Terminaron ritos de inicio del Pontificado de Benedicto XVI
Con la toma de posesión de la Basílica de San Juan de Letrán, Catedral de Roma, y la visita a Santa María Mayor, este domingo 8 de mayo, terminaron los ritos de inicio del pontificado de Benedicto XVI.
Con la toma de posesión de la Basílica de San Juan de Letrán, Catedral de Roma, y la visita a Santa María Mayor, este domingo 8 de mayo, terminaron los ritos de inicio del pontificado de Benedicto XVI. En la ocasión, el Papa se sentó por primera vez en su cátedra, mientras el coro y la asamblea cantaban "A ti, Benedicto, Obispo de Roma: alegría, paz y vida". Posteriormente, un grupo de representantes de la Iglesia romana prestaron "obediencia" al Santo Padre: el cardenal Ruini, en cuanto arcipreste de la basílica de San Juan de Letrán, el arzobispo Luigi Moretti, vicegerente de la diócesis, dos sacerdotes, un diácono permanente y un diácono que se prepara al sacerdocio, un religioso, una religiosa, una laica y un laico y dos jóvenes que han recibido el sacramento de la Confirmación. En su homilía dijo, “el Papa no es un soberano absoluto cuyos pensamientos y deseos son leyes; al contrario, el ministerio del Papa es garantía de la obediencia hacia Cristo y su Palabra”.
A los comunicadores
Después, refiriéndose a la Jornada Mundial de las Comunicaciones, Benedicto XVI recordó que el tema elegido para esta ocasión por su antecesor Juan Pablo II fue "Los medios de comunicación: al servicio de la comprensión entre los pueblos". "En la época actual de la imagen, los medios de comunicación constituyen efectivamente un recurso extraordinario para promover la solidaridad y el entendimiento de la familia humana. Hemos tenido recientemente una prueba extraordinaria con motivo de la muerte y las exequias solemnes de mi amado predecesor Juan Pablo II". "Sin embargo -prosiguió-, todo depende del modo en que se utilicen. Estos importantes instrumentos de comunicación pueden favorecer el conocimiento recíproco y el diálogo o, por el contrario, alimentar el prejuicio y el desprecio entre los individuos y los pueblos: pueden contribuir a difundir la paz o fomentar la violencia. Por eso es necesario siempre apelar a la responsabilidad personal; es necesario que todos cumplan la parte que les corresponde para garantizar, en cualquier tipo de comunicación, la objetividad, el respeto de la dignidad humana y la atención al bien común. De esa forma se contribuye a derribar las murallas de hostilidad que todavía dividen a la humanidad y se pueden consolidar esos vínculos de amistad y de amor que son signos del Reino de Dios en la historia".
Fuente: Vatican Information Services
Santiago, 11 de Mayo, 2005