Nuncio Apostólico llamó a imitar las virtudes de la Virgen María
Durante la Procesión del Carmen
Nuncio Apostólico llamó a imitar las virtudes de la Virgen María

Aproximadamente 60 mil feligreses se congregaron alrededor de la imagen de Nuestra Señora del Carmen, Reina de Chile, dispuesta en la Plaza de Armas de Santiago el domingo 25 de septiembre, día de oración por la patria.

Esta es la primera actividad que preside el nuevo Nuncio Apostólico, monseñor Ivo Scapolo.

Cumpliendo una tradición centenaria, monseñor Ivo Scapolo llegó a las puertas de la Catedral Metropolitana en la tarde del domingo 25 de septiembre donde lo esperaba monseñor Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, y el Deán de la Catedral, monseñor Juan Suárez. Su primer gesto fue besar el crucifijo y bendecir el agua. Luego se dirigió a la capilla del Santísimo Sacramento a orar. Posteriormente, los tres clérigos, acompañados de monseñor Andrés Arteaga, Obispo Auxiliar de Santiago; monseñor Héctor Gallardo, Vicario General de Pastoral; el presbítero Rodrigo Tupper, Vicario General y el presbítero Pedro Narbona, canónigo de la Catedral, se dirigieron a la cripta de los arzobispos, bajo el altar de la Catedral donde nuevamente rezó y asperjó agua bendita.

En el patio interior del principal templo capitalino un grupo de bailes religiosos de Maipú, acompañados de una banda perteneciente a la ciudad de San Bernardo pudieron mostrarle parte de esta muestra de fe popular.

Ya en Plaza de Armas y frente a una multitud de personas que agitaban banderas chilenas, monseñor Cristián Contreras dio las gracias al Nuncio por presidir esta significativa procesión para la feligresía. En sus palabras destacó que “a pocos días de haber presentado sus Cartas Credenciales como representante del Santo Padre ante el gobierno de Chile, podrá apreciar una de las muestras más antiguas de la Iglesia que peregrina en Santiago, como es la procesión de la Virgen del Carmen”, tradición que tiene sus orígenes en el siglo XVII. “Esta será su primera experiencia eclesial masiva y que tendrá la posibilidad, Dios mediante, de apreciar también en otras variadas expresiones de fe popular en distintas diócesis de Chile”, añadió. “Le deseamos una feliz estadía en Chile y agradecemos su presidencia en esta procesión”, concluyó.

Tras este mensaje leyó la carta en la que el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, le dio la bienvenida al señor Nuncio y le agradece presidir esta actividad. En ella manifiesta: “La procesión de la Santísima Virgen del Carmen de esta tarde habla de nuestro amor a la Madre de Jesús. A lo largo de la historia, ella ha caminado con nosotros manifestándonos tantos signos de predilección. También hoy nos sentimos amparados por su misión de madre y Maestra. Sostenidos por su auxilio materno, miramos con firme esperanza la misión de hacernos discípulos misioneros de Jesucristo para que nuestro pueblo tenga la Vida abundante que brota de su cruz. Gracias por unirse a nosotros en esta expresión de fe y de amor”.

El Alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, también dijo unas palabras al señor Nuncio antes de entregarle como regalo el libro “Santiago de Chile, catorce mil años”, editado por el Museo de Arte Pecolombino. En su discurso el alcalde agradeció la guía espiritual y social de la Iglesia Católica en nuestro país y la mediación del Vaticano en el diferendo limítrofe con Argentina. “En el día de Procesión de la Virgen del Carmen, nombrada Patrona de Chile por Pío XI en 1926, deseamos de todo corazón, que tenga mucho éxito”, sostuvo,“y le confirmamos que las puertas de nuestro municipio siempre estarán abiertas para trabajar en conjunto por el bienestar espiritual de los ciudadanos”, finalizó.

Por su parte, monseñor Scapolo, antes de dar inicio formal a la procesión, pidió que por intercesión de la Virgen del Carmen, Chile pueda “crecer en caridad, justicia, paz y libertad para que siempre se busque en ella el bien común, se respete la dignidad de todos y se construya una sociedad que sea reflejo de la aspiración de la Patria Eterna”.

Tras la procesión que abarcó las calles Catedral, Amunátegui, Agustinas y Estado culminó en con una Eucaristía en el atrio de la Catedral, presidida por el Nuncio Apostólico y concelebrada por monseñor Cristián Contreras V., monseñor Juan Barros, obispo castrense; el presbítero Javier Manterola, Hermano Mayor de la Cofradía del Carmen, Vicarios Episcopales y párrocos de Santiago.

“María se preocupa que nunca falte el pan, el trabajo y la alegría”

Durante su homilía el Nuncio destacó algunos momentos de especial cercanía del Papa con nuestro país, como el aniversario de la mediación del conflicto entre Chile y Argentina, junto con la solidaridad del Pontífice ante hechos que han marcado la historia reciente del país como el terremoto ocurrido el 2010, el rescate de los 33 mineros atrapados en Atacama y la tragedia aérea ocurrida en el archipiélago de Juan Fernández.

Indicó que su presencia en esta procesión “manifiesta la unidad que esta Iglesia local de Santiago está llamada a mantener en su interior, como también con la Iglesia de Roma y la Iglesia Universal”. Dijo a los asistentes: “Somos parte de la gran familia de Dios que es la Iglesia a la cual nos debemos sentir orgullosos y felices de pertenecer”. La Iglesia es el lugar donde siempre está presente María, la llena de Gracia, “ella se preocupa que nunca falte el pan, el trabajo y la alegría y vela especialmente en los momentos de dolor, como lo hizo junto a la cruz de Jesús y lo sigue haciendo con todos los crucificados de la historia”, aseguró el Nuncio.

Monseñor Scapolo puso como ejemplo para los católicos a la Santísima Virgen María. Imitarla significa tener la capacidad de meditar y contemplar lo que el Señor dice mediante su Palabra, sus inspiraciones y los acontecimientos. También invitó a tener un espíritu de agradecimiento a Dios Padre por la creación y las maravillas que hace en nuestra vida personal y social, tal como lo tuvo María en el Magnificat. Por otra parte llamó a los católicos a ser diligentes hacia los requerimientos de los demás, “también nosotros tenemos que estar vigilantes y disponibles a ir en ayuda de aquellos que tienen necesidad de orden material o espiritual”, manifestó. El Nuncio recalcó que el amor de la Virgen hacia su esposo José y hacia su hijo, Jesús, nos enseña a amar también a nuestras familias de manera concreta. Finalmente monseñor Scapolo invitó a cada uno de los presentes a contribuir a una “convivencia social pacífica, en el respeto de las funciones de las instituciones, empeñándose concretamente a favor de la justicia y de la paz”.

Posteriormente el Nuncio apostólico entregó la indulgencia plenaria a todos los asistentes preparados para recibirla.

- Ver saludo de Nuncio Apostólico

- Ver texto de homilía

- Ver texto monseñor Contreras

- Ver carta de monseñor Ricardo Ezzati

Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 25 de Septiembre, 2011
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