origen a nuestra Universidad y que desde 1999 lleva con orgullo su nombre.

Su coraje, su valentía y su entrega infinita a los más pobres, los desvalidos, los jóvenes y los ideales políticos, es el legado que hoy trasciende en los valores de todos los jóvenes de la UCSH, convirtiéndose en una bandera de lucha, el sueño de un país donde "cada ciudadano debe dar lo mejor de sí para que Chile no pierda su vocación de justicia y libertad", para así construir un Chile inclusivo, equitativo y digno para todos.

Fuente: UCSH