Con la presencia de las autoridades civiles y militares, la Iglesia de Antofagasta realizó el tradicional Te Deum de acción de gracias por la Independencia Nacional. Como signo, se constituyó una mesa, para simbolizar que Chile es una mesa para todos.
La celebración fue presidida por el Arzobispo de Antofagasta, Monseñor Pablo Lizama Riquelme, quien en su homilía destacó tres puntos fundamentales para nuestro país.
En primer lugar invitó a “ver”, a mirar la realidad nacional con ojos de fe, para descubrir lo bueno y lo que hay que mejorar en el país. En segundo lugar a “juzgar”, y al hacerlo que sea con una mirada de discernimiento, donde se pueda descubrir lo que ocurre en lo personal y en lo social, hacerlo “con una grandeza del alma”.
La tercera idea fue el “actuar”, una acción que sea eficaz, adecuada, realista. Por lo mismo, para construir una sociedad más fraterna debemos hacernos parte de una mesa para todos. Por eso, expuso que “Poco a poco hemos tenido que ir agrandando la mesa para hacer espacio digno a todos y a cada uno”. La imagen de “la mesa”, tiene un “profundo significado de acogida, de solidaridad, de amor”, continuó exponiendo que “la mesa de Chile, una mesa para todos, es más amplia. Nadie de esta bendita tierra puede ser marginado, pero nadie puede tampoco apropiarse de esta mesa, tiene que buscar con sencillez, con paz en el corazón su lugar, su espacio y aportar su amor a Chile, entregar sus valores, su contribución para que esa mesa sea respetuosa y fraternal”.
Un llamado a la Paz
El Arzobispo realizó también un llamado a vivir en la paz, en la concordia de ser un país que se une más, que busca el entendimiento, más que los enfrentamientos. “En esta mesa para todos, la paz tendrá que ser imitada y privilegiada si queremos construir un país que dé seguridad a todos sus ciudadanos”. Agregó que Chile “no necesita más jóvenes lesionados o muertos, no quiere más Carabineros heridos. Quiere en esta mesa a obreros contentos con su trabajo reconocido por su aporte al país y bien y justamente remunerado (…)con empresarios que valoren a las personas que constituyen como su mayor capital, el ser humano y no solo ver el lucro, hoy tan denunciado”.
La entrega generosa
Destacó además que un espíritu generoso es necesario hoy, resaltando el ejemplo de quienes ofrendaron su vida en el accidente del avión de la Fach en Juan Fernández, perteneciente a la V Brigada Aérea asentada en Cerro Moreno. Dijo Monseñor “era un grupo de hombres y mujeres jóvenes y dispuestos a ayudar, eran solidarios, talentosos para servir (…) aprendimos que eran personas que tenían un gran amor en su corazón: vieron, juzgaron y actuaron”.
Finalmente expresó que “pedimos a Jesús que nos ayude a ser de este Chile, nuestra responsabilidad y vocación (…) donde cada uno tenga pan, respeto y alegría (…) un país inclusivo, con un proyecto de país atrayente, apasionante hecho por todos y que nos anima alegremente a dar nuestros mejores aportes para nuestro querido y amado Chile”.
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Fuente: Comunicaciones Antofagasta