Con multitudinaria asistencia de fieles extranjeros termina la Semana del Migrante
Este domingo se realizó el cierre oficial de la Semana del Migrante, durante la cual, INCAMI invitó a los fieles a realizar gestos concretos, pero con el objetivo de que se mantuvieran a lo largo del año.
La celebración comenzó con una Eucaristía que contó con la presencia de delegaciones de diferentes colectividades que hicieron presente la realidad de la migración en Chile y junto con esto, la fe que une los pueblos alrededor de la mesa de la Palabra y de la mesa eucarística. Se hicieron presentes representantes de las colectividades Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, Francia, Italia, México, Corea, Argentina, El Salvador, Nicaragua, Guatemala, Venezuela, Paraguay, República Dominicana, Haití y claro está, Chile.
La Palabra de Dios se manifestó y se hizo oír en varios idiomas y la ofrenda eucarística se enriqueció con el trabajo de las manos de tantos pueblos que presentaron al Señor lo mejor de los frutos de sus tierras y de las manos de tantos artesanos de todos nuestros países de origen. Un verdadero Pentecostés se hizo patente cuando percibimos que la mesa eucarística reúne a los pueblos, a tantos pueblos que en muchos casos, las fronteras separan. Pero se percibe que la fe y la devoción de tantos hermanos y hermanas de distintas nacionalidades supera las barreras del mundo.
La misa fue presidida por el Cardenal Julio Terrazas, Arzobispo de Santa Cruz, Bolivia, y junto con él concelebraron el arzobispo Luis Sáinz, Obispo Auxiliar de Cochabamba, Bolivia, monseñor Ricardo Centella, Obispo de Potosí, y monseñor Cristián Precht, coordinador nacional de la Misión Continental en Chile, entre otros.
A continuación, la celebración fue seguida por un compartir cultural-gastronómico, donde cada uno de los pueblos presentes ofreció lo mejor de su gastronomía y de su folclor.
La migración en Chile es una realidad creciente y muchos migrantes que llegan necesitan también un brazo hermano, un brazo amigo y estos pequeños gestos nos muestran que la acogida no es algo que cabe a las instancias gubernamentales únicamente, sino que nosotros mismos como cristianos y católicos, con gestos concretos podemos dar testimonio del llamado que su Santidad Benedicto XVI nos hace este año: a la solidaridad, a la fraternidad y al llamado de Cristo de vernos como hermanos.
Fuente: INCAMI